Ha sido durante la charla-coloquio para la presentación del último número de la revista Argumentos Socialistas cuando Toni Ferrer, secretario de Empleo y Relaciones Laborales del PSOE, ha expresado que “los dos grandes partidos de la izquierda ya están trabajando en la elaboración del nuevo Estatuto de los Trabajadores y Trabajadoras del siglo XXI”. La revista realiza una valoración de estos 150 días de gobierno de Pedro Sánchez y ese era el tema de la reunión celebrada en la sede del PSOE de Chamberí. Los ponentes han sido, además del propio Ferrer, Ana María Corral, Victorino Mayoral y el filósofo Antonio García Santesmases, moderados por la diputada socialista en la Asamblea de Madrid, Isabel Andaluz. Entre los presentes en la charla se ha podido ver al ex-secretario general de UGT Cándido Méndez y al pre-candidato al ayuntamiento de Madrid por el PSOE, Manuel de la Rocha.
Ferrer ha querido expresar que en lo relativo a los temas laborales en el gobierno no hay falta de voluntad, pero hay que ser conscientes de la dificultad aritmética. Toda la izquierda no tiene la mayoría suficiente para derogar el articulado tan lesivo que legisló el PP contra la clase trabajadora de este país. Y en esa voluntad está la creación de un nuevo Estatuto que recoja las “grades contradicciones en el ámbito del trabajo que se vienen produciendo”. ¿Cuáles son? La internalización de la economía a escala planetaria, los problemas consustanciales a la mujer y la influencia de las nuevas tecnologías. Todo ello no se ha incorporado al Estatuto de los años 1990s. Con Unidos Podemos, en este sentido, existe una buena sintonía ha querido aclarar Ferrer lo que ha permitido la elaboración del programa marco de actuación que se presentó hace unas fechas. También ha querido el dirigente socialdemócrata dejar claro que ni la Comisión Europea, ni algún estudio de esos que hacen los neoliberales han demostrado que la subida del Salario Mínimo Interprofesional genere desempleo en sí mismo. De hecho, ha recordado, en Alemania pasaron de 0 a 1.400 euros y no ha caído la economía. Avisa de esta forma de las posverdades de empresarios y políticos de derechas.
No cree que en los cambios en las relaciones laborales que se vislumbran con el gobierno del PSOE vaya a haber diálogo social, porque la patronal CEOE no querrá discutir sobre cambios y medidas que el gobierno del PP les dio gratis. Pero, mientras se cuece la elaboración del nuevo Estatuto, hay medidas que se van a poner en marcha como el registro de jornada obligatorio, para que las horas extras se conozcan de verdad al igual que las jornadas de trabajadores y trabajadoras. O medidas en favor de acabar con la brecha salarial hombre-mujer y la igualdad en el acceso al mundo laboral. El objetivo más importante, empero, es ese Estatuto de los Trabajadores y Trabajadoras para el que PSOE y Unidos Podemos ya están negociando bilateralmente.
El filósofo Antonio García Santesmases, por su parte, comenzó hablando de tres escenarios de incertidumbre en el marco político actual, pero que a la par son escenarios de oportunidades. No se sabe a ciencia cierta si el bloque heterogéneo que apoyó la moción de censura contra M. Rajoy va a seguir funcionando y tampoco cómo va a acabar la disputa en una derecha fragmentada, mal que le pese a José María Aznar. El siguiente escenario de incertidumbre política es lo que acontezca en el juicio de los políticos presos de Cataluña. No se sabe si harán como Simón Sánchez Montero que dijo “yo soy miembro del Comité Central del PCE” en versión catalana, o si será algo más moderado o extremo. Está en juego, indudablemente, el liderazgo de todo el procès entre la prisión donde está Junqueras y Waterloo. Y el tercer escenario de incertidumbre es fijar el modelo de acción política que se va a tomar con claridad. O se actúa en el sentido de Portugal y la unión de la izquierda, que sería lo aconsejable en opinión del profesor, o se va a acciones tipo socialdemocracia alemana. Eso sí, en todo este camino hay dos cuestiones fundamentales, que ya se han expresado en estas mismas páginas, se debe tener un discurso/relato de interpretación de la Historia que realmente compita con las cuestiones más demagógicas y de lenguaje líquido de las derechas; y “si se plantea la batalla ¡hay que darla!”. No sólo hay que preguntarse dónde está el PSOE en el debate dentro de la izquierda, sino ir más allá y luchar en el marco de los valores (aunque lleva un tiempo mayor), en el campo de la interpretación de la realidad, en el campo de la palabras. No puede el PSOE, ha venido a decir García Santesmases, dejar que las palabras se utilicen como significantes vacíos por parte de la derecha, hay que disputarles esa significación.
Ana María Corral también ha pedido una lucha pero en el marco de las migraciones. No hay que dejar, ha dicho, que la derecha sea la que marque la política migratoria en España o la Unión Europea. No puede ser que se acepte, en la vía que da derechos a inmigrantes, por vía de un supuesto apoyo al emprendimiento, a los investigadores y demás personal de alta cualificación, lo que beneficia a las grandes empresas; y por otro lado se criminalice a los demás grupos de inmigrantes. Todo esto debe trabajarse en la educación porque, al final del camino, no es más que el reflejo de una crisis de valores. Victorino Mayoral ha explicado que el Gobierno del PSOE debería, cuanto antes, atajar mediante los mecanismos que tenga a su disposición las pérdidas de derechos individuales que ha sufrido la democracia española. Especialmente la ley mordaza y la reforma del Código Penal en lo referente a la libertad de expresión, algo que ya están trabajando las izquierdas en el Parlamento. También ha querido recordar que es especialmente importante hacer del Estado español y sus funciones un modelo laico y con valores republicanos. Por desgracia hasta que no haya una modificación del Concordato con el Estado del Vaticano, la clase de religión va a estar en el currículum escolar, pero lo que hay que hacer es reducir su impacto lectivo. Y, por supuesto, no utilizar la asignatura de Educación para la Ciudadanía Europea y Democrática como cambalache con religión. No. Todo el alumnado debe estudiar la asignatura de los valores y la ética práctica.