Traidores, vendidos al PP, franquistas, inmovilistas, fascistas, reaccionarios o haber abandonado la senda de la izquierda son algunos de los calificativos que se vienen lanzando contra el PSOE desde que hizo público su pacto con el Gobierno. Un pacto que tiene como consecuencia una aplicación del artículo 155 proporcionada y el funcionamiento de un proceso de renovación de la Constitución. Y estos calificativos vienen tanto desde Podemos, algo para nada nuevo, y desde dentro del propio PSOE. Pero ¿tan grave es aplicar el artículo 155 para que el PSOE haya dejado de ser de izquierdas en semanas? Analicemos los supuestos pecados cometidos.
Pecado 1: Apoyar al Gobierno en la defensa del Estado de derecho es apoyar el franquismo y el autoritarismo. Todo ello porque las fuerzas de orden público repartieron leches el día 1-O intentando que se cumpliese la ley. En efecto, Mariano Rajoy es Franco redivivo, la encarnación del dictador y asesino del Pardo. Hasta el momento nadie se había dado cuenta. Esto lo piensan muchos y muchas, ahora bien ¿defender la constitución es de izquierdas o derechas frente a quienes intentan la secesión desde el 3%? Porque en estas situaciones donde o es A o es B no vale con decir que sin duda la utopía que sería C es mucho mejor. Seguro que sería mejor pero no deja de ser utopía o distopía, según se mire. Apoyar en esta situación al Gobierno (da igual el color que sea) no interfiere en el eje izquierda-derecha, por tanto el PSOE no deja de perder sus esencias.
Además, en ningún momento el Gobierno ha mostrado autoritarismo. Si lo hubiese hecho hoy no podría escribir estas palabras porque estaría en la cárcel o en una cuneta. Y así miles de personas. O bien los que eso dicen no han vivido bajo un sistema autoritario, o bien tienen otras intenciones como puedan ser agitar a las masas en su favor y contra los demás, o bien su cabeza no rige correctamente, o bien son buenistas. No hay autoritarismo aunque sí mucho buenismo en algunos y algunas que de estar en el gobierno igual se habrían mostrado más radicales en el uso de la fuerza.
Pecado 2: Abandonar el diálogo para apoyar el 155 aleja al PSOE de la izquierda. Y para ejemplificar esa deriva te indican que Nuria Parlón ha dimitido o que alcaldes del PSC se han quejado de la aplicación. Hasta el último momento, como demuestra la reunión de Miquel Iceta con Puigdemont el viernes, el PSOE-PSC ha intentado dialogar para volver a la senda constitucional. ¡Ojo! La senda constitucional no otra cuestión. Porque Puigdemont se ha ofrecido a dialogar sobre la independencia de Cataluña. Sobre los plazos y las formas en que se llevaría a cabo la secesión. Sólo hay que volver a escuchar sus discursos para verificarlo. Entonces ¿el PSOE debía ser el adalid de la ruptura dialogando con Puigdemont? Si alguien mantiene que eso es de izquierdas es que no tiene muy claro lo que es la izquierda. Vamos ni bajo las teorías del imperialismo, o de las identidades se ajusta el conflicto catalán, lo que pasa hoy en día, a algo parecido a la izquierda.
Pecado 3: El PSOE apoyando el 155 deja de apoyar la democracia. Esto que ha sido lanzado por Pablo Echenique y por Podemos, y ha sido recogido por algunos militantes socialistas es una gran mentira. La aplicación del artículo 155 no atenta contra la democracia en ningún aspecto. Atenta contra las prioridades de Podemos, pero eso no tiene que ver con la democracia. Mediante la aplicación del artículo 155 se quita del gobierno catalán a unas personas que no quieren cumplir con la constitución. Ni más, ni menos. Nadie ha votado, por mucho que digan, en favor de la secesión. Nadie ha vulnerado principios democráticos salvo el Govern al pasarse por la barretina al Parlament. En un estado, que no es federal, sino descentralizado, el Gobierno haciendo uso de sus facultades y bajo el consentimiento de un órgano de la soberanía (Senado) quita responsabilidades. En ningún momento cesa la autonomía.
Si estuviésemos bajo un sistema federal la situación sería un tanto diferente. ¿Por qué? Porque la soberanía es compartida entre el Estado federal y la federación. No hace tanto, durante la crisis financiera que sufrió el estado de California, se barajó por parte del gobierno federal asumir el control del estado federado. Ahí, diversos estudiosos, demostraron que el Gobierno no debería/podría hacer eso porque la soberanía es compartida y supondría saltarse ciertos principios democráticos. Con el añadido de que California tiene su propia Constitución. En el caso catalán la soberanía no está compartida por lo que no se vulnera nada. Se siguen preceptos constitucionales. De ello queda claro que el apoyo del PSOE no le hace vulnerar principios democráticos. Bien al contrario, apoya el dictum de la mayoría que se expresó de forma soberana hace años. La democracia no es lo que quiera Echenique o Podemos por mucho que les moleste.
