Sucede todos los años. Cuando llega el comienzo de La Liga se acuerdan de que ya es hora de establecer un mercado de fichajes ajustado a las competiciones. En el Atlético de Madrid, por ejemplo, ayer mismo Daniel Wass se iba al Brondy dejando al equipo con un jugador menos, existiendo bajas en posiciones en las que había sido probado. Lo mismo puede decirse del resto de equipos. Algunos de los cuales tiemblan ante la posible llegada de los poderosos hijos de Albión, como en el caso del Villarreal y Yeremi Pino.
Y todavía quedan casi veinte días de mercado por delante. En la liga inglesa, francesa y alemana, por citar las importantes, cuando se cierre el mercado llevarán cuatro jornadas disputadas. En la española tres. Una locura que parece no querer resolverse. FIFA establece estas ventanas de mercado de fichajes de acuerdo con las ligas y federaciones. ¿Por qué no se establece una ventana con otra temporalidad? Desde que finalizan las ligas, allá por el mes de mayo, se están produciendo fichajes (aunque no inscripciones), por lo que no parecen muy necesarias tres semanas más. Si los secretarios técnicos van lentos que aprendan a ir rápidos.
Los entrenadores de élite se vienen quejando de esta amplitud de las ventanas de fichajes, normal siendo los principales perjudicados; los empresarios propietarios de los equipos no opinan porque están al negocio (y no todos toman prestadas comisiones); los jugadores pintan poco o nada en todo este tinglado; por tanto habría que mirar hacia FIFA (con todas las federaciones) y los Agentes como mayores culpables de este desaguisado.
No hay pruebas pero la intuición marca que esta ventana de fichajes es en la que todo el mundo hace caja y más ante la amenaza de FIFA de establecer un límite a las comisiones que se pueden llevar los agentes. FIFA impuso unos cursos para poder ejercer como agente de jugadores. El motivo hacer caja para cada federación. Pueden venderles que si legislación, que si esto y que si lo otro, pero cualquier persona con formación universitaria (o incluso un módulo de negocios de FP) sabe de sobra cómo manejarse. Hacer caja. Y como hacen caja hay que dar la oportunidad de que no sólo los cuatro de siempre hagan dinero, sino que se beneficien todos. Para seguir engañando con los títulos hay que mantener la apariencia. Es la única explicación medio lógica.
Ahora bien ¿por qué no interesa a las ligas y las federaciones tampoco? A estas organizaciones (salvo la parte de los cursos) les daría lo mismo. De hecho tendrían casi quince días de vacaciones en verano y no tendrían que dejar a personas trabajando a destajo para inscripciones y fichas. Conociendo a Rubiales y Tebas no parece que los derechos laborales les importen mucho, pero dejar todo finiquitado a mediados de agosto no vendría mal.
Lo que demuestra todo esto es que los entrenadores, grandes perjudicados porque son el eslabón más débil, y los jugadores cada vez pintan menos en el negocio podrido en que están convirtiendo el fútbol federaciones, ligas profesionales y gobiernos. Prefieren, como diría Bielsa, espectadores antes que aficionados. Y en la lógica del mercado en la actualidad, los jugadores y entrenadores son completamente intercambiables. Meros tornillos, chips o generadores de likes de un negocio en el que se forran pocos. Cuanto más valen para el espectáculo (que no para el fútbol), más cobran. Y sus agentes haciendo caja.