El próximo viernes 27 de este mes de Septiembre habrá más   movilizaciones mundiales que se están preparando contra el Cambio Climático. Se han celebrado,  el viernes pasado día 20,  más de 5.000 actos en más de 150 países y en el Estado español ha habido más de 300 organizaciones que secundan la protesta y continuarán. En Málaga se ha convocado para las 12 de la mañana en la Plaza de la Constitución el próximo viernes 27 de este mes.

Empezaron en Australia donde hubo más de 300.000 personas en la manifestación, en Berlín y Hamburgo con más de 100.000 en cada ciudad, París, donde hubo fuertes ataques de la policía con más de 150 detenidos al confluir la manifestación “ecologista” con la lucha de los “chalecos amarillos”,  Nueva York en torno a 250.000 manifestantes junto a la estudiante sueca, Greta Thumberg, que lanzó el movimiento “Fridays for Future” (viernes por un  futuro) acompañó a la marcha, tras viajar en un velero desde Europa para dar ejemplo de no contaminar, etc….

Las manifestaciones y huelgas son por la supervivencia del planeta Tierra, el único que tenemos para el futuro de la Humanidad y por tanto, no solo incumbe a la juventud, aunque son los  jóvenes los que más se están moviendo, sino que no debieran separarse de las restantes reivindicaciones sociales que afectan a la clase trabajadora y los sectores menos favorecidos, que son los primeros que sufren las consecuencias de los efectos devastadores de las inundaciones y catástrofes medioambientales que ya se están produciendo.

Nos enfrentamos a un capitalismo enfermo, autoritario y despótico, con temblores de crisis cercana, que oprime y explota a la clase trabajadores y machaca a los sectores más deprimidos y castigado por la anterior crisis que dura ya más de 10 años, con el único fin de acelerar la acumulación de las ganancias especulativas de los grandes bancos y multinacionales que no dudan en depredar y destrozar el planeta.

En esta ocasión, las direcciones de los sindicatos mayoritarios, como UGT,  CCOO y otros debieran tomar los acuerdos pertinentes y sumarse a la lucha solidariamente,  convocando para apoyar esta Huelga General de 24 horas que hay organizada por el movimiento estudiantil como el Sindicato de Estudiantes y otros, que secundan ya más de 200 organizaciones, incluidas las plataformas feministas como Libres y Combativas, pensionistas, organizaciones ecologistas, etc,  para exigir medidas económicas que permitan salvar al planeta.

Pero como se viene explicando en “Ecosocialismo de Izquierdas”, que es una plataforma que llevamos en FB un grupo de militantes de diversas organizaciones, salvar el planeta va a requerir organizarnos mucho mejor y masivamente, para retar y derrotar a la Dictadura Mafiosa de los Capitalistas y sus Monopolios, que ejercen una depredación permanente arrasando recursos en la producción mundial, haciendo caso omiso a aquel lema tan olvidado de “el que contamina paga” o negándose a aplicar la norma de “prevenir antes que curar”. 

Para ello necesitamos reivindicar también y conseguir lo antes posible lo que es una necesidad acuciante de establecer una planificación científica de los recursos económico, para producir de manera racional y respetuosa con el objetivo de mejorar el medioambiente, poniendo a todas las fuerzas humanas y materiales a trabajar garantizando el pleno empleo, con salarios dignos, con servicios sociales públicos gratuitos, que tendrán que ser conquistados a través de la movilización permanente de las masas en acción exigiendo todo un profundo cambio del modelo de sociedad, o de lo contrario, en unas decenas de años, según nos indican los científicos que trabajan en grupos “Ecologistas”, millones de personas podrían morir por las condiciones adversas que producirá este terrible Cambio Climático que podría hacerse irreversible poniendo a largo plazo en peligro la vida sobre el planeta.

Los efectos actuales son ya devastadores y los que participamos en partidos políticos y sindicatos de izquierdas sabemos que solamente acabando con la opresión, la explotación, los desfalcos y la podredumbre de este modelo capitalista que roba a los pobres para darlo a los ricos, podremos disponer de los recursos estatales, para iniciar la construcción de una sociedad auténticamente democrática y que se base en la justicia social, poniendo a la persona por delante del beneficio de unas mafias que están arrasando el planeta.

Vemos con horror lo que está pasando en Brasil, con más de 9.000 incendios,  cuando Bolsonaro está propiciando arrasar la Amazonía, que es el pulmón del Planeta, para beneficiar las inversiones capitalistas a las que este elemento neofascista se debe.

A los principales responsables de la destrucción del planeta que actúan de forma salvaje contra la humanidad, debemos llamarlos por sus nombres, al menos los más conocidos que niegan el Cambio Climático, como Trump y demás líderes de las derechas, defensores acérrimos del capitalismo que es la esencia químicamente pura de los fascismos que están levantando cabeza, por lo cual, debemos movilizarnos para defender la naturaleza con el objetivo de transformar la sociedad para poder librarnos de las catástrofes que nos amenazan.

