Lo venimos contando en estas mismas páginas durante hace tiempo, Gabriel Amat está gestionando cada vez peor Roquetas de Mar, incluso en esas cuestiones que antes, por mor de un beneficio familiar como están investigando en el juzgado, las hacía decentemente. Las obras eran la especialidad de Amat pero hoy en día son chapuza tras chapuza y la última de ellas ha podido costar la vida a un menor. Una de las planchas de metal que conforman las paredes del, renovado hace un año, mercado de Abastos se ha caído pillando en su caída a un menor que ha debido acudir al Hospital por las heridas ocasionadas. Por fortuna no ha llegado a pillarle de lleno o en mala postura, lo que podría haber tenido graves consecuencias para su vida. A estas horas todo indica que no ha sido nada grave pero…
Amat está destruyendo la ciudad poco a poco. Como denuncian desde Izquierda Unida, y el PSOE les copia a la semana en alguna ocasión, el abandono y la dejadez es total. Un mercado que se tardó en reformar hoy se muestra como un peligro para sus transeúntes. No se comprueban las obras como sucede con algunas calles que se han quedado a medio hacer. O como sucede en el barrio de Aguadulce donde hasta las aceras son un peligro para la movilidad de las personas. Y todo ello porque Amat está más preocupado de sus líos judiciales por corrupción, por los problemas que tiene dentro del PP y porque los neofascistas le están ganando los votos, esos que son tan esenciales para seguir siendo el cacique que hace y deshace.
Denuncian los concejales Sensi Marcos o Juan Pablo Yakubiuk el estado lamentable de Roquetas, el aumento de la delincuencia, el incumplimiento de las normativas referentes al uso de motos eléctricas o la usurpación de espacios públicos por los hoteles, y todo le da igual a Amat. Él parece sólo centrado en el pelotazo urbanístico que quiere dar. A eso le dedica todo el tiempo que haga falta, pero a los problemas que tiene la ciudad en general ni dos minutos por lo que parece. Y de limpieza mejor no hablarle porque enfurece aunque la realidad es que en algunas zonas de Roquetas, en cualquier momento, va a saltar alguna alarma de insalubridad, como en el barrio de Buenavista.
Se le ha ido de las manos la ciudad porque ahora está más vigilado al no tener mayoría absoluta y no puede hacer y deshacer todo lo que querría sin dar explicaciones. O es que piensa ya en la jubilación (¿forzosa?) y todo le da igual después de la fortuna (que las malas lenguas dicen que es de 2.000 millones de euros) que ha hecho en estos 22 años de ser el cacique de Roquetas y, en parte, de la Diputación provincial. El caso es que desde hace años no hay conservación de lo público, los parques parecen selvas, los polideportivos son hornos, las plazas tienen destrozos del inmobiliario, o las aceras se levantan. Eso por no hablar de todas esas calles donde la oscuridad haría perderse hasta a Batman. Lo de ayer con el riesgo para la vida de un menor es la gota que colma el vaso de la incompetencia continuada de Gabriel Amat y un PP en descomposición.