Ante más de 700 personas en el Centro de Exposiciones y Congresos de Campohermoso de Almería, Susana Díaz ha continuado su campaña electoral tras el debate a tres mantenido por la mañana. No era buena plaza pues Almería contiene bastantes rebeldes a la gestión de la presidenta y el PP parece haber instalado un fortín allí. Debe ser por eso que no hacen caso a Díaz cuando se cansa de “pedir a Rajoy y a los diputados almerienses del PP que el tren es necesario para el desarrollo industrial y económico”.
Antecedieron en la palabra a la secretaria general del PSOE de Andalucía, Esperanza Pérez, alcaldesa de Níjar, que remarcó la necesidad de un gobierno socialista encarnado en la figura de Díaz para que problemas como los del agua en la región se soluciones porque para el PP no deja de ser negocio y no ayudan con algún tipo de bonificación. Rafael Montes, alcalde de Fiñana, estuvo más contundente en las críticas a aquellos compañeros que están insultando a quienes no opinan igual dentro del partido, en clara referencia a las huestes sanchistas. Les llegó a recordar que con esa actitud ha llegado a olvidar “todo lo bueno que han hecho los socialistas”. Los insultos, que están siendo una constante en las redes sociales ante antiguos dirigentes socialistas que apoyan a Díaz, hacen perder de vista el buen trabajo realizado.
Le tocaría el turno de presentación e introducción al semi-retirado ex-diputado nacional y ex-alcalde de El Ejido Juan Callejón. Por conocer a la presidenta muy de cerca, no en vano compartieron escaños contiguos durante una legislatura en Madrid, entiende Callejón que el compromiso de Susana Díaz con el PSOE y las políticas de izquierdas es incuestionable. Recordó que, mientras el gobierno del PP lastraba a Andalucía y España, Díaz hizo desde la presidencia de la Junta un esfuerzo para que los derechos sociales no se perdiesen.
Comenzó Díaz siguiendo el hilo del debate a tres, la necesidad de que la política del PSOE tenga la capacidad de ser útil. No es que la presidenta andaluza se haya convertido en una defensora del utilitarismo de Jeremy Bentham o James Mill, aunque algún ramalazo hay en ella, sino que el PSOE necesita un proyecto de gobierno para poder llevar a cabo sus propuestas. Sin estar en la cúspide del poder, es decir, ganando, entiende la trianera que no es posible más que dibujar castillos en el aire. Sólo ganando se puede hacer política (útil) para toda la ciudadanía española. Y esto lo demuestra la historia porque, a decir de Díaz, “el PSOE es lo mejor que le ha pasado a este país”. Es por ello, por todos los derechos que ha posibilitado el PSOE por lo que no quiere un “partido que imite a nadie, sino al propio PSOE”. Un claro dardo lanzado contra el sanchismo y sus pretensiones de pacto inmediato con otras fuerzas políticas.
Un PSOE reconocible que no se dedique a dar bandazos y vaivenes, un PSOE que “antepone los intereses de los ciudadanos a los personales” en clara referencia al denunciado yoismo de Sánchez Castejón. Es por ello que en el deseo de la presidenta de la Junta está el unir al PSOE y por ello pide el voto. Pero rechazando el voto del insulto: “No quiero el voto de nadie que insulte a los compañeros”. Porque, a diferencia de lo que están haciendo en la candidatura rival como se malicia, “nuestros rivales no están en nuestro partido sino fuera”. Por eso ha insistido en ganar al PP y a Podemos.
El guiño con Almería ha venido con el tema de las infraestructuras, en general, y la llegada del tren, en particular. “No sé cómo decírselo a Rajoy” ha declarado. El transporte ferroviario es fundamental para la provincia almeriense porque supondría una reducción de los costes de logística, la cual genera, según ha comentado, una pérdida de competitividad a los productores almerienses. Y también ha recordado que Rajoy y su muchachada conservadora han presentado unos presupuestos generales que atentan contra Andalucía (no hay casi inversión) y contra las personas. Porque, ha dicho Díaz, lo importante de unos presupuestos es que afectan a personas de carne y hueso que ven como se les reduce la educación, la sanidad o la dependencia. Todo eso es lo que desea recuperar cuando alcance la secretaría general del PSOE y el gobierno de La Moncloa.