En agosto de 2012 la jueza del caso Rembaum, Shira A. Scheindlin, dictó una resolución acordando que los tribunales competentes para conocer del caso eran los de Suiza, condicionando la declaración de competencia de los tribunales suizos a que el Santander, Optimal Investment Services y sus abogados, Hunton & Williams LLP (H&W), diesen su conformidad a que las pruebas practicadas hasta entonces en el tribunal neoyorquino pudiesen ser utilizadas en los tribunales suizos, en los que ya había abierta una causa penal por los mismos hechos contra Manuel Echeverría, entonces ya ex Consejero Delegado de Optimal. El Santander y sus abogados aceptaron que la declaración de Jaitly pudiera ser utilizada ante los tribunales suizos y la jueza acordó el archivo en Nueva York para que los demandantes continuasen la reclamación en Suiza.
Efectivamente, en Ginebra un afectado suizo, Franck Berlamont había iniciado una acusación contra Echeverría y quería que la declaración de Jaitly y sus informes de 2006 fuesen aportados a dicha causa penal. Para ello requirió su entrega a los abogados H&W de Optimal, que se negaron obligando a Berlamont a instar un proceso de discovery —similar al iniciado recientemente en Nueva York por del Valle contra el Santander por el caso Popular— ante un tribunal de Nueva York para que se le entregaran la declaración y los documentos. Durante el proceso, Berlamont envió al tribunal una carta del Juez de instrucción suizo manifestando que la declaración de Jaitly y sus informes serían «de gran utilidad» para el proceso que se seguía en Ginebra. El Juez Gardephe ratificó la solicitud de Berlamont el 20 de junio de 2014, emplazando a los abogados del Santander y Optimal, H&W, para que le entregaran copia de la transcripción y documentos de la declaración de Jaitly, a lo que se negaron instando su anulación.
Inexplicablemente, los abogados del Santander y Optimal se negaron a entregar la transcripción de la declaración de Jaitly y los documentos para que sirvieran de prueba en el proceso penal abierto en el tribunal de Ginebra, en contra de sus actos propios, ya que, anteriormente, en el caso Rembaum habían autorizado expresamente, como condición para que el caso no se enjuiciase en Nueva York y se enviase a Suiza, su utilización en el proceso del país helvético. En el proceso de anulación, el juez Rakoff denegó el 4 de agosto 2014 la petición de los abogados de Optimal ratificando su obligación de entregar la transcripción de la declaración y los documentos anexos a Berlamont. Los abogados continuaron con su negativa ante el Tribunal de Apelación rechazando su petición mediante resolución de 19 de septiembre de 2014.
La conclusión que se puede sacar de la negativa del Santander a que la declaración de Jaitly de 2012 y sus informes de 2006 fueran enviados a la causa penal tramitada en el tribunal de Ginebra es que dicho tribunal no dispusiese de los mismos y con ellos pudiese comprobar que Echeverría y el Santander conocían todas las irregularidades de Bernard L. Madoff Investment Securities LLC (BMIS) pese a lo cual continuó invirtiendo los fondos de sus clientes en la estafa piramidal de Madoff lo que podría conllevar responsabilidades civiles y penales evidentes y nuevas reclamaciones del liquidador de BMIS Picard que llegó a un acuerdo con el Santander en mayo de 2009 que dejaría de tener validez si aparecía nueva documentación que implicase al Santander y Optimal.
En el juicio celebrado el año 2015 ante el Tribunal de Ginebra, Echevarría se negó a responder a las preguntas del fiscal, Marc Tappolet, y a las del abogado de la acusación particular, Berlamont. Además, el testigo más importante de la acusación, Rajiv Jaitly, ex director de riesgos de Optimal (2005-2007) que emitió el informe de 2006 y declaró en 2012 en Londres a petición del tribunal de Nueva York en el caso Rembaum, curiosamente no compareció al juicio para prestar testimonio.
En su anterior declaración de 2012 ante las autoridades americanas, Jaitly manifestó que desde que llegó a Optimal en 2005 solicitó visitar a Madoff en Nueva York para comprobar cómo operaban, lo que no consiguió hasta un año después. Pero no pudo visitarlo sólo, ya que Echeverría, temeroso de su ánimo inquisitivo, le acompañó y se reunió antes en privado con Madoff. Jaitly declaró que no pudo comprobar cómo se operaba y que Madoff se negó a enseñarle la planta 17 donde se suponía que se llevaba a cabo el trading y que todas sus preguntas eran cortadas. También declaró que desde Optimal se le disuadió de seguir su comprobación in situ y que internamente se le comentó que Madoff prefería «trabajar con fondos que no hacen demasiadas preguntas». Jaitly coincidía en las mismas irregularidades detectadas por Courvoisier y denunciaba que no se pudiera hablar con los supuestos auditores de BMIS que era una empresa desconocida de tres empleados en vez de una de las Big Four, ni comprobar sus operaciones de “trading”. Jaitly emitió su informe en 2006 que fue ignorado por Echeverría y el Santander y dimitió a finales de 2007.
Con todo y gracias a la no comparecencia de Jaitly como testigo en el juicio la jueza del Tribunal de Ginebra, Alexandra Banna, absolvió a Echevarría de mala administración en diciembre de 2015.
Pero Berlamont no se conformó e interpuso el correspondiente recurso que ha sido resuelto este mes de abril por el alto tribunal suizo que ha declarado que la Corte de apelación de Ginebra debería haber ampliado la acusación a Echeverría por fraude, lo que puede traer gravísimas consecuencias para el Santander.
Los abogados de Berlamont, Miriam Mazou y Laurent Moreillon, planean volver a la corte de apelación tras el verano para acusar a Echeverría de fraude. Otro abogado del equipo de Berlamont, Jean-Cedric Michel, ha manifestado que el liquidador de BMIS, Picard, podría estar muy interesado en que Echeverría fuese acusado de fraude, por los otros fondos que se podrían reclamar en los Estados Unidos al Santander además de los 235 millones de dólares que ya pagó en mayo de 2009 para librase de las reclamaciones judiciales de Picard.
En cuanto a la responsabilidad de las distintas instituciones financieras que colocaron fondos de sus clientes en BMIS, se puede hacer mención a las declaraciones de Madoff en una entrevista concedida al New York Times, en la que manifestó que los bancos tenían que conocer el fraude y que fueron, de una forma o de otra, cómplices por su ceguera voluntaria y consideraba que su actitud era algo parecida a si estás haciendo algo malo no queremos saberlo.
La deficiente actuación de control del Santander se evidencia con el hecho de que otras entidades financieras no operaron con Madoff tras llevar a cabo sus “due diligence” y no ignoraran las alarmas. Entre esas entidades financieras que no invirtieron en BMIS o recomendaron a sus clientes no hacerlo están Société Générale, Royal Bank of Canada, Goldman Sachs, Aksia, Acorn Partners, Atlantic Trust. También denunciaron públicamente las irregularidades de Bernard Madoff, entre otros, la revista Barron´s en mayo de 2001 y el experto en derivados Harry Markopoulos que facilitó en 2005 a la US Securities and Exchange Commission (SEC) un razonado análisis avisando que Madoff estaba ejecutando una estafa piramidal ya que sus resultados positivos durante más de 10 años eran matemáticamente imposibles.
Diez años después, la actuación del Santander y su gestora suiza Optimal con respecto a la mega estafa de Bernard Madoff vuelve a estar en duda y corren el riesgo, con la acusación de fraude a su consejero delegado, Manuel Echeverría Falla, de verse en serios problemas judiciales.