Enjuagadas las lágrimas y leídos los berreos de parte de la afición rojiblanca, los del mundo chiringuitero ni interesan –por cierto tendencia ayer en redes sociales #NoMasChirincirco promovida, al comienzo por aficionados del FC Barcelona y, tras la última mierda contra el Atleti, por aficionados rojiblancos-, llega el momento de pensar ¿qué le pasa al Atleti? Porque es obvio que no ha habido ni un partido bueno durante toda la temporada. Ha habido algún momento de esperanza, pero la realidad es que nada de nada. Y pese a ello van cuartos en Liga.
Diego Pablo Simeone
Si alguien se tomase la molestia de mirar las estadísticas del Cholo Simeone como entrenador a lo largo de su vida, se podrá comprobar que después de un año bueno, con títulos y demás, suele venir un año malo, flojo, triste. ¿Por qué? Diversos motivos habrá pero seguramente hay un claro y que es patente este año, agotamiento mental y físico en muchos jugadores. Algo así le pasaba a Luis Aragonés. Comparte con el Zapatones el tener tan excitados y predispuestos a los jugadores que la tensión de la competencia acaba pasando factura.
También hay otra consideración táctica para este año, no ha dado con la clave del sistema. Tener tantos buenos jugadores le debe generar dudas tácticas y, en vez de aguantar con el 4-4-2 típico, está probando diversas tácticas para que encajen todos los jugadores en los que más confía. No es sólo, como algunos dicen, la necesidad de meter a Griezmann con calzador, es que en un 4-4-2 ¿a quién dejas fuera? ¿A Joao, a Luis Suárez, a Correa, a Griezmann, en la delantera? ¿A Llorente, Carrasco, Koke, De Paul, Lemar, en el medio? Porque hacer alineaciones todos pueden pero al final cuando se decide por un sistema no puedes poner más de once.
¿Forma física o quemados?
Como se ha dicho más arriba, jugar para Simeone conlleva un desgaste emocional y físico. Se comprueba, es obvio, que algunos jugadores no están al 90% de su capacidad física. Bien porque algunos han sufrido lesiones –especialmente los que se han comido selecciones-, bien porque les está costando coger el tono físico este año. Un año donde el equipo arriesga más, no tener a los jugadores a pleno rendimiento es peligroso como se está viendo.
Aunque en realidad, mi impresión, como dije en El Doblete Radio el domingo pasado, es que hay muchos jugadores quemados mentalmente. En Koke creo que es más que evidente. No se le ven carencias físicas, pero termina de dar todo lo que es capaz. Cierto que está jugando de cinco, pero aun así, el madrileño ha rendido futbolísticamente. Otros no llegan a comprender que hay que estar a tope los 90 minutos y el equipo lo acaba pagando en evidentes faltas de concentración –como el día del Valencia-. Están quemados y/o se dejan llevar por las glorias pasadas. Y en fútbol el ayer cuenta cada vez menos. ¿Saben dónde se ha observado eso? En las lágrimas del Cholo el día de Osasuna.
Los cambios de sistema no se asimilan bien
Parece que los jugadores, pese a que el año pasado jugaron con los mismos sistemas, este año se muestran incapaces de pasar de un sistema a otro, incluso dentro del mismo partido. No puede ser que los mismos jugadores pasen de aparentar ser duros y feroces un año, a unas almas benditas al siguiente. Si se fijan hay numerosos despistes defensivos y pérdidas estúpidas en sitios peligrosos. Algo les pasa en la cabeza y eso no se entrena. Por ello pitar al equipo puede no ser la mejor idea.
Seguro que Simeone les pide, cuando sale con el sistema más ofensivo, que jueguen con un bloque alto o medio, pero no logran ejecutar las órdenes ni lo ensayado. Están con dudas o pecan de soberbia. Lo que no deberían es pensar tanto y ejecutar lo entrenado. Claro, que en ocasiones Simeone se equivoca, esta temporada da la impresión que más. Si hace cambios defensivos acaba generando que el equipo juegue con bloque bajo, pese a que en su cabeza ese cambio fuese para garantizar más contundencia en el medio y así poder jugar más al ataque.
Plantilla descompensada
El fichaje de Griezmann, pese a la calidad que pueda tener, no era necesario y menos fichándose a Cunha. Es un capricho cuando era más que evidente el año pasado que se necesitaban dos laterales (uno a cada lado –ya que no se confiaba demasiado en Manu para el izquierdo-) y un cinco, un mediocampista de esos que barren y tienen presencia física. Sobrar también sobraba alguno pero o no han llegado ofertas o han sido ridículas. De ahí que se tenga una plantilla descompensada. Algo que se podría solucionar en invierno, siempre y cuando saliesen algunos jugadores de forma rentable.
También se está viendo que algunos jugadores carecen de mentalidad suficiente para estar concentrados y con coraje en todos los partidos. Teniendo menos calidad que otros equipos, en Europa especialmente, y menos presencia física, no hay batidos que tomar, la mentalidad hace que se puedan superar esas fallas de base. Y aquí se está viendo que bastantes jugadores no tienen esa mentalidad para luchar constantemente y no perder la concentración. Ese tipo de jugadores suponen un lastre cuando las cosas vienen mal dadas.
¿Qué hacer?
Lo primero apoyar al equipo y dejarse de esparcir la mierda del nacionalmadridismo, que muchos parecen tontos. Lo segundo pedirle a Simeone que tenga la valentía de dejar en el banquillo a aquellos jugadores que están mal en los determinados momentos de los campeonatos. Hay que ser valiente y no insistir en lo que se ve que no está funcionando. Si Koke está quemado, un par de banquillazos pueden venirle bien. Si Suárez está para un partido a la semana, habrá que probar jugar sin nueve o darle más minutos al brasileño. Si hay que jugar con cuatro centrales, algo que ya hizo Antic, porque los laterales dan pena, habrá que probarlo y no matar a Llorente y Carrasco. Es el momento de eso que llaman pensamiento lateral o de subir a algún chaval de la cantera.
Porque, esto que quede claro, no se puede, ni debe dudar de Simeone. Todos los que ladran ahora y piden su salida, son los que se masturbaban con el toque sin sentido de los años manzanísticos, o escuchan demasiado a dos incultos del fútbol como Maldini y Torres. Simeone ha construido esto y ha demostrado que es capaz de dar con la tecla. Que nunca se ha ganado una Champions y algunos se hacen pajas mentales, y de las otras, con algo que frente a monstruos futbolísticos y físicos como Bayern, Chelsea, City… es imposible. No estamos para ganar, ni llegar a una final desde hace tres años y no es problema de Simeone, si acaso del palco por su política de fichajes. Paciencia que todo llegará, y si no llega seguro que no será igual que en los años del plomo. Sobran pedreroles en el Atleti.
Prietas las filas, fuerte la voz y biberones for all.