No es la primera vez que desde el grupo senatorial de Unidos Podemos denuncian algún tema opaco referido a la monarquía española. Otrora fue Joan Comorera, ayer le tocó el turno a la senadora por Andalucía Maribel Mora. En esta ocasión la cuestión planteada tiene que ver con la carencia absoluta de transparencia de los actos del jefe del Estado y las contradicciones que ello plantea para el supuesto sistema democrático que existe en España. Un sistema que afirma en su primer artículo que todos los poderes del Estado emanan del pueblo español, salvo en lo referente a la jefatura del Estado en la que está Felipe de Borbón (antes Juan Carlos de Borbón), como bien ha recordado la senadora.
Mora ha puesto como ejemplo algo que está muy presenta en la cabeza de la ciudadanía, que el monarca, por su papel institucional en las Relaciones Internacionales de España, acudiese a Arabia Saudí e hiciese relaciones en favor de empresas privadas. En ese caso, que ya ha ocurrido con los Borbones y sobre los que existen sospechas de haber un lucro mediante comisiones, no se podría investigar nada por parte de los representantes de la soberanía popular. Como ha dicho la senadora “no podemos preguntar, ni investigar, ni manifestar que nos parece o no”. Y de ahí viene la primera contradicción democrática pues al pueblo soberano representado en las Cortes Generales (Congreso y Senado) se le impide la función de control e investigación de los poderes del Estado. Sin control democrático no hay democracia posible. Sin transparencia la democracia fenece.
Y si el monarca se lanza a hacer declaraciones fuera de su ámbito institucional tampoco se puede intervenir porque no se permite preguntar. Y cuando aun así se hace la callada es la respuesta habitual como se ha denunciado en estas páginas habitualmente. Si Juan Carlos de Borbón, sirviéndose de su posición en el organigrama del Estado, se llevó unas comisiones en el AVE a La Meca, pese a la ruina económica que puede causar en Adif (empresa pública). Aun menos saber si la amante (Corinna zu Sayn-Wittgenstein) le hacía de comisionista, de albacea o de testaferro. A pesar de que la propia mujer ha reconocido ser pareja, parece que el velo de la ignorancia (no precisamente el de John Rawls) se impone entre la gran cantidad de cortesanos que hay en política y en el mundo económico.
"Es difícil sentirse representado por una institución como la jefatura del estado a la que ni siquiera podemos dirigirnos y sobre la que hay una falta de transparencia absoluta."
📺 @MaribelMoraG en el #Pleno del @Senadoesp pic.twitter.com/tktbzHzYxL
— UnidosPodemos Senado (@UnidosPodemoSND) December 12, 2018
Denuncia Maribel Mora, incluyendo la fortuna estimada que no se quiere contar al pueblo de dónde ha salido, que es más fácil conocer el colorín, el vestuario y las joyas que lo que realmente hacen los monarcas en España. ¿Imaginan lo que sería preguntar por los ocho millones de euros que supuestamente tiene la reina actual? Pues imagínenlo porque no se puede saber con la actual opacidad del gobierno y la casa real española. Y es algo tan sencillo y democrático, como dice la senadora, como saber qué hacen y en qué se gastan el dinero de todos y todas que es de lo que supuestamente viven. De ahí que “es un poco imposible que nos podamos sentir representados por una institución así” explica Mora.
No es de extrañar que el auge del republicanismo, que también se tapa y solapa desde los poderes del Estado y se conoce gracias a las encuestas realizadas por consultoras, el deseo de cambio en la forma de la jefatura del Estado se extienda poco a poco. Una institución que privilegia la sangre antes que la capacidad, el mérito y el procedimiento democrático no puede considerarse democrática. Y menos cuando, como denuncia la senadora, se ha instalado la opacidad y la falta de transparencia desde los propios poderes del Estado, negando a las representantes de la soberanía popular preguntar, investigar o solicitar cualquier aclaración al respecto. Denuncia Mora, al fin y al cabo, una especie de chiringuito financiero en beneficio de una sola familia en España. Protegida por casi todos.