No creo que sea el único que piense esto, que realmente existe mucha gente que probablemente acuda a votar el próximo 10-N con la nariz tapada, porque se avergüenza de lo que ve en el escenario político.
Escuché con interés lo que comentaba alguien como Pérez Reverte, al que se le podrá acusar a veces de sus excesos verbales, pero que dice verdades como puños y siempre con una extrema lucidez.
Comentaba Reverte que entre los políticos actuales sólo encontraba uno con un cierto interés, Pedro Sánchez, aunque reconocía que no tenía escrúpulos que mentía sin ningún complejo. Quizás le faltó añadir que aplica los mismos principios que en su día señalaba Groucho Marx; “estos son mis principios pero si no le gustan tengo otros”.
Coincido con él en que el panorama de políticos y especialmente de dirigentes actuales resulta desolador, pero discrepo de incluir sólo a Sánchez en el comentario anterior.
Hoy en día la política, los políticos son aplicados seguidores de la técnica que denominan “Fake news”, o sea en castellano paladino mentir sin ningún pudor y cambiar de criterio de la misma manera.
La última experiencia la hemos tenido con la solemne declaración del líder de Cs, Albert Rivera, señalando a su manera, probablemente acuciado por las últimas encuestas, que levanta el veto a Pedro Sánchez.
La respuesta de éste mirando igualmente las mismas encuestas y sabiendo que esta vez la suma no les va a dar, ha sido contundente, señalándole que ahora sólo quiere su abstención, que por cierto tampoco la va a valer para nada si no consigue al mismo tiempo la del PP y ese va a ser un hueso más duro de roer.
Sánchez por su parte también practica esta superflua “política del péndulo” al más puro estilo Marx (Groucho claro) y así lo que hace poco era UP para él, o sea socio único y preferente, ahora lo desprecia sin apenas sonrojarse.
Por cierto al hilo de este comentario resulta cuando menos sorprendente el aspecto hierático de nuestros líderes actuales, no cambian ni siquiera un pequeño pliegue de su cara, mucho menos su rictus estudiado durante horas ante el espejo, digan blanco o negro, sea algo triste o gracioso. Utilizando un símil que viene mucho a cuento, es como si tuvieran su cara esculpida en piedra.
Por su parte Pablo Iglesias a veces da la sensación que no se sabe muy bien si va o viene, quizás aturdido por los últimos acontecimientos. El revolcón que se llevó durante las últimas negociaciones sumado a la aparición en la escena estatal de su ex amigo Íñigo Errejón, le han dejado sin capacidad de respuesta y a veces en las últimas entrevistas se nota ese balbuceo de quien sabe que tuvo una oportunidad de oro y la dejó escapar, sin saber muy bien si se volverá a repetir.
Mientras tanto Casado espera pacientemente sentado a la puerta de Génova ver los cadáveres de sus enemigos pasar. Los únicos sobresaltos que alteran su placidez vienen de sus filas, desde Cayetana Álvarez de Toledo, pasando por Isabel Díaz Ayuso y el último Mariano Rajoy que imbuido del “espíritu Felipe González” se ha descolgado señalando que el futuro pasa por copiar la “Gran coalición” alemana.
Parece una vez más que los poderes fácticos se han dado cuenta del batacazo previsto de Cs y ante la llegada, parece que ahora sí, de una nueva crisis económica esa es su apuesta fundamental, el entendimiento contra natura PSOE-PP.
¿Traicionará Pedro Sánchez sus principios y a la base social socialista que le encumbró? Pues a la vista de todo lo anterior no sería descartable y claro, lo haría sin despeinarse teorizando que el futuro de España (España, España y más España) con el peligro de la recesión, del Brexit y de la situación explosiva en Catalunya tras la sentencia del “Proces” así lo aconsejan.
Todo sea por España, hasta la traición.
Éste es el terrible panorama que nos va a tocar sufrir, al menos a quienes aún creemos en los principios, en la verdad, la ideología y seguimos leyendo a los clásicos.
Las encuestas que van saliendo en los últimos días ya avanzan que la situación entre bloques (ya se sabe…derecha e izquierda) va a cambiar poco el 10-N y que todo va a depender de si el 11-N Pedro Sánchez se levante con el ropaje de quien ganó las segundas primarias, o las primeras.
Reconozco que en el instante de escribir estas líneas me invade el pesimismo, aunque aún me quede un leve poso de esperanza. En la política actual, con los políticos actuales todo es posible, hasta la “Grosse koalition” lo que a las gentes de izquierdas debe abrirnos las carnes.
Lamentablemente vivimos malos tiempos para la lírica decía el sabio, malos tiempos para la altura de miras, para las posiciones educadas e inteligentes. Ya no existen sabios, al menos en política.
Vivimos una escasez preocupante de estadistas que actualmente se encuentran en vías de extinción y así la representación de la soberanía popular está en manos de estos gañanes impregnados de incultura. Con minúsculas excepciones como Iceta, Urkullu, Junqueras, o Domènech, estos dos últimos lamentablemente fuera de escena.
¿Dónde quedan aquellos tiempos en los que teníamos a Tierno, Camacho, Suarez, Carrillo, Herrero de Miñón, Roca, Peces Barba, González, Solé Tura, Curiel, incluso el mismo Fraga y otros muchos? Aquella época de riqueza ideológica, donde lo blanco era blanco y lo negro, negro se nos fue, probablemente para no volver porque los que vienen detrás tampoco apuntan buenas maneras.
Los jovencitos y jovencitas que nos llegan a la política más parece que vienen a buscarse un buen puesto de trabajo que a hacer lo que deben y los principios y las ideas son cosas del pasado.
Decepcionante……..