En el carrusel de emociones que es el Atlético de Madrid, ahora se suma el fichaje de un jugador más madridista que Bernabéu para paliar la salida de Renan Lodi. Un puesto para el que, según palabras de los amanuenses del CEO, había jugadores de sobra en la plantilla. Por ello se aceptaba la salida del internacional brasileño. Un jugador que no cae de pie entre la afición tanto por su madridismo como por su falta de calidad para jugar en la SAD madrileña. Para más inri, llega lesionado.
Sí, Sergio Reguilón llega con una lesión que le tendrá fuera de juego un mes y pico aproximadamente. De hecho, según cuenta el comunicado oficial del Atleti, la semana pasada se operó de una pubalgia. Vamos que el Atleti ha fichado un herniado. Es el “fichaje del cojo” que faltaba en la colección del gilismo después de los negritos, los sin sangre (Dobrovolski, Nimny), los que no llegan a la temporada (Demichelis) y los que carecían de una completa calidad (Maguy, Sosa, Guivalogui…).
Reguilón, bota de oro
Igual ha pensado el gran jefe Crooked Face que, como cuenta la leyenda, el jugador lesionado que se queda de delantero durante el partido mete goles, el chaval se va a hartar a golear. Da igual que sea defensa, si es que sabe el CEO lo que es un lateral, va a meter goles. “¡Bota de oro! ¡Reguilón, bota de oro!” se coreará en las gradas del Metropolitano.
También puede ser que, vista la suerte que tiene el Real Madrid, esté fichando parte de esa flor. Como comentaba The Lion (@loloutlaw) en Twitter, la combinación entre Reguilón, Morata, Llorente y Hermoso hace que lleguen goles con el culo, de rebote… O penaltis por desmayos de jugadores al sentir que se acercaba un contrario (como le pasó a Gento en una final de Copa de Europa). Es posible que sea todo una estratagema que no sabe la afición vislumbrar y que sólo está al alcance de un portento como Gil Marín.
El miedo perenne a la heitingada
Lo que más tiene acongojada a la afición rojiblanca, por no decir acojonada, empero es la posible heitingada del máximo mandatario. Como contaba ayer mismo el maestro Rubén Uría, no es que un miedo producto de supersticiones, antropológico o vital, sino que no sería la primera vez que venden a un jugador importante el último día, trayendo un parche de peor calidad. Toda la afición está con el corazón en un vilo esperando que pase el 1 de septiembre para poder respirar sin que haya habido sorpresas desagradables.
Parece que la bala de Carrasco ha sido esquivada pues el máximo accionista del Tottenham ha dicho que no pone los 60 millones de la cláusula. Lo que no impide que un escalofrío recorra el cuerpo de cualquiera al escuchar el nombre de Correa, de João o de cualquier otro jugador rojiblanco (o butanito, ahora que se sabe el color de la tercera equipación, la cual no empeora la primera). Se sospecha que alguno saldrá porque parece ser que se han estado moviendo en el mercado francés para tener un recambio.
Dicho todo lo anterior, ahora que Reguilón se va a poner -algún día de aquí a dentro de dos meses- la rojiblanca hay que considerarlo “uno de los nuestros” (aunque no se le quiera como a otros). Y con los nuestros se va a muerte ¿no? O eso se decía. Además, esto igual lo han pensado en la dirección deportiva aunque no se puede estar seguro, su llegada permite tener los seis formados en España (dos en el club –Koke, Saúl- y cuatro en la federación –Morata, Llorente, Hermoso, Reguilón-) que posibilitan tener alguna ficha más para la Champions en la Lista A.