La Comunidad Autónoma afirma que el sector agroalimentario regional “mantiene su elevado ritmo de crecimiento en los últimos años a pesar de la entrada en vigor, en agosto de 2014, del veto ruso a los productos alimentarios de la Unión Europea, Estados Unidos, Australia, Noruega, Canadá y Japón”.
Siempre según la Comunidad las exportaciones de este sector estratégico han registrado un crecimiento del 19,89 por ciento desde 2014 con un salto de 3.517 millones de euros durante ese año a los 4.216 millones del pasado 2016.
“Durante los seis primeros meses de este año –añade- este volumen de ventas se situaba ya en los 2.359 millones de euros”.
Estas afirmaciones las ha realizado el director del Instituto de Fomento (Info), Joaquín Gómez, durante la inauguración de la jornada “Análisis de oportunidades comerciales actuales en el mercado ruso”.
“A través del Plan de Promoción Exterior en los últimos años hemos diseñado actuaciones a medida para aprovechar oportunidades como el tratado de comercio entre la Unión Europea y Canadá, el levantamiento de las sanciones económicas a Cuba o la liberalización del mercado chino a determinados productos hortofrutícolas y minimizar el posible impacto de otras amenazas como el Brexit o el veto ruso a los productos de la Unión Europea”, añadió Joaquín Gómez.
Caída del mercado ruso
Gómez reconoce que las exportaciones al mercado ruso han experimentado una importante caída desde que el gobierno decidiera prohibir la entrada de los productos alimentarios europeos, como consecuencia de las sanciones de la comunidad internacional por la crisis de Ucrania-
“Han pasado –señala- de 70 millones de euros en 2014 a 20,5 millones en 2016. En cuanto al sector agroalimentario, ha pasado de 16,8 millones de euros en 2014 a 6,5 millones el pasado año”.
Esta caída se ha procurado compensar con el crecimiento en mercados tradicionales y maduros como los de la Unión Europea (15,65 por ciento en Alemania; 4,98 por ciento en Reino Unido; 19,94 por ciento en Francia o 20,02 por ciento en los Países Bajos); así como por la apertura de nuevos mercados como los de China (338,78 por ciento); Japón (54,84 por ciento); Arabia Saudita (55,89 por ciento); Egipto (1.272,16 por ciento); Marruecos (98,48 por ciento); Corea del Sur (63,16 por ciento); Estados Unidos (26,68 por ciento); México (101,01 por ciento) o Cuba (44,81 por ciento).
“El mercado ruso es complicado por las tensas relaciones que mantiene con otras potencias de la comunidad internacional como la UE y Estados Unidos, pero no hay que olvidar que es la séptima economía más grande del mundo y que ofrece signos positivos, como la previsión de crecimiento para el año 2018, el surgimiento de una clase acomodada con importantes ingresos que busca productos exclusivos, el efecto llamada y la consiguiente estabilización política que puede generar la celebración de un evento de nivel internacional como el Mundial de Fútbol o la existencia de un tipo de cambio relativamente estable”.
Además, “la producción local y las exportaciones de otros países no afectados por el veto no ha sido capaz de atender la demanda local, por lo que cabe pensar que Rusia tendrá que levantar el embargo más pronto que tarde”, señaló Joaquín Gómez.