Nuevamente el trifachito andaluz muestra que están más unidos de lo que afirman públicamente. El postureo de Juan Marín y su jefe Albert Rivera queda en evidencia cada vez que en el Parlamento andaluz se reparten los cargos. Si hace unos días tuvieron la “gloriosa” idea de entregar a los neofascistas españoles la presidencia de la Comisión de Memoria Histórica (una afrenta inmoral a la que se sumó el PSOE-A que no se sabe en qué andaba pensando), ayer mismo les entregaron sin pudor y sin pensar en la proporcionalidad y la elegancia parlamentaria la presidencia de la Comisión de Cultura y Patrimonio Histórico. ¡Casi nada! A Juan Manuel Moreno Bonilla no es que le importe mucho, mientras pueda devorar tres o cuatro hamburguesas, en vez de un buen espeto, lo cultural le suena a cosa de rojos y por eso se lo entrega a los más extremos.
Adelante Andalucía, que recordemos tiene más diputados que Vox, había presentado su candidatura a la presidencia. Una propuesta que Ciudadanos y PP han rechazado de plano porque su intención, desde el primer momento, era darles la presidencia a los neofascistas. Por mucho que intenten taparse y camuflarse, los necesitan y están vendidos a ellos. Y si en Vox han pedido esta presidencia es que algo se traen entre manos. Y no será por los toros que, salvo Adelante Andalucía, son defendidos por los otros partidos. El peligro está en otras cuestiones culturales como exposiciones, apoyo a la lectura, aniversarios y demás cuestiones que no tienen un valor de mercado al uso, que son inmateriales en sí. Como el Patrimonio Histórico.
Desde la presidencia de la Comisión no pueden hacer gran cosa en sí mismo, pero pueden manejar la comisión a su antojo para lo que se les ocurra al trifachito. Que quieren vender las ruinas de Híspalis a un fondo estadounidense, es más sencillo tramitarlo si tienes a los más vendidos al capital extranjero del arco parlamentario. Igual se les ocurre que la Semana Santa dure dos semanas para beneficiar a hoteleros. O que la Feria de Abril y la Feria de Málaga (hay que barrer para casa del presidente) duren lo que tengan que durar para poder beberse hasta el agua de los floreros. Con estos tres partidos en el Gobierno andaluz cualquier cosa rara es posible.
Lo que sí asusta que estas gentes sean las que controlaran desde el Parlamento la Alhambra de Granada o la Mezquita de Córdoba. No pondríamos la mano en el fuego por si se les pudiese ocurrir hacer de la Alhambra un catedral o un hotel para patriotas españoles muy españoles. O que permitan vender pinturas protegidas. No descarten nada porque en el tema cultura, si pocas muestran de conocimiento han dado en PP y Cs, imagínense los neofascistas. Si su portavoz es un negacionista de la violencia machista, a partir de ahí cualquier cosa. Al final, como aventurábamos, el trifachito por mucho que lo nieguen es un hecho. Están unidos, en amor y compañía.