Teóricamente el 0 absoluto es la temperatura más baja que la ciencia pueda asumir y está en los -273,16º, y basándome en este sustento me pregunto si la verdad absoluta tiene algún parámetro similar que homologue una aseveración como irrefutable e inapelable en la confrontación dialéctica.

Es cierto que todos los actores que manejan el campo de las ideas coinciden en la inexistencia de la verdad absoluta, y lo declaran con la vehemencia de quien está absolutamente convencido de que su afirmación es inequívoca, y, por tanto, su negación se convierte en una afirmación contradictoria o paradójica fundamentalista, basada en la imperfección del ser humano diseñado por un Dios pluscuamperfecto que nos otorgó el libre albedrío más para fomentar lo errático de nuestro devenir que como un concepto del libre pensamiento acicalado por los conocimientos colaborativos del ingenio humano.

Todo este preámbulo, que más bien parece de la Grecia de Pericles, viene a colación por el papel que el concepto «Verdad» tiene en nuestros días por quienes deberían ser ejemplo pedagógico para la sociedad: los políticos. En nuestro país no solo mienten de forma calculada sino que, además, han diseñado sus estrategias para fomentar un tipo de adoctrinamiento social para que sus embustes deformen las percepciones de sus clientes, dejando abierta la puerta a un escenario formativo y configurativo de las mentes de los españoles a un escalón intelectual proclive para esas antiguas pagas que se les daba a los tontos.

Nadie conoce aún qué repercusiones patológicas funcionales puede tener este baño maría cerebral al que estamos sometidos, de momento el índice de enfermedades de tipo psiquiátricos es tan alarmante que no lo citan en los datos estadísticos de la sanidad pública, pero os aseguro que la anulación del campo crítico de nuestro ejercicio mental, conduce a esta sociedad a un pico insoportable de convivencia y progreso, y todo porque unos pocos que no superan el 1% de esta civilización no acepta que mis palabras que acabo de exponer sean una verdad absoluta.

En 473 palabras te he resumido por qué acabaremos siendo los últimos testigos de todo lo conocido con la gravedad que nuestros hijos no conocerán nada nuevo.

Te aconsejo que veas un video de tintes proféticos y que conocí hace unos años, porque a mí la ciencia ficción también me mola mucho.

 

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here