Las negociaciones en busca de un Pacto para formar gobierno están más bien estancadas y surgen muchos interrogantes; pienso que es generalizada esa sensación que sienten muchos votantes de izquierdas cuando dieron su voto esperando un prometido Cambio Social.
Tras el agotamiento del bipartidismo y los resultados de las últimas elecciones con la dispersión de fuerzas políticas, la situación para formar un nuevo Gobierno se está poniendo muy difícil y las propuesta del compañero Pedro Sánchez, sin plantear de forma expresa una salida concreta de Pactos por la izquierda, baraja la posibilidad de presentarse a la investidura sin apoyos suficientes concertados, lo cual tiene a la ciudadanía bastante confundida, porque según encuestas, unas nuevas elecciones anticipadas no es asumida voluntariamente por la mayoría.
Como señalaba el CIS de Mayo/19 en la Pregunta 16a ¿Qué coalición de gobierno le gustaría a usted, teniendo en cuenta los resultados del 28 de abril?
34.1% Un Gobierno PSOE y Unidas Podemos con apoyos de partidos nacionalistas NO independentistas con abstenciones necesarias.
24,5 % Un Gobierno PSOE y C’s.
16,1% Un Gobierno PSOE y Unidas Podemos con partidos nacionalistas independentistas.
7,9 % Un Gobierno PSOE en solitario con apoyos puntuales.
6,1% Un Gobierno PP, C’s y Vox con otros apoyos.
11,3 % Ns/Nc.
De una u otra fórmula, un 82,6 % que el PSOE debe formar gobierno. No está disponible el barómetro de Junio que conoceremos en unos días donde podremos comparar si hay evolución en esas preferencias pero la pregunta que flota en el ambiente y que Pedro, Pablo y los demás debieran aclarar es: ¿Tendremos un Gobierno favorable a los trabajadores como señala esa encuesta o vamos a elecciones anticipadas?
Las presiones de la clase dominante están siendo brutales, echando mano la burguesía de los “monstruos sagrados” como Rajoy, Aznar, Felipe, Zapatero, la Banca y demás poderes, orientando, o casi ordenando que necesitamos un pacto PSOE con C’S, que solo apoya un 24,5 % de los encuestados, con lo cual, con las líneas rojas de unos y otros, volvemos a la casilla de salida, pero ahora, el NO es NO, al parecer ha cambiado de bando.
Nadie puede adivinar qué ocurriría si fuésemos de nuevo llamados a las urnas, porque las masas están algo indignadas con la situación, ya que solo se habla de sillones, subidas salariales para los políticos y poco de Programas. El proceso molecular de toma de conciencia de las masas, sabemos que no refleja automáticamente la madurez de las necesidades de las condiciones objetivas, porque el factor subjetivo está bastante retrasado y merecería la pena profundizar algo más sobre este crucial problema.
La ideología reaccionaria de la clase burguesa dominante actúa de freno en la conciencia de los asalariados, que en teoría, deberían ser votantes de izquierdas, pero se da la contradicción, produciéndose lo que Marx señaló como “alienación mental de las masas”, es decir, que “el obrero sufre una permanente enajenación mental transitoria”, impuesta por la cultura capitalista que se impregna en sus cerebros, a través de la propaganda ideológica y sus Mass Media en manos de la burguesía, pero a veces, los estrategas se equivocan porque confunden a la clase trabajadora con sus Direcciones, cuando se comportan éstas de forma sumisa y pacífica. La clase trabajadora puede saltar con explosiones sociales espontáneas, cuando el grado de indignación, afrenta o engaños, les hacen que se colme el vaso o puede repudiar el voto cuando se siente asqueado e indignado.
En cualquier sociedad dividida en clases, las ideas de la clase dominante llena los cerebros de la población de prejuicios conservadores (miedo al paro, al despido, a la represión, etc…) que sirven para justificar el statu quo, hasta que las masas, llegado un momento cuando no tienen gran cosa que perder, o como consecuencia de un simple accidente o afrenta grave, saltan a la lucha espontáneamente de forma masiva diciendo basta y hasta aquí hemos llegado.
Cualquier presión influye de una manera decisiva en la visión que tiene el asalariado explotado de la situación, cuando se siente mal pagado, estafado, robado y soporta una gran presión, que a veces, asumiendo las cantinelas y las letanías incrustadas por la ideología dominante en colaboración con el clero, marcan sus cerebros con frases como “”siempre ha habido ricos y pobres”… “hay ricos y pobres porque dios lo querrá así”… “hay que poner la otra mejilla”… “no puedes morder la mano que te da de comer”… y mil otras excusas que desactivan y paralizan la necesidad de lanzarse a protestar, cuando el trabajador, en un conflicto o una injusticia, se siente explotado, está al borde de estallar, estresado, con el síndrome “burn out laboral” que quiere decir “achicharrado”, porque siente que el patrón, los banqueros, los capitalistas y sus defensores son en realidad una “panda de ladrones” que te roban el presente y el futuro.
Por fin la Agencia Tributaria habrá recibido la “venia” para hacer pública la semana pasada, la lista de los ricachones y ladrones morosos por no pagar a Hacienda, los que deben más de UN MILLÓN €. Aparecen 4.028 elementos, la crema y nata putrefacta de los estafadores al fisco que deben entre ellos 14.100 Millones €.
