Cientos de miles de personas se movilizan para asistir a la manifestación de la DIADA 2018 este martes 11/9 tras un año bastante agitado, donde el número de republicanos independentistas parece que sigue aumentando. Muchos dirigentes políticos que desconocen o reniegan del método del materialismo dialéctico para el análisis de la realidad, no pueden entender que aplicando esa ideología al cálculo de probabilidades de las perspectivas políticas, a corto, medio y largo plazo, se comprende mejor la situación si se llega a la conclusión que todo está en movimiento, “todo fluye, todo cambia, nada permanece” como sentenció el filósofo Heráclito mucho antes que Marx lo concretara y el conflicto en Cataluña también tendrá que tener un desenlace aunque no a corto plazo.
Desde un análisis marxista aplicado al conflicto catalán, vemos cómo se han venido agudizando las contradicciones. Algunos pronosticaron hace tiempo que al final nos encontraríamos con un dilema: Intentar una salida por métodos democráticos y pacíficos, o sea por el “Voto”, o surgiría la violencia, la represión y el enfrentamiento, es decir la “Bota” militar. Cualquier persona decente que se considere demócrata podría pensar que es preciso intentar negociar una salida, porque vimos cómo la política inmovilista aplicada por Rajoy y su pandilla de asesores ineptos, fracasó cuando esperaban que el suflé bajase, pero ha ocurrido todo lo contrario.
Esa frase de “votos o botas” se entendió claramente desde el principio por una parte de las direcciones de izquierdas y la ciudadanía más democrática, así como siempre ocurre en el pueblo llano tanto en Cataluña como en otros lugares. La gente llega a la conclusión de expresar la necesidad del cambio, exigiendo y luchando por una consulta con la expresión “volem votar” en Catalunya, “Bozkatu nahi dugu” en Euskadi, “queremos votar en Galicia y resto del Estado”, “we want to vote en Escocia”, “Nous voulons voter en Quebec”, es decir, todos los pueblos tienen el deseo y el derecho a decidir democráticamente su propio destino.
Allí donde los pueblos no pueden votar en completa libertad es porque las leyes no están hechas con relación a facilitar al pueblo ese derecho. Bastantes democracias liberales, están concebidas con la mentalidad vertical capitalista de arriba hacia abajo y no a la inversa, de forma horizontal, como sería un modelo de democracia más evolucionada, o sea, una democracia social y no burguesa.
Aquellos otros del PP que dicen ser demócratas pero tienen el cerebro obnubilado por una mentalidad que viene del pasado franquista, en vez de aplicar un método democrático del diálogo y la reflexión a una cuestión eminentemente política, tomaron el camino equivocado de su “judicialización”, empezando por impugnar el “Estatut Catalá”, que democráticamente había sido votado mayoritariamente por la ciudadanía catalana.
Cuando el pueblo retó al Estado Central y preparó una consulta popular el 01/10/17, aquel PP del “desgobierno”, una vez más aplicó el camino de las “botas”, en vez del de los “votos”, pues al intentar evitar la consulta a través de las fuerzas represivas del Estado Central, el pueblo catalán se sintió agraviado y apaleado. La mentalidad retrógrada y reaccionaria de un Gobierno del PP demostró ser incapaz de articular ninguna otra salida no traumática, echaron manos de la “porra” y los “guardias”, método aprendido de sus ancestros.
También habrían podido optar por otros métodos, como por ejemplo, declarar, antes de recurrir a la amenazante movilización de los “piolines” y sus hazañas posteriores, algo así como emitir una Declaración en esta línea: “El Gobierno no concede validez alguna a ese simulacro de Referéndum porque lo considera ilegal. Así pues da por entendido que el “Govern de Catalunya”, al igual que el “Gobierno Central”, consideraremos el resultado solo como una consulta democrática con carácter NO vinculante”.
Pero con la mentalidad represiva que caracteriza a los Gobiernos de Derechas durante toda la historia, Rajoy ya había optado por la movilización general de las fuerzas de forma exagerada. El desplazamiento amenazante de miles de agentes de seguridad armados hasta los dientes significaba que apostaban por el camino de las “botas”, negando el más propio de los “votos”, cuyos ramalazos de violencia que se produjeron en aquellas fechas se adjudicaban unos a otros, polarizando la situación y aumentando el número de ciudadanos de Cataluña que optaban por la República al sentirse humillados y ultrajados.
Aquellos errores y rasgos represivos del Gobierno del PP, junto al pestilente estado de corrupción que lo cercaba, que demostraban los desajustes de las cloacas del Estado, además del comportamiento duro del aparato judicial, la nefasta política antisocial aplicada contra los intereses del mundo del trabajo favorable a los banqueros y corruptores, con la guinda final del desprestigio de la Corona del Emérito y su Corinna, fueron las gotas que colmaron el vaso de la paciencia de amplios sectores de la población que se enfrentaron en ese lamentable espectáculo de la “Guerra de las Banderas”, alimentadas por la burguesía nacionalista españolista y la burguesía nacionalista catalanista.
La calle era una ebullición que se reflejó hasta en la representación parlamentaria, tras el estallido de corrupción de la sentencia del Caso Gürtel que condenaba al PP a título lucrativo. Se abrió un momento propicio para que prosperara una Moción de Censura presentada por PSOE, que consiguió aglutinar una mayoría amplia para desalojar al PP del Gobierno, siendo elegido Pedro Sánchez (PSOE) como nuevo jefe del Gabinete, que representaba un estilo diferente y dialogante.
