Podríamos definir a Martu Garrote como abogada, como tertuliana, como tuitera, como escritora, pero la mejor palabra que la define es Socialista. Hoy es un día muy importante para ella, es el día en que, tras un año suspendida de militancia, vuelve a recuperar esa condición que es una parte de su ADN.
Martu fue suspendida temporalmente de militancia por hacer lo mismo que el día uno de octubre hicieron cientos de militantes a las puertas de Ferraz: ejercer su derecho a la libertad de expresión. Sin embargo, en el Partido Socialista del año 2015 no estaba permitido el ejercicio de ese derecho reconocido. Una manifestación espontánea a las puertas de la sede hizo que varios militantes madrileños fueran expedientados por la anterior Ejecutiva de Pedro Sánchez por el mero hecho de protestar contra la injusta defenestración de Tomás Gómez.
En este tiempo Martu ha seguido dando su opinión respecto a la política en distintas tertulias televisivas, en sus artículos de análisis político en distintos medios, en su blog, en su labor de subdirectora de El Socialista Digital, y, sobre todo, en su libro Memorias de una militante de base, base: mis vivencias como militante del PSOE.
Una paradoja, hoy, el día en que Martu Garrote recupera su condición de militante del PSOE, es el día de ¡San Pedro!
Hoy has recuperado tu condición de militante del PSOE, ¿ha sido muy duro este tiempo viendo los toros desde la barrera con todas las cosas que han pasado en el partido?
Lo primero es confirmar que me han devuelto la militancia con todos mis derechos y obligaciones porque no he recibido comunicación alguna al respecto de Ferraz por lo que, confío en que se cumpla lo dictaminado por la Comisión de Ética y Garantías Federal, el año pasado.
Ha sido duro estar fuera del PSOE, donde milito hace casi dos décadas y digo milito, porque yo no me he limitado nunca a estar afiliada y pagar cuota, sino que he estado siempre implicada en la vida orgánica, desde mi Agrupación, el Comité Regional, las redes sociales, los medios de comunicación…
Lo cierto es que me he perdido avalar y votar a Susana Díaz en las Primarias, pero he participado en toda la campaña ayudando en la recogida de avales, defendiendo la opción que consideraba mejor para el PSOE, en suma, ejerciendo de militante aun con mis derechos suspendidos.
Durante todo el proceso de primarias te posicionaste en favor de Susana Díaz, ¿por qué? ¿Qué tenía el proyecto de Susana que no tuviera el de Pedro Sánchez o el de Patxi López?
A Pedro Sánchez ya le conocíamos, en sus dos años al frente del PSOE hemos cosechado los peores resultados en dos elecciones generales y además dos derrotas territoriales en Galicia y Euskadi. En lo interno, su mandato supuso purgas al crítico (sufridas en mis propias carnes), autoritarismo, sectarismo y super ego. No veo cómo iba a querer más de eso, máxime cuando yo no le apoyé en 2014 porque ya le conocía desde hace tiempo y sabía que no iba a resultar un buen Secretario General.
Patxi fue una opción oportunista para tratar de quedarse con los apoyos de Pedro una vez dimitió, por consejo del propio Patxi. Apoyos que encarnan todo aquello que yo no quiero para el futuro del PSOE, por lo tanto, ni me lo planteé.
Susana siente el socialismo parecido a como lo hago yo, proviene de una familia humilde, donde se han pasado fatigas, que tiene claro que, gracias al PSOE, pudimos estudiar en igualdad de condiciones, que disfrutamos de una Sanidad envidia del mundo, que nuestros mayores, incluso los que no cotizaron durante el franquismo, tienen una vejez decente. Sabe que lo que somos hoy se lo debemos a referentes como Felipe o Guerra, que echar la culpa de todo lo malo que trajo la crisis a Zapatero fue un error que aún estamos pagando y que el populismo es nuestro mayor enemigo.
Ganó Sánchez, ¿por qué más de la mitad de la militancia que votó apoyó a un candidato que demostró que no era el adecuado para llegar al gobierno?
Pedro construyó un relato tan falso como efectivo que nosotros no supimos contrarrestar, quizás porque no lo tomamos en serio. Era tan absurdo que la militancia creyera que aquel que fue un líder autoritario, que sumó fracasos en las urnas, que se enemistó con todo el que le había apoyado un par de años antes, era una víctima.
