Los veinte minutos que ha tenido que estar el recién estrenado AVE Madrid-Castellón, le habrán venido bien al president de la Generalitat, Ximo Puig, para reivindicar ante el M. Rajoy la necesidad de establecer un «gran acuerdo» que permita superar la concepción radial de España y que se extienda más allá del ámbito de las infraestructuras, impregnando tanto la economía como la política. Al menos, así lo ha asegurado durante su intervención en el acto inaugural organizado en Castellón con motivo de la puesta en servicio del tramo de alta velocidad Madrid-Valencia-Castellón de la Plana, que ha contado también con la presencia de la consellera de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio, María José Salvador.
Durante su discurso, el jefe del Consell ha reivindicado la importancia del acuerdo como «el mejor instrumento» en el ámbito de la política para impulsar una proyección de España que reconozca la «fortaleza» y la «singularidad» de todos los territorios que la integran, además de la «igualdad» entre sus ciudadanos. De este modo, ha invitado a M. Rajoy, a «reflexionar sobre la proyección de un futuro compartido que ha de superar las visiones hegemónicas que van únicamente desde el centro hacia la periferia».
El president ha instado además a recuperar «la senda de la lealtad institucional«, que «se sostiene solo con el cumplimiento de los acuerdos» y que, en consecuencia, pasa por la aprobación del nuevo modelo de financiación autonómica acordado en la Conferencia de Presidentes de 2017. Por ello, ha pedido pasar «de las palabras a los hechos» en la negociación de la reforma del sistema de financiación autonómica, puesto que «cada día que transcurre sin cumplir con lo acordado es una herida que amplía la desigualdad entre españoles en servicios tan fundamentales como la salud, la educación, los servicios sociales y la lucha contra el paro».
Puig ha incidido también en el talante «dialogante» de la Comunitat Valenciana y ha asegurado que continuará estando «en la vía de la lealtad» para contribuir al desarrollo de «una prosperidad social e inclusiva, que haga que todo el mundo tenga derecho a su propio proyecto de vida». En ese sentido, ha recordado que la autonomía valenciana «está haciendo los deberes» y está creciendo por encima de la media española pese a la infrafinanciación y a contar con niveles de inversión «claramente insuficientes».
«Padecemos una infrafinanciación que nos obliga a gastar menos en servicios públicos fundamentales y reduce al mínimo nuestra capacidad para realizar cualquier otro tipo de políticas y, por supuesto, invertir», ha aseverado con contundencia al respecto. Asimismo, el president ha hecho referencia a los últimos datos de la Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras (Seopan), que muestran que en 2017 se licitaron en el territorio valenciano 321 millones por parte de la Generalitat, 182 por parte de las administraciones locales y 165 del Gobierno central.
Tras la inauguración del tramo de alta velocidad Madrid-Valencia-Castellón de la Plana, Puig ha propuesto también impulsar un gran acuerdo en materia de infraestructuras estratégicas que sería deseable nivel nacional, ya que, como ha recordado, «las infraestructuras no saben de legislaturas ni deben orientarse de forma partidista, sino que están al servicio de las personas y de la actividad económica».
En su defensa de los acuerdos como herramienta, el president ha destacado el «consenso histórico» que ha despertado el Corredor Mediterráneo entre la sociedad civil y el conjunto de empresarios, trabajadores y fuerzas políticas, y ha expresado su confianza en que el acto de puesta en servicio del nuevo tramo entre Madrid y Castellón contribuirá a impulsar la construcción de esta infraestructura, que se enmarca como «un objetivo leal» tanto con los intereses de la Comunitat Valenciana como con los del conjunto de España.
En esa línea, ha manifestado que la situación actual del Corredor Mediterráneo, que ha definido como «la infraestructura más importante del conjunto de España» se encuentra todavía «demasiado lejos» del horizonte marcado por las necesidades de las regiones del arco mediterráneo, que, según ha detallado, acaparan cerca del 50% de la población, el 45% del PIB, el 47% del tejido productivo, el 46% del empleo y el 51% de las exportaciones.
Finalmente, Puig ha agradecido el trabajo de todas las personas y administraciones que han posibilitado la puesta en servicio del nuevo tramo de alta velocidad Madrid-Valencia-Castellón, puesto que supone «un paso más» para el conjunto de la Comunitat Valenciana, y ha agradecido también el interés del ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, en los proyectos que integran la Agenda Valenciana de Infraestructuras. Cuestión bien distinta es que esos mismos proyectos se puedan poner en marcha como se ha demostrado en el AVE a Granada o a Almería.