El Centro Tecnológico Avanzado de Energías Renovables (CTAER), sito en la ciudad almeriense de Tabernas, ha presentado concurso voluntario de acreedores después de no llegar a un acuerdo con distintos fondos de inversión extranjeros. El acuerdo previo le había salvado para evitarlo hace unos meses pero no ha podido ser. Los fondos extranjeros no han querido invertir en la investigación de biomasa y fotovoltaica. Pierde la provincia y la región su segundo centro de investigación en apenas unos meses. Cabe recordar que en marzo de este mismo año el Centro Tecnológico Avanzado de la Piedra (CTAP) de Macael también tuvo que entrar en concurso de acreedores por falta de financiación.

En ambos casos los distintos responsables han acusado a la Junta de Andalucía por haber sido la culpable de su bancarrota. En el caso del CTAER acusan a la institución andaluza de deber 62,2 millones de euros en proyectos. Algo que se ha negado desde la propia consejería que dirige Antonio Ramírez de Arellano. Desde la Diputación y desde el Partido Popular también acusan a la Junta por deber dinero. Sin embargo, las explicaciones han sido dadas por Miguel Ángel Tortosa. La Junta de Andalucía reconoce tener una deuda de 1,5 millones de euros con el instituto tecnológico pero nunca esos 62,2 millones que le reclaman. Explica Tortosa que la cantidad reclamada estaba destinada a proyectos que jamás llegaron a ejecutarse por lo que no se deben abonar.

Las cantidades a abonar que faltan vienen derivadas de los expedientes de proyectos que deben ser verificados por los correspondientes funcionarios, los cuales deben dar su visto bueno al pago. Pero no deben más dinero porque, hayan presupuestado lo que hayan presupuestado, la Junta paga por proyectos realizados y éstos jamás se han llevado a cabo. Es más, inquieren desde la Junta que también se han perdido cerca de 80 millones de euros que aportaría el Estado a otros proyectos inconclusos.

Los responsables del gobierno andaluza vienen advirtiendo que los centros “deben ser viables y autosuficientes”. La Junta y otras instituciones públicas, como en este caso la Diputación de Almería, aportan un dinero como financiación basal. Y deben ser los centros aquellos que cubran el presupuesto con sus investigaciones y proyectos. El CTAER ya se vio abocado a un ERTE en 2015 por el que fueron despedidos muchos y muchas trabajadoras. La actual salida parece encaminada al cierre final del Centro por su falta de capacidad para atraer fondos propios.

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