Miles de españoles en delicada situación económica recurrieron a la empresa prestamista británica Wonga, que se hizo famosa por sus prestamos inferiores a 300 euros. A cambio, altísimos intereses que llevaron a la ruina definitiva a miles de personas, entre ellos muchos españoles, y especialmente de la zona mediterránea.
Un préstamo de 300 euros, digamos que para arreglarse la boca, a devolver en un mes, le costó al desgraciado que caiga en su amigable web 125 euros, lo que supone un tipo de interés superior al 40% en 30 días.
Muchos españoles en gravísima situación financiera acudieron desesperados a buscar ayuda en Wonga, que es enjuiciado más como un usurero que un prestamista.
La decisión de declarar insolvente a la empresa prestamista “Es una forma de protección de los acreedores”, explican desde Slaughter & May, el bufete que asesora a los nuevos administradores. Para su labor cuenta con el concurso de WDFC UK Limited, Wonga Worldwide Limited y WDFC Services Limited. Los directorios de estas entidades han evaluado todas las opciones con respecto al futuro del Grupo Wonga y han llegado a la conclusión de que es apropiado colocar los negocios en administración, según informa La Celosía.
Como ejemplo de cómo funcionaba la empresa usurera está el caso de este testimonio: “Aleccionado por mi estupidez o por mi necesidad o por ambas a la vez, el día 31 de enero de 2014 solicité un “microcrédito” de 130 euros a la empresa Wonga, y a devolver en un plazo de 12 días la cantidad de 151,66 euros”. Es uno de los centenares de testimonios que circulan por internet. En su web operativa en España explica como sus “mini créditos te pueden ayudar en casos de necesidades imprevistas de dinero”. También deja claro que su servicio no está diseñado como crédito a largo plazo, y no siempre es la opción más barata. “Deberás meditarlo bien antes de comprometerte solicitando un préstamo”.