Pecado 4: Apoyar al PP en lo que sea es malo y nada de izquierdas. Existen ocasiones en las que la ideología de clase se debe quedar fuera porque los intereses estatales requieren de cierta unión. Cierta unión no significa rendirse a los pies. Este il.es otro argumento falaz. En primer lugar, por desgracia para muchos y muchas, el Gobierno en España lo tiene la derecha y el PSOE le apoya no por ser de derechas, sino por Gobierno. La responsabilidad de Estado tiene estas cosas. Y el juego democrático también. Y, en segundo lugar, el PSOE no se ha plegado a las condiciones y voluntad del Gobierno sino que le ha marcado la ruta (proporcionalidad y elecciones rápidas) para ofrecerle el apoyo. Si fuese por algunos como Pablo Casado o Xavier Albiol igual estábamos en una Guerra Civil.
Además, ha conseguido que los partidos se sienten a definir un nuevo modelo territorial, que el PSOE quiere federal, y nuevos derechos a sumar a la Constitución. Esto último, que Monedero llama “migajas”, siempre se les olvida a los críticos. No por apoyar al Gobierno, que contingentemente es del PP, el PSOE es menos de izquierdas pues, en contraprestación, consigue que algunos derechos de segunda generación puedan constitucionalizarse.
¿Por qué esta manía de perseguir al PSOE? Por un lado, se encuentra Podemos que, ante la pérdida de fuelle propio y haberla cagado en Cataluña por querer estas en misa y repicando, sólo hay que escuchar a Albano Dante o a Ada Colau, intenta atizar a los de siempre, a los socialistas. Ese mal, que llevan inserto muchos comunistas desde generaciones, que es creer como primer enemigo al socialismo está también dentro de Podemos. Son los hijos de los comunistas del PCE que se pensaban que al llegar la democracia iban a arrasar en votos y ser los “verdaderos” representantes de la izquierda. Y no. Llegó Felipe González y se los merendó. Tienen ese resquemor dentro y más después de haber hecho una pinza con el PP de Aznar que tampoco les funcionó.
También hay que añadir que en Podemos el ego no les permite dormir. Creen estar en posesión de la Verdad, de la única y, por tanto, el resto están errados. Esa creencia les hace ver la realidad desde su monóculo y pensar que todo aquello que ellos y ellas no dirijan es fascista o algo por el estilo. Quieren una alianza para acabar con la derecha, pero una alianza en la que Podemos marque el paso, determine la estrategia y sea el centro vertebrador del cambio. Y claro, resulta que Pedro Sánchez les ha quitado la mano y es él quien ha marcado el paso del cambio. Por eso los socialistas ahora son traidores, no al país, sino a la Verdad de Podemos.
Por último, existe una izquierda franquista, de la que participa en parte Podemos, para la que todo lo que huela a PP o Ciudadanos es franquismo. Es una izquierda que también está dentro del PSOE y que desearía desenterrar al dictador para poder matarlo ellos y ellas mismas. No soportan que Franco muriese en la cama y llevan esa pena desde entonces. Y lo peor es que esa rabia y consternación la transmiten a las nuevas generaciones. Son puros, purísimos. Te nombran a Marx, o cualquier santón socialista, para hacer ver que tienen toda la razón. Aunque la realidad les niegue, siempre tienen la razón. Podemos y algunos más son así y para ellos jamás el PSOE será de izquierdas, salvo que tuviesen ellos y ellas el poder, claro.
Siendo medianamente serios, ¿en qué afecta Cataluña a la lucha de clases?¿la explotación desaparece por apoyar el diálogo y no el 155?¿Habrá más hospitales y escuelas públicas por no apoyar el 155?¿Progresará el ser humano si no se apoya? Como hizo la socialdemocracia alemana firmando los presupuestos de la I Guerra Mundial, cargándose la Internacional Socialista, hay ocasiones en que el eje izquierda-derecha no sirve en política y actúa el sentimiento patriótico, en el caso del PSOE patriotismo constitucional. Las cosas de la izquierda y de la república, por desgracia, no están presentes en este conflicto. Por mucho que algunos y algunas quieran ver un principio de revolución en lo que allí sucede. Pues no. La casta del 3% no va a iniciar ninguna revolución, salvo la de sus bolsillos llenos y los catalanes sometidos.