El presidente del Gobierno destrozó el discurso alarmista y victimista del trifachito en sólo unos minutos. Pedro Sánchez dejó claro, por activa y por pasiva, que no habrá ningún tipo de miramientos ante procesos secesionistas: “No es No”. Ni independencia, ni cuestiones extrañas alrededor del tema Catalán. Diálogo dentro de los límites que marca la Constitución y nada más. Dentro de la ley lo que quieran, fuera nada. Así lo afirmó en una entrevista en Antena 3 donde acudió en la noche de ayer, haciendo una parada en su campaña electoral.
Ahora Casado, Rivera y Abascal tienen la oportunidad de enmendar sus mentiras, su inoculación de odio y avenirse a la realidad. No lo harán porque toda su campaña electoral está montada sobre la infamia de decir que Sánchez quiere destruir España. Justo cuando los que más han hecho por su destrucción han sido PP y Ciudadanos. El primero lanzando una campaña contra Cataluña al final del mandato de Rodríguez y al comienzo del de Rajoy, para tapar sus corruptelas y el austericidio, para terminar por dejar a los secesionistas actuar tranquilamente y proclamar la independencia, de forma guasona e irrealizable, pero independencia proclamada. Y Ciudadanos no ha dejado de alentar el odio en Cataluña, como ahora hacen en Euskadi por cierto, pero en cuanto ganaron las elecciones dejaron hacer a los secesionistas. Y todo porque España les interesa poco y sólo piensan en sus cuitas personales y privadas. Todo aquello que les proporcione votos pero dañe el bien común les parece perfecto. Pero hasta la estupidez humana tiene un límite, el que le imponen los que les rodean.
Sánchez, dejando a un lado el tema catalán, que fue el que monopolizó la entrevista como si no hubiese realmente problemas más gordos en España, intentó colocar algunas de las propuestas y de lo poco que han podido hacer en un gobierno minoritario. La “garantización” de las pensiones constitucionalmente, mientras que PP, Cs y los neofascistas quieren privatizarlas poco a poco, pero lo quieren hacer y hay una normativa europea que les protege. La defensa de las conquistas del Estado de bienestar y los derechos sociales de una España diversa y plural. Para desmentir, además, al cenizo de Casado que de tanto pedir la crisis económica parece que la desee, el presidente afirmó que “estamos llevando a cabo una política económica, rigurosa, combinada con política social”. Esto último parece ser que es lo que les molesta al trifachito, porque son conscientes, como todos los españoles y españolas, que la Troika está encima de las cuentas y las políticas acometidas.
Como no podía ser de otra forma, estando en una cadena de la caverna mediática y el establishment más furibundo, le hicieron una pregunta que a nadie le interesaba pero que iba con la intención de dañar la imagen del candidato, no conocer algo importante. Le preguntaron por la no comparecencia de Felipe González en los mítines. A lo que Sánchez respondió apelando a la pluralidad y la llegada de una nueva generación de militantes a la cúpula, que deben manejarse por sí solos. Eso sí, para fastidio de los preguntones, les dijo que se llevaba bien con el expresidente. Aunque igual debería haberles dicho que eso, si tienen valor, se lo pregunten a las bases del PSOE para ver qué les responden.
Más importante, según nuestro punto de vista claro, es la propuesta que hizo con toda lógica el presidente al afirmar que aspiraba a ganar las elecciones y “da cuatro años de estabilidad al país” al ser el PSOE el único partido capaz de garantizarlo. Buena respuesta porque en estas elecciones “tan líquidas” precisamente lo que está buscando el electorado es solidez. No quieren al chaquetero de Rivera por sus bandazos, ni al inestable de Casado por sus mentiras e ignorancia, de ahí que el mensaje de estabilidad de Sánchez confirma lo que hemos venido señalando en diversos artículos, que el PSOE busca la centralidad sistémica para conformar una mayoría, a ser posible por sí mismo, pero si no fuese posible sí con partidos estables a su vez.
Una entrevista corta, porque así lo marcaba la triste actualidad del incendio de Notre Dame, y por el propio formato. Tampoco necesitó mucho más para dejar dos o tres aspectos claros, el principal que ni por asomo habrá secesión y que aplicaría el artículo 155 sin miramientos. Ahora el trifachito seguirá mintiendo porque está en su ADN, pero la ciudadanía española ya ha escuchado de boca de su presidente que “¡Nanay de la China!”.