La diputada de la Asamblea de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se ve proclamada como presidenta de la Comunidad tanto como para ir usurpando las prerrogativas de la institución. Como si ya hubiese sido nombrada con el máximo cargo de aquella, Díaz Ayuso no ha dejado la oportunidad de darse un baño de masas en el balcón de la Puerta del Sol junto a los campeones de la Liga ACB de baloncesto cuando no es más que una simple diputada. Saludando al pueblo que esperaba a los campeones la popular ya saboreaba las mieles del poder que aún no tiene. Pero eso no le ha impedido ejercer de jefa.
Tanto da por hecho que ya es la futura presidenta, aunque no deje de ser una diputada de a pie, que hasta se ha hecho una foto con el equipo justo al lado del presidente del Real Madrid, Florentino Pérez. Pronto se acerca a los poderosos y los poderosos se acercan a ella. En la imagen (que pueden ver en el titular de la noticia) se observa que ha desplazado al presidente en funciones, Carlos izquierdo, y al presidente de la Asamblea de Madrid, Juan Trinidad, que sí son cargos electos e institucionales confirmados. Ella al lado de Pérez para que se vea quien manda. Evidentemente es Florentino, pero en la cabeza de Díaz Ayuso ya ejerce como jefa del cotarro a la que deben rendir pleitesía hasta el electo presidente de la Asamblea.
No habrán visto en las noticias, ni en imágenes a los demás diputados y diputadas de la Asamblea de Madrid que tienen el mismo derecho que ella a estar en ese fasto. Al menos los y las que se sientan madridistas podrían haber ido. Pero no. La patrimonialización de las instituciones, la usurpación de las funciones porque se piensa que ya es de una el cargo, es la tónica en el PP madrileño. La carencia de ética al no comprender que aunque sea factible que sea nombrada presidenta, al no ostentar cargo alguno de carácter institucional, no debe estar ahí y menos hacerse fotografías como si fuera la presidenta, no sorprende en quien durante la campaña electoral se destacó por su incontinencia verbal. Ahora también es incontinencia por el cargo.
Si sólo hubiese sido la foto con los campeones podría haber excusa, podría decir que era una cosa privada que le hacía ilusión, pero salir al balcón con el consejero de Cultura indica que no, que es una usurpación de funciones. O un intento de tapar de manera populista (en el sentido demagógico) los problemas que la prensa va sacando a la luz como el posible alzamiento de bienes al aceptar la donación de un piso de sus padres para que no fuese embargado por deudas empresariales. O los 400.000 euros que le concedió AvalMadrid a su progenitor cuando ella trabaja en la Comunidad de Madrid. Igual no es tan ególatra y todo se debía a una maniobra de despiste para esa carencia de virtud civil. O las dos cuestiones a la vez porque estando el PP y Díaz Ayuso por medio todo es posible. El día que sea presidenta que se haga fotos hasta con la estatua de ajedrecista de la calle Arenal, pero ayer no era más que una simple diputada usurpando funciones.