Poco dura la alegría en la casa del pobre; en menos de una semana las familias han pasado de la esperanza a la desolación; al final se ha archivado el caso de la exhumación de la fosa 113 en Paterna dejando en el aire a 19 familias a las que se dejó concebir esperanzas con una decisión que algun@s calificamos de valiente.
No me importa no estar personado ni los argumentos de la jueza; por mí puede ahorrarse el folio donde los escriba porque todos sabemos el fondo de la cuestión, y es que el Tribunal Supremo absolvió a Garzón (ya lo habían condenado por la Gürtel) pero nos condenó a los memorialistas, a las víctimas y familiares a la pena de interdicción y olvido. No existimos para la Justicia; los jueces no deben meterse en este barrizal y si había alguna causa viva, poco a poco las van matando. Ignoro las razones que aduce la jueza de Paterna pero la verdad es que no me interesan lo más mínimo porque con cada golpe me afianzo más en que no habrá paz ni para los muertos arrojados a la fosa ni para los muertos en vida que el Estado que antaño causó sigue negando hoy.
Siempre supe que no hay derechos para los muertos, pero es muy amargo comprobar que tampoco los hay para los vivos que heredaron su tragedia en el segundo país líder en desapariciones forzadas aún sin resolver en todo el mundo occidental…pero líder también en el maltrato (lo de Paterna es una tortura más a quienes les permitieron concebir esperanzas) a ancianos que no encuentran en la España del siglo XXI una mano amiga que les guíe para cerrar su antigua herida. Aquél Estado hace años les secuestró a su padre, se los mató y enterró secretamente donde le dio la gana; en Paterna el Estado actual dice a las víctimas vivas que si quieren encontrar a sus víctimas muertas se busquen la vida y se lo paguen ellas.
Desgarrador y cruel país; desgarradora y cruel Justicia capaz de acciones como la de Paterna y otras mientras clandestinamente este mismo Estado trae los restos de divisionarios azules de tierras lejanas con dinero de todos. Desgarrador país que colma de ayudas y honores a víctimas de un terrorismo y sigue ignorando y acosando emocionalmente a las decenas de miles de otras víctimas de otros terrorismos de camisa verde, azul, caqui o verde olivo.
Pero queda una esperanza: pese a los jueces y juezas españolas sigue existiendo la Ley de la Memoria; pese a ellos abrimos la fosa y los huesos están hablando, y pese a ellos acabaremos las exhumaciónes porque esa Ley que otros denigran es la que está permitiendo las muchas o pocas exhumaciones logradas hasta la fecha… porque mientras haya un alcalde sensible que firme hay esperanza, una esperanza y un amparo que para estos muertos en vida ya sólo está en los Ayuntamientos.