Pero aunque tienen nombres y apellidos, es preciso entender que no depende solo de personas individuales (que en parte también), sino que precisamos conocer  la causa fundamental, que es este modelo imperialista multinacional, que controla y perturba los mercados internacionales y presiona a los gobiernos de todo el mundo, para que inviertan antes en armamentos, jueguen en bolsas, en especulación… aplicando métodos brutales en el ejercicio de la represión, las invasiones, el golpismo o la guerra,  cuando los pueblos pacíficamente se manifiestan pidiendo soluciones, negándose a tener en cuenta las necesidades básicas de la persona, negándose a invertir en cambiar el modelo energético basado en el petróleo, por ejemplo, negándose a dedicar recursos de verdad  para la transición ecológica a energías limpias y no contaminantes.

Datos apabullantes de estudios científicos hay abundantes, pues el 63 % de las emisiones de CO2 y metano, son el resultado de la actividad nociva de 90 multinacionales, que tomando un estudio bastante extendido de Oxfam, señala  que “casi el 50 % de las emisiones son generadas por el 10 % más rico de la población mundial, mientras que la mitad más pobre solo produce alrededor del 10 %”.

No es que el planeta se muere, como dicen muchos que tergiversan la verdad, sino que al Planeta Tierra lo están asesinando las grandes multinacionales manejadas por el G-7, el Club Bilderberg, que es el Gobierno Mundial en la sombra y el consentimiento de organismos oficiales, como la ONU, la OTAN, el FMI, la BM… manejados o a las órdenes del Complejo Militar Industrial USA, que domina el mundo mediante el terror y no la “democracia” como nos quieren hacer tragar con ruedas de molino, gastando enormes sumas en matanzas y destrucción con armas mortíferas como el Misil Tomahawk cuyo costo es de 800.000 dólares/unidad y demás armas de destrucción masiva y luego dicen que no hay dinero para evitar el deterioro del Medio Ambiente y  combatir la pobreza mundial.

En el intento que ha habido de conformar un Gobierno de izquierdas entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, que ha fracasado estrepitosamente en contra del sentir de la mayoría de izquierdas (ahora seguirán la bronca para ver quién es más responsable del fiasco), las consecuencias las podría pagar el pueblo, cuando las urnas habían hablado superando en torno a dos millones los votantes de izquierdas a los de derechas.

En el programa del PSOE  se contemplaba poner en marcha una “Agenda de Transición Ecológica”. Pero si Pedro Sánchez quiere seguir manteniendo esa tesis y realmente se propone luchar contra el Cambio Climático, no puede decir que prefiere pactar antes con C’s que con U.P. pues con una coalición contra natura y unos reaccionarios como Rivera es imposible; más bien  es desconcertante para convencer al votante, pues ese fue el primer fracaso de la vez anterior y si no rectifica esa posición, podría actuar como desmovilizadora para el izquierdismo, cuando en realidad debería preparar a las fuerzas sociales de izquierdas para luchar de forma conjunta confrontándose con las derechas y sus poderes económicos si quiere seguir siendo fiel a la anterior consigna movilizadora de “somos la izquierda”.

Un gobierno socialista que quiera aplicar un verdadero plan ecologista deberá empezar a explicar de dónde saldrán los recursos, que no pueden ser del bolsillo de los más pobres, sino que debe empezar por nacionalizar las empresas eléctricas y el sector de la energía para que sean públicas y al servicio de la ciudadanía y a su vez, presentar el resto del programa socialista, en el que se contemple una Banca Pública para acometer las inversiones necesarias que permitan resolver los problemas sociales, medioambientales y territoriales, que son las tres cuestiones ineludibles que un Gobierno tiene que  resolver y que nunca podrá llevarse a cabo con una alianza con las derechas, que defienden a las multinacionales y a las mafias de la banca y el capital, porque si se queda todo en palabras y no se acometen acciones firmes, ya sabemos lo que ocurre,  que en política son los hechos y no las palabras los que el pueblo,  que es sabio,  agradecerá o condenará finalmente con su voto.

No hay dudas que estas jornadas de lucha por un Planeta limpio del 27 de Septiembre, volverán a mostrar la determinación de la juventud y la clase trabajadora, atrayendo la solidaridad del pueblo unido en una lucha firme señalando a los responsables de las catástrofes ambientales, como ocurre en los Primeros de Mayo, jornada mundial de la clase trabajadora,  donde el pueblo toma las calles y plazas dando la batalla por un mundo mejor, señalando y protestando contra la explotación capitalista.

Es preciso tomar conciencia que la tarea fundamental es desarrollar estos movimientos “ecologistas”, “mediambientalistas”“ecosocialistas” para fortalecer las organizaciones de nuestra clase y poner fin a la dictadura de las mafias de los monopolios capitalistas,  porque con pequeños parches y medias tintas nunca podrán resolverse los  graves y acuciantes problemas globales que amenazan a la humanidad,  cuando nos jugamos tantas cosas,  por lo que, tomando como ejemplo las movilizaciones inmensas que consiguieron avances hacia el progreso,  es preciso seguir insistiendo que  “hay que ser realistas y pedir lo imposible” como se gritaba en la Revolución del 68 y seguir adelante en la batalla por la transformación socialista de la sociedad.

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