Damos un salto en los acontecimientos, obviando el tan conocido episodio vivido en septiembre, octubre y posteriores del año pasado y pasamos directamente a estos días en que Pedro Sánchez, en nombre del nuevo Gobierno Central ofrece diálogo y Torra en nombre del Govern Catalá también ofrece diálogo, como pudimos ver el domingo 9/9 en el Objetivo de la Sexta y en fechas anteriores. Las posiciones, aunque siguen enfrentadas, parecen encontrarse a un distinto nivel ante las dos perspectivas de “Votos o Botas”, porque se aprecia una leve distensión, que posiblemente se refleje o se agudice tras la DIADA del 11/9 y la efemérides del 1-0.
Tras la reentré en el nuevo curso político, Pedro Sánchez lanzó el 3/9 una propuesta de un “Referéndum por el autogobierno”. Torra respondió el 4/9 planteando un “Referéndum de Autodeterminación”, pero parece que existe una voluntad clara de iniciar el diálogo, acometiendo los debates con propuestas documentadas encima de la mesa por ambas partes. Siguen en alto las espadas: ¿Votos o Botas? Es el permanente dilema en esta actual “guerra fría de los lazos”, exigiendo “Llibertad presos politics” que es una continuación de aquella anterior de las “Banderas”.
Joan Tarda de ERC manifestó en unas declaraciones el 5/9: “Si hay algún independentista ingenuo o estúpido que quiera imponer la independencia sin tener en cuenta al 50 % que no es independentista es evidente que está absolutamente equivocado”.
Esas palabras podrían representar un giro en la situación hacia la distención que merezcan un esfuerzo por ambas partes para poder sentarse en una mesa de negociaciones, e indagar en la posibilidad de una solución posible si ambas partes mantienen la voluntad política y se abre un debate sincero, sin líneas rojas, sobre la cuestión fundamental de la República.
Nadie en su sano juicio podrá pensar que en un par de reuniones, o en un par de meses van a solucionarse esos difíciles problemas, porque los procesos electorales que se avecinan podrían distorsionar la situación, cuando entren en combate las fuerzas de las derechas coaligadas del PP/Cs que irán a saco contra Cataluña, contra Pedro Sánchez y Unidos Podemos, por lo que la posición más viable del compromiso al que se podría llegar entre Sánchez y Torra en el corto plazo podría ser “acordar una Tregua”, para continuar negociando, más adelante, con tiempo suficiente y el compromiso claro de acordar una salida por el “Voto”, que solamente un Gobierno de las Izquierdas podría consolidar.
El pirómano de Albert Rivera, el 7/9 en plan de agitar la bronca “acusa a TVE de mentir y ser un aparato de propaganda independentista”. El PP por boca de Casado dice el 8/9 que “se empiezan a dar las circunstancias para aplicar el 155 de nuevo en Cataluña”. Esas políticas represivas son por las que abogan los cuadros dirigentes del tándem Casado/Rivera. Solo saben echar leña al fuego de la crispación y amenazar constantemente con medidas duras, sabiendo que detrás de eso podrían llegar otros artículos como Estado de Alarma, de Excepción y de Sitio.
Esa escalada represiva representaría volver a situaciones similares típicas de la Dictadura, que fueron diseñadas por aquellos “Padres de la Patria”, entre los que se encontraban representantes de las izquierdas, del PSOE, PCE y otros que sucumbieron a los chantajes de las constantes amenazas de Golpismo como se reflejó en el Tejerazo del 23F81, cuyo Jefe Supremo llamado “El Elefante Blanco”, nunca apareció. Posiblemente algún periodista avispado tendría que preguntarle a “un embajador español que acompañó a Corinna en un encargo oficial del Rey Emérito en Arabia Saudí”, si alguno de los dos lo vieron en Botsuana en aquella nefasta y aciaga cacería.
Muchos socialistas que somos republicanos debemos insistir en una salida democrática a medio y largo plazo, evitando el camino peligroso de las “Botas”. Vamos a tener que defendernos no sólo frente a los fascismos rampantes, también combatir las políticas de desigualdad que nos ha dejado el PP como herencia, con los abusos de la patronal, las políticas que han producido el empobrecimiento, la miseria y la desesperación, que fomentaron la radicalización y la represión. Ese es el único método que sabe aplicar la clase dominante como propuesta a la salida de los conflictos sociales y territoriales.
La burguesía está histérica con el relevo de Gobierno pero “El cambio es permanente y todo sistema para ser válido de forma regular debe transformarse y avanzar con la historia, con el tiempo y con las dinámicas sociales, físicas y naturales”, como decía Engels, por lo que debemos seguir atentos a los acontecimientos que vamos a vivir en este “Otoño Caliente” que se anuncia.
La clase trabajadora, sobre todo los que nos reclamamos del socialismo y nos sentimos republicanos, debemos reconstruir la capacidad unitaria y organizativa de los movimientos sociales para utilizar la lucha de masas, y a su vez debatir, preparando una alternativa de gobierno de las izquierdas que sea fuerte y estable fruto de los “votos” en las próximas elecciones.
El objetivo debe ser la superación del capitalismo como modelo agónico y sustituirlo por un Estado Federal, Laico, Republicano, Socialista, Democrático, Cooperativo y Solidario, donde podamos convivir todos los pueblos, con el proyecto de transformar la sociedad en un plano de igualdad y apoyo solidario mutuo, pero eso tenemos que alcanzarlo mediante los “Votos” como único mecanismo para evitar ”las Botas”, sin olvidar que una lucha entre clases, organizada, unida, masiva y pacífica por el socialismo, tendrá que ir a veces acompañada de la movilización de masas porque la batalla por nuestros derechos tiene que seguir siendo el motor de la historia.