Si se hiciese caso a la afición atlética, por lo que exponen en redes sociales, el Atlético de Madrid no acierta con ningún fichaje. No les gusta ninguno de los que suenan o con los que se está negociando. Es la afición que más partidos de Premier, Ligue 1, Serie A, Bundesliga y la liga chipriota ve del mundo. Nadie llega a ese conocimiento profundo de todos los jugadores del mundo. Alguno, con mala leche, puede decir que es porque no soportan ver a su equipo y optan por otras competiciones, pero no parece que vayan por ahí los tiros. En realidad casi da igual a quien se fiche porque lo principal no está en la calidad misma del jugador sino en la mentalidad sostenida.

En el Atlético de Madrid se han fichado jugadores de equipos “pequeños, como Arteche, o de equipos grandes, Falcao, y el rendimiento ha sido bueno con mayor o menor calidad. Ha habido suerte con algunos, como Luiz Pereira, que unían calidad a raudales y competitividad y ha habido otros, el senderista luso, que pueden tener calidad y una mentalidad nefasta. En todo fichaje se puede tener o no buena suerte pero en lo que no se puede fallar es en la mentalidad del jugador. En el Atleti, como dijo Luis Aragonés, se juega para “ganar, ganar y ganar”, en todos los partidos y en todas las competiciones sin importar quien esté en el campo. Luego se podrá quedar primero o cuarto, pero como decía el sabio de Hortaleza hay que llegar con posibilidades a las últimas jornadas.

Ayer en el Club Uría (que pueden ver en Twitch y Youtube) al final de la segunda tertulia se puso el dedo en la llaga. Esto al final no va de fichajes, más o menos “buenos”, va de mentalidad competitiva. @Doniphon, @elabuchus, @EduardoDeAtleti, Pepe Pasqués (pasen también por sus canales) y el propio Rubén Uría debatieron sobre lo que ha venido cambiando el Atleti. De ser un equipo que quería «provocar el error de los dos grandes» a ser un equipo que «está a la espera de los errores de los dos grandes». Da igual que se fiche a Julián Álvarez si la directiva, el entrenador y los jugadores están a verlas venir, esto es, a quedar entre los cuatro primeros, intentar llegar a cuartos en Champions y ver si hay suerte con la Copa.

La temporada pasada jugaban cuando les daba la gana (y en algún caso las piernas) con el único objetivo de llegar a los mínimos que tienen en contrato para seguir con sus sueldos. Eso es lo que enfadó a gran parte de la afición, al menos, aquella parte de la afición que no está al FIFA y demás estadísticas inútiles. La afición que sí ha conocido los cabreos de Luis —también sus cosas raras que no interferían en la mentalidad— y el mandar a la mierda (dicho con claridad) al presidente de turno. Hoy toda la plantilla, incluyendo el cuerpo técnico, está completamente aburguesada. No tienen ningún carácter competitivo, entre otras cosas porque ni el entrenador, ni la directiva les piden más.

Aquí es donde la actividad del Cholo Simeone se ha ido desgastando con el paso de los años. El “partido a partido” es una completa memez si detrás no existe un deseo irrefrenable por machacar al contrario y pelear hasta el final por todas las competiciones en que se participan. El Atleti ha ganado ligas con plantillas muy menores respecto a otros equipos porque se competía hasta que los árbitros, la calidad o la suerte decidía que hasta ahí se había llegado. Igual un jugador que puede parecer menor, en cuanto a calidad, sin embargo es un perfecto competidor y uno muy bueno ser un dejado. No hace falta echar un vistazo en la actual plantilla para ver que jugadores como De Paul, por ejemplo, son anticompetitivos, pero el señor del banquillo no duda en hacerle titular todos los días.

Es responsabilidad del Cholo, porque en la directiva no va a haber ese carácter —ni Gil Marín, ni Cerezo son competitivos—, el volver a infundir ese carácter a los jugadores. Que hay algunos que vienen a tocarse los dídimos, pues puerta mañana mismo ya que hay tiempo para cinco salidas más si hace falta. Hay que fichar jugadores con carácter competitivo, con hambre de victorias y que no se escondan en los partidos —algunos aficionados rojiblancos no han debido ver todos los partidos de liga, ya que estaban viendo los de la liga polaca, pues se quejan de no fichar a alguno que se despista con frecuencia—, no guaperas y posturitas. Y luego que el entrenador exija esa competitividad más allá de lo que digan los contratos.

Esto cae del lado de los entrenadores por más que la directiva sea la que es. Esto es cosa del Cholo. Menos cantar estupideces como la gitana loca y más exigir carácter, ganas y competitividad a los jugadores, porque pueden gastarse mil millones (nunca lo harían) en los mejores pero sin ganas de “ganar, ganar y ganar” no hay nada que hacer. La historia del Atleti es competir hasta donde lleguen las fuerzas y dejen los poderosos, el resto es chau-chau para llenar artículos de periódico, vivir en La Finca o Somosaguas. Aquí se viene a competir y ganar, el resto es gilismo.

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