La Asociación de la Prensa de Madrid (APM) ha dado a conocer hoy los premios que concede anualmente. Y el premio a la labor periodística especializada en Madrid ha recaído en Sara Medialdea, la compañera de ABC. Un acierto de la APM el premiar una carrera cimentada en un estilo de periodismo clásico, de gusto al escribir, de interés por confirmar la noticia más allá de lo estrictamente necesario. En un tiempo donde todo son prisa, medio noticias, o alfalfa para los borregos, Medialdea aún conserva esa esencia periodística que cada día se hace más necesaria. Uno sabe cuando lee sus crónicas o sus primicias que lo que allí se expone va a misa. Y no porque escriba en el ABC, lo que la acerca un poco más al cielo que a los demás, sino porque confía en esa magna experticia del profesional del periodismo.
Intentando acostumbrarse a la locura que supone hoy el periodismo, esa necesidad imperiosa de más clics que nadie, y de la noticia más absurda que se pueda obtener, Medialdea sigue, pese al entorno nada propicio, lanzando perlas informativas que igual no tienen muchos clics, ni muchos retuits, ni muchos “me gusta”, pero sí contienen un poso de verdad humana que trasciende las propias palabras utilizadas, para guiarnos por unos hechos que se muestran a los ojos como algo completamente alejado de la posverdad.
Tiene suerte ABC de contar con una periodista como Sara Medialdea. No sabe Bieito Rubido que gran profesional tiene en su plantilla. Y si lo sabe no está de más recordárselo. Todo prudencia y buenas palabras, pero cada crónica supone no casarse con nadie y explicar cómo han sido los hechos en sí. Luego ya cada cual que saque sus conclusiones. Y si esos hechos molestan, que no lo hubiesen hecho o dicho. Estruja las fuentes hasta sacarles eso que haga distinto su artículo, no por más exclusivo, o más sensacionalista, para eso están otros, sino para que el artículo pueda reflejar todas las visiones del tema tratado.
Para mí, como cronista de combate, plumilla de lo etéreo, es un verdadero orgullo compatir con Sara Medialdea muchos días de pasillo, de calle y, por qué no decirlo, risas mientras comemos lo que se puede. Un premio merecido a quien dignifica la profesión de periodista. Y, también hay que decirlo, mujer, como la mayoría de las que cubren los eventos y actos políticos. Que luego se le dan premios a los Ferreras de turno que no saben lo que es pasearse las calles. Por cierto, a Ferreras también le han dado un premio, así que lo anterior dicho sin acritud. Abandonando la ironía, Sara ¡te lo mereces!