En un nuevo acto de heroicidad, porque gastarse casi noventa euros en una camiseta de un equipo de fútbol ya es heroico y más siendo una que no se volverá a usar, la afición del Atlético de Madrid ha derrotado a la directiva y a su equipo de comunicación. Algunos aficionados llevaban cinco años sin comprar nada de la mercadería de la SAD en venganza por haber puesto un logo en las camisetas, en vez del histórico escudo. Han agotado cerca de cuatro mil unidades que se han puesto a la venta por distintos canales de distribución.

Gente con poco recursos, gente con la vida resuelta, los fifas y panenkitas, aquellos que tienen solera en el trasero y un despistado que pasa por allí han dicho a Miguel Ángel Gil y Enrique Cerezo que quieren el escudo de vuelta, que quieren recuperar algo que es parte del sentimiento rojiblanco, que quieren una equipación con identidad. Y si aprietan a Nike para que haga camisetas normales, metiéndose por donde puedan pijamas, brochazos y demás adefesios, mejor. Una victoria rotunda de la afición que lo ha venido mascullando durante cinco años, hasta que ha podido gritar “¡Esta sí!”.

Piensan muchas personas que este triunfo igual hace recapacitar a Gil y Cerezo con el tema del logo infecto… y la realidad es que ni se habrán inmutado. Calculando por encima, el Atlético de Madrid habrá ingresado unos cuarenta mil euros por la venta de todas esas camisetas. Con eso Cerezo no tiene ni para invitar a una de sus “sobrinas” en el Pétalo’s una tarde-noche. Mientras vendan en otros mercados donde la cosa del logo ni se entiende, estarán tan panchos. Cobran muchos millones de Nike antes de vender camisetas y de éstas les quedan migajas. No es pasta suficiente para que Alique cambie de opinión.

Modesto García, el típico crio de escuela de negocios, sí que ha tenido un día movido a cuenta de un artículo que escribió diciendo que nadie se acordaría del escudo en seis meses. La reacción de la afición demuestra que sí se acuerdan porque la identidad es importante para los atléticos. Pensaría el chaval que como Alique es un madridista (que debe estar destruyendo la imagen desde dentro mientras Gil y Cerezo suben en la lista Forbes –de hecho si cualquier rojiblanco trabajase en el equipo blanco intentaría laminar lo que estuviese a su alcance-), se podían escribir cosas madridistas. Ahí está el pobre bloqueando atléticos en redes sociales porque le recuerdan la metedura de pata.

Gil y Cerezo ni se inmutan con estas cosas. Lo que sí temen es que la afición se vuelva contra el palco, como el padre temía aquello de “¡Gil cabrón, fuera del Calderón!”. A ver, que se hicieron con el club sin poner una peseta y además se quedaron con las de aquellos que sí pusieron su dinero. Que no están en el trullo porque el delito había prescrito. Pero de momento la afición está silbando a los Koke, Saúl, Simeone y demás jugadores identificados con la historia del club (que no de la SAD). Así que, mientras no les asusten, pasarán de todo y seguirán riéndose de los aficionados. Siempre habrá panenkitas que paguen abonos.

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