La crisis financiera provocada por la quiebra de la multinacional presidida en España por Luis de Guindos fue salvada, en gran medida, por los grandes bancos españoles gracias a la internacionalización de su negocio, principalmente en Latinoamérica. El Santander se aprovechó de ello con una gran presencia en los dos grandes gigantes económicos iberoamericanos: México y Brasil, además de su fuerte apuesta por el mercado británico. Sin embargo, lo que en su momento fue una fortaleza se puede convertir en una amenaza para la entidad presidida por Ana Patricia Botín. Nuevamente la voz del pueblo se puede volver en contra de los intereses del Santander, tal y como le ocurrió en Reino Unido con el Brexit y que fue una de las causas por las que necesito de la intervención del Popular para salvar su cuenta de resultados.
El FMI ya advirtió en su último informe sobre la banca española de que el Santander era un verdadero peligro para el sistema financiero mundial por su exposición en mercados externos a su zona natural de influencia, dado que la entidad de Ana Patricia Botín obtiene el 88% de sus ingresos antes de impuestos están generados en el extranjero, destacando, precisamente, Reino Unido, Brasil y México, además de la división Santander Consumer Finance. En otro orden de cosas, alrededor del 75% de los activos del Santander se encuentran en el extranjero, con el peligro que eso tiene tanto para el sistema financiero mundial como para la economía española o, por supuesto, para la supervivencia del propio Santander.
Los comicios que se celebrarán en los dos principales mercados latinoamericanos en los que está presente el Santander pueden poner en riesgo la estabilidad financiera de la entidad.
En México, por ejemplo, la candidatura que más opciones tiene de alcanzar la presidencia de la República norteamericana es la del ex alcalde de México DF Andres López Obrador y, si gana, la repercusión en los mercados será muy negativa para la economía mexicana dado que tiene un programa contrario a las privatizaciones, a los acuerdos comerciales como NAFTA y al reformismo neoliberal que se quiere aplicar en el país mexicano. Esto los mercados no lo aceptarían y provocará una volatilidad aún mayor de los parámetros macroeconómicos a medida que se acerquen los comicios. Todo esto afectará directamente al Grupo Santander como ya le afectó en su momento el Brexit.
Sin embargo, el mayor peligro para la entidad cántabra lo hallamos en Brasil porque de ahí se obtiene más de una cuarta parte de sus beneficios, en concreto, según las últimas cuentas presentadas, un 26% (2.544 millones de euros). Los mercados no aceptarían que Lula Da Silva volviera a ocupar la presidencia brasileña y por eso están atentos a lo que el pueblo decida en los comicios de octubre ya que, para el poder financiero, la vuelta de Lula generaría un mayor riesgo para la economía del país carioca porque aquél no estaría dispuesto a aplicar las reformas que se le quieren imponer a Brasil desde las instituciones supranacionales. Esas rebeldías de los dirigentes elegidos por el pueblo suelen tener un precio en el desarrollo y la estabilidad económica. Aquí es donde se hallaría el verdadero problema para el Santander porque una caída de la economía brasileña afectaría gravemente a la cuenta de resultados del grupo, tal y como ya vaticinó el FMI.
La economía brasileña, además, es muy dependiente de las exportaciones de materias primas, sobre todo al mercado chino, lo que hace prever que una desaceleración de la economía china provocara una volatilidad importante que volvería a incidir en los índices macroeconómicos que, en consecuencia, afectarían negativamente al Santander.
Esta presión de los mercados para que Lula Da Silva no se presente puede ser la razón principal por la que se hayan acelerado los procesos para que el expresidente entre en prisión cuanto antes y evitar que fuera nominado como candidato del Partido de los Trabajadores, procesos que finalizaron con el encarcelamiento de Lula.
Teniendo en cuenta los objetivos de capital y liquidez que debe cumplir a final de año, ¿sobrevivirá el Santander a la incertidumbre en Latinoamérica o necesitará de más «rescates» encubiertos para mantenerse a flote»? La primera supuesta «ayuda» ya ha llegado con el encarcelamiento de Lula…