Hay “Ilustres corruptos” como Rato, Mario Conde, Lorenzo Sanz, Sito Pons…etc. y una de las empresas que más debe es “Reyal Urbis” que acumula una trampa de 343,2 MILLONES €. Si hubiese una Ley Justa a esos elementos habría que incautarles todo su patrimonio, incluso los calcetines y meterlos en chirona, pero nada, aquí no hay manera y siguen disfrutando de lo robado y no lo devuelven.
La burguesía se vale de su poderío político para establecer su dominación y opresión a través de su situación en las relaciones sociales de producción capitalista, porque se han venido apropiando históricamente de ese dominio a base de acumular riquezas, que son en realidad las plusvalías arrancadas a los asalariados durante cientos de años, pero que en el fondo significa un robo de la fuerza de trabajo aportada por el explotado, con lo cual, se aseguran y perpetúan sus preponderancias ideológicas desarrollando una cultura a la medida de sus intereses de clase.
La pequeña burguesía, el clero, los planes de estudio, la historia, junto con economistas, abogados y técnicos comprados por el Poder, juegan un papel esencial y predominante para la transmisión de esos valores conservadores y trasnochados, pero que intentan mantenerlos porque les va en ellos su poderío y “mamandurrias”, ya que si no lo controlan, no serían nadie. La Banca y el Gran capital invierten ingentes cantidades de recursos en financiar a PP, C’s y Vox, para que les defiendan sus intereses.
Las organizaciones sociales, principalmente los partidos y sindicatos reformistas, han sufrido una transformación hacia la moderación, que es igual que decir, hacia la derecha, con sus planes constantes llamados de “renovación o transición”, que respondían a la necesidad de recolectar votos para mantenerse en el sillón, más bien que para dar respuestas concretas a las reivindicaciones y necesidades que reclaman las masas en sus acciones de luchas.
La mayoría de esos “reformistas” sin reformas concretas han asumido la lógica del capitalismo y no cuestionan en realidad, desde su prisma de moderación y apartados de la realidad, si las mejoras que las masas reivindican en las calles, son necesidades imperiosas para su vida cotidiana, porque ese político que gana 40.000, 50.000 o 90.000 euros año no sabe lo que cuesta vivir siendo mileurista o cobrando entre 400 y 900 euros al mes.
Esos mismos que se autotitulan de izquierdas pero “que no luchan ya ni por las reformas” hace tiempo que abandonaron la necesidad de formar y encuadrar a nuevas capas frescas de la juventud y la clase trabajadora que se lanzan a la lucha por lo inmediato, pero desorganizada y/o espontáneamente a veces, sin recibir suficientes apoyos de sus partidos y sindicatos, cuyas cúpulas están “burocratizadas”, sirviendo como un freno, situándose a la cola y no a la vanguardia, contra este capitalismo mafioso.
Los movimientos sociales que luchan contra el capitalismo son más bien desatendidos por esas direcciones, que dicen representar al pueblo, incluso cuando están en la oposición, porque entienden de forma errónea, que ellos en sus despachos podrán alcanzar lo necesario para sus representados, venciendo la resistencia del capitalismo en sus lujosos despachos, cuando eso es una simple utopía o algo peor.
Los Partidos del arco parlamentario, (excepto los derechas del trifachito que quieren volver al franquismo sin franco) la mayoría de sus Direcciones de izquierdas han olvidado o no han conocido nunca que los principios socialistas, la dialéctica materialista, un método adecuado, un programa genuino, una democracia social y demás valores de las izquierdas, pueden también aplicarse al desarrollo de un organismo vivo como son los partidos, sindicatos u organizaciones sociales, pero no los apoyan ni fomentan, porque, como “aprendices de burócratas algunos y maestros consolidados otros”, no les interesa resolver las cuestiones sociales ni los conflictos territoriales, sino solamente conservar sus puestos, algunos con años y años sin haber trabajado nunca para un patrón, pero se consideran socialistas, comunistas o incluso revolucionarios y no saben en la práctica lo que es la explotación y la opresión.
Las direcciones de las izquierdas se niegan a entender que la “socialdemocracia”, lastrada por el núcleo dirigente que en realidad se comporta y actúa en plan “socio/liberal”, está en peligro en toda Europa y no podrán avanzar en el diálogo y el entendimiento entre ellos, pues ambos se reclaman defensores de la clase trabajadora, y por tanto de izquierdas, pero se niegan a marchar juntos y romper con el capitalismo.
Lo han venido demostrando hasta ahora tanto el PSOE como Unidas Podemos, que son las dos fuerzas que han obtenido los votos que le dan una mayoría minoritaria en el Parlamento y si no rectifican y retoman las tareas fundamentales de clarificación ideológica, programática y metodológica, asimilando los principios básicos de los fundadores de ambas organizaciones, que incluso llevan en su creación el nombre común de Pablo Iglesias, habiendo sido la esperanza del movimiento obrero de los últimos 140 años uno, y los últimos años el otro, no deberían defraudar una vez más a sus votantes y recordar aquello que dijo el Abuelo Iglesias:
“En momentos clave ¡¡¡ hay que optar!!! o con los unos o con los otros, o con la burguesía o con la clase trabajadora. No se pueden servir a dos amos a la vez”.