Siendo Supertramp una de mis bandas favoritas era lógico recibir con mucho pesar el fallecimiento del fundador de la banda, Rick Davies tras larga lucha con un mieloma a los 81 años. Y digo fundador con todas las de la ley porque, pese a que Roger Hodgson inició con él el camino antes de abandonar el barco, quien tenía detrás al millonario que les financiaría los instrumentos y los primeros años en la música y buscaría los músicos para el primer disco de Supertramp fue Rick. Con Hodgson llegaría a un acuerdo como el Lennon/McCartney de coautoría de todas las canciones pese a que era evidente cuál era de cada quien.

Igual eso es lo que ha llevado a error a la mayoría de «especialistas» musicales que ayer dedicaron unos párrafos a glosar la figura de Davies. A primera hora, cuando se acaba de conocer la noticia por los teletipos, se pudieron leer, en El país por ejemplo, que había sido el autor de «Take the long way home» o, en La razón, de «Dreamer», composiciones que cualquiera que haya escuchado un simple grandes éxitos de la banda sabe que son de Hodgson. Luego todos los medios recordarían que escribió «Bloody well right» o «Goodbye stranger» y poco más. ¡Para qué molestarse en investigar un mínimo o escuchar algo! Eso sí, siempre tratado como «el otro» de Supertramp.

Sí Hodgson siempre fue el de los temas más melódicos, más orientados a la radio, más hippies y Rick el de las otras canciones. Entre los medios se han acordado del elenco rápido de canciones famosas de Supertramp donde aparecían una o dos de Davies. Y siempre fue algo más, siempre puso el toque jazz, blues, rock y progresivo a los álbunes de la banda británica. El famoso piano eléctrico Wurlitzer 200 fue introducido por Davies en los primeros Lps y perduró hasta el último Slow motion —que igual como no lo tiene la discográfica en streaming no han podido escucharlo los «especialistas»—. Se le desprecia en favor de lo más melódico y facilón pero tiene magníficas canciones que los verdaderos fans de Supertramp aprecian con locura.

En el primer disco, que se supone sí fue en coautoría con Hogdson y Richard Palmer-James —famoso por escribir las letras de King Crimson— está la colosal «Try again», muy prog-rock. En el segundo LP, Indelibly stamped —famoso por haber sido censurado al mostrar unos senos tatuados—, está la bluesy «Your Poppa Don’t Mind». En el tercer LP tienen, además de la citada «Bloody well right», la que da título al album «Crime of the century» o la frenética «Rudy». En Crisis? What crisis? Rick deja auténticas joyas como «Another Man’s Woman», «Ain’t Nobody But Me», la jazzistica «Poor Boy» o la balada «Just a Normal Day».

El éxito pop que alcanzaron con Even in the quietest moments olvida que, además de las de Hodgson, están «Downstream» y «From Now On», dos joyas que siempre son solicitadas en los conciertos. El disco que les catapultó a la fama, Breakfast in America, incluye el gran éxito radiofónico «Goodbye stranger» pero se dejan fuera verdaderas joyas como «Gone Hollywood», «Oh Darling» o «Just Another Nervous Wreck». En el último disco junto a Hodgson se recuerda por este motivo y por «It´s raining again» pero las canciones de Davies son increíbles y marcaban el camino a seguir en el siguiente disco de la banda. La bluesera «Put on Your Old Brown Shoes» es una delicia, «My Kind of Lady» es un homenaje a la música que escuchaba de jovenzuelo, finales de los 1950s primeros 1960s, «Waiting So Long» sigue siendo prog-rock y «Bonnie» es otra buena balada.

Tras la ruptura con Hodgson, Davies siguió con Supertramp y publicó el maravilloso Brother were you bound con las increíbles «Better days» una ácida crítica a la clase política, «Cannonball» un juego musical divertido pues el patrón del piano es el mismo durante toda la canción y con un famoso videoclip,«Still in Love» y la extensa y progresiva «Brother Where You Bound». En Free as a bird cambió de registro, algo que no gustó al resto de compañeros —ni a él mismo sinceramente— acoplándose un poco al sonido de los 1980s. «I’m Beggin’ You» fue el primer sencillo y logró ser número con una versión realizada para las pistas de baile. «It’s Alright» y «Free as a Bird» son buenas canciones pero poco más.

Habría que esperar diez años antes de que Davies se decidiese a sacar del cajón a Supertramp. Ya sin Dougie Thompson que había dejado la banda, porque se tocaban las canciones de Roger pese al pacto de no tocarlas —aunque junto a John Helliwell, Bob Siebenberg y Dave Margereson (quien ha fallecido hace poco y fue manager de la banda) rescató el enorme directo Paris en película/DVD y nuevo CD con canciones que no entraron en los vinilos—, lanzaron un nuevo disco Some things never change el cual les confrontó con unos nuevos tiempos en los que parecía que Supertramp ya estaba demodé. La respuesta del público fue extraordinaria y las ventas no fueron malas, superando a los dos anteriores discos. Mucho más personal, el disco recorre todas las influencias de Rick con verdaderas joyas como «You Win, I Lose», las más supertrampera; «Listen to Me Please» otra en la onda antigua; y la coescrita con Mark Hart «Give Me a Chance».

Tras cinco años lanzaría el que es el último disco de Supertramp Slow motion que recupera «Goldrush» coescrita con su antiguo compañero Richard Palmer y que no fue bien recibido. Por lo que Supertramp quedó congelado, con alguna actuación suelta para conciertos privados, hasta que quisieron salir de gira para celebrar el quincuagésimo aniversario de la banda y apareció en mieloma que ha acabado con su vida. Mientras tanto, Rick se ha divertido con su banda de blues Rickie and the Rockets en algún bar cercano a su casa. Una banda, por cierto, que utilizaban para tocar el clubes y sitios similares cuando estaban de gira con Supertramp y así tocar otro tipo de canciones. Como pueden comprobar Rick no fue nunca «el otro» de Supertramp, fue Supertramp en sí. Por cierto, el nombre de la banda lo puso él por el libro de 1908 Auhtobiography of a supertramp de W.H. Davies.

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