Demasiada euforia en redes y medios, con opiniones para todos los gustos, se han cruzado desde que el pasado martes. Juana Rivas, tras ser detenida, fue puesta en libertada provisional por un juzgado de guardia de Granada.
Erróneamente, medios, contertulios y opinión pública y publicada, dieron la sensación que la libertada provisional de Juana Rivas era un cheque para quedarse con sus hijos. Pero lo cierto es que sigue vigente la orden por lo que esta madre tiene que entregar a sus hijos a su expareja.
Agentes del EMUME (Equipo Mujer-Menor) de la Guardia Civil, acudieron a la vivienda a Juana Rivas, tras afirmar ayer a la salida de los juzgados: “No voy a la cárcel; me vuelvo a casa con mis niños y vamos a seguir peleando”, tras abrirles la puerta les aseguró que allí no estaban sus hijos. Al no contar la EMUME de la Guardia Civil con la orden de registro, no pudo acceder a interior de la vivienda para comprobar si estaban allí o no los dos niños.
La Guardia Civil ya ha informando de sus pesquisas a los jueces –las titulares del Juzgado de Primera Instancia y de Instrucción- y pedirá esta semana una orden de registro para localizar a los menores de tres y 11 años.
Por tanto, la victoria judicial de Juana Rivas del martes es solo un gesto. El caso Juana Rivas no está cerrado.
El juez Ruiz, en su auto, señala que la gravedad del presunto delito que la madre haya podido cometer, no justifica la medida excepcional de prisión provisional, que provocaría “alarma social”. El juez Ruiz se inhibe ahora en favor del juzgado de instrucción número dos, que fue el que dictó orden de detención contra Juana Rivas.
Por su parte la juez de primera instancia número tres de Granada, dictaba ayer mismo un auto al que ha tenido acceso este medio, de nuevas medidas de protección de los hijos de Juna Rivas y su expareja. En dicha instrucción, retiraba los pasaportes de los menores y la prohibición de que abandonen territorio Schengen sin la autorización expresa del padre o la autoridad judicial. Pero rechazo, otras medidas cautelares solicitadas por la representación legal del padre, como la detención inmediata de Juana Rivas, la privación de la patria potestad para su ejercicio por el padre de manera exclusiva o que se requiriera a la mujer si tiene permiso de armas y, en caso afirmativo, procediera a su depósito en el juzgado.