Las primarias del Partido Socialista Obrero Español han terminado con la contundente victoria de Pedro Sánchez respecto a Susana Díaz y Patxi López. El nuevo Secretario General se va a encontrar un partido roto, un partido dividido tanto por arriba como por abajo y, sobre todo, con una organización que no tiene un proyecto político que atraiga a la ciudadanía, exactamente lo mismo que está ocurriendo con los viejos partidos socialdemócratas europeos.
El Comité Federal del 1 de octubre que terminó con la dimisión de quien ha ganado legítimamente el proceso de primarias significó un punto de inflexión en la trayectoria del PSOE. A partir de ese momento se puso al mando del partido una Comisión Gestora presidida por Javier Fernández que tenía el reto de hacer entender a la ciudadanía la abstención a Mariano Rajoy y de demostrar que se podía hacer una oposición útil para los ciudadanos. Sin embargo, tenían otro reto a nivel interno: preparar un nuevo proyecto que refundara al PSOE. No lo han hecho y toda su gestión parecía encaminada a allanar el camino a Ferraz de Susana Díaz. Este hecho ha tenido su resultado un alejamiento total de las bases, un alejamiento que se ha acrecentado desde el mes de octubre.
El principal reto que tiene el PSOE y, por ende, su recién elegido Secretario General es preparar un proyecto político de izquierdas, que se olvide de lo que está llevando a la socialdemocracia europea a la insignificancia. Ese proyecto debe partir de la base de que la manera defender los valores socialistas actuales no sirve para nada, que hay que empezar de nuevo, tal y como ya hizo el PSOE en los congresos de Toulouse y Suresnes.
Para entender cómo está el PSOE en la actualidad hay un hecho que demuestra que no hay ni pies ni cabeza en cómo se está planteando el futuro: en medio de un proceso de primarias, las ponencias política y económica de cara al Congreso Ordinario del mes de junio están siendo diseñados por dos personas que han apoyado a Susana Díaz: Eduardo Madina y Juan Carlos Díez.
El Partido Socialista y el nuevo equipo que conforme Pedro Sánchez tiene que tener un objetivo, refundar el partido, dar una imagen de fuerza a los ciudadanos, dar una imagen de que el PSOE está preparado para afrontar los retos de la sociedad post-crisis económica, presentar ante la ciudadanía un proyecto capaz de hacer frente a la ofensiva neoliberal.
El PSOE tiene que ser claro a la hora de ofrecer a los ciudadanos lo que reclaman a la izquierda y Pedro Sánchez tiene varios retos si quiere que el socialismo español no siga el camino de los socialdemócratas europeos. En primer lugar, lograr coser la división y desde esa unidad fortalecer la imagen del socialismo español. En segundo lugar, generar una estrategia interna por la cual proyectar un documento sobre el que vertebrar una acción política centrada en la ciudadanía olvidándose de lo que en otros momentos se llamó «sentido de Estado» y que no era otra cosa que dar la espalda al pueblo. En tercer lugar, tener conciencia de que nos encontramos en tiempos de frentes populares, en tiempos en que los acuerdos de la izquierda son fundamentales para poder luchar contra la ofensiva neoliberal.
Pedro Sánchez ha ganado las primarias con más del 50% de los votos de los militantes. Ahora le toca actuar como Secretario General para, con valentía, refundar el PSOE.