Era tan absurdo que alguien creyera que un hombre tan moderado (algunos dirían que liberal, a la vista de su tesis doctoral o su pacto con Ciudadanos) se presentara frente a la militancia del PSOE como un bolchevique.
Era tan simple el mensaje, barones malos y de derechas, Gestora mala y de derechas, todo el que le lleve la contraria a Sánchez malo y de derechas que jamás pensamos que funcionaría. Está claro que nos equivocamos.
Hablemos de esta nueva etapa, ¿repetirá Sánchez los mismos errores que cometió en su pasado mandato? ¿Volveremos a los tiempos de régimen personalista?
El personalismo ha vuelto para quedarse, sin duda, no hay más que ver la Ejecutiva Federal que ha hecho a su imagen y semejanza, la eliminación del Comité Federal de todo aquel que hubiera discrepado con él, la imposición en el Congreso de los Diputados de sus afines… ahora bien, no creo que en esta etapa haga nada parecido a la anterior.
Mi vaticinio es que una vez conseguida la Secretaría General, a Sánchez lo que más le conviene es dejar pasar los meses, los años, si me apuras, que el tiempo consolide su mandato y deteriore la imagen del PP, escándalo tras escándalo, y que la próxima cita con las urnas sea lo más tarde posible, por si no sale bien parado.
El nuevo secretario general habló en su intervención tras el 39 Congreso de terminar con la gran coalición y acercarse a las «fuerzas del cambio». ¿Cómo ve Martu Garrote el acercamiento del PSOE a Podemos?
Como mero postureo. Pedro sabe que ha llegado a Ferraz prometiendo un imposible, un gobierno de cambio que saque al corrupto PP de las instituciones y tiene que mantener la ilusión entre los que le votaron. Pero Pedro también sabe que Podemos es su rival en las elecciones y que cualquier acercamiento a ellos conduce a reforzar su electorado y perder el nuestro, mucho más moderado.
En medio de la crisis de la socialdemocracia europea, ¿el PSOE debería haber afrontado el Congreso como un proceso de reinicio o de refundación en vez de ser un acto de exaltación de Sánchez?
Debería haber afrontado un Congreso, punto. Esto no ha sido un Congreso desde el momento en que el ganador de las Primarias decide cambiar la Ponencia Marco conocida y enmendada por la militancia por SU documento, que nadie conocía, en lugar de aprovechar los Congresillos para realizar enmiendas…
No ha habido debate alguno, en parte por la dificultad de hacerlo sobre un documento desconocido, como acabo de explicar, y en parte por la desbandada de aquellos que perdieron las primarias. En no pocos territorios se pactó un número de delegados proporcional al resultado obtenido en Primarias en lista de integración en lugar de pelear por ganar las votaciones en las agrupaciones, lo que a mi juicio fue un error gravísimo.
¿Cómo ves que en la Ejecutiva no se haya integrado a nadie de las otras candidaturas salvo Patxi López? ¿Es esta la unidad que espera a los socialistas?
Pensar que Pedro iba a integrar es negarle su pasado reciente. Si por algo se caracterizaron todas sus decisiones anteriores fueron por laminar al discrepante, por pisotear a todo el que pudiera hacerle sombra y por encerrarse con un núcleo duro de afines cada vez más pequeño.
Sánchez se presenta como el representante de la militancia cuando en su anterior mandato sólo consultó con voto directo de los militantes una vez, ¿está utilizando a las bases para blindarse en la secretaría general?
Sánchez, en 2014, estaba encantado con que le eligiera como Secretario General del PSOE un Congreso de delegados, si la militancia votamos fue por el empeño personal de Eduardo Madina. Desde entonces se ha utilizado el comodín de la militancia para esconderse detrás de él cuando el Comité Federal o los líderes regionales no le daban la razón. Mi pronóstico es que no veremos consulta alguna en los próximos meses, como no se ha consultado la abstención en la moción de censura de Podemos o en el CETA.
En varios medios de comunicación se te ha denominado como «la militante más anti Sánchez», ¿cuál va a ser el papel de Martu Garrote en el PSOE de Pedro Sánchez?
Yo no soy anti Sánchez, ni Susanista, antes madinista, antes chaconista, antes tomasista… Soy Martu Garrote, que se afilió a las Juventudes Socialistas en el 90 y al PSOE en el 98 y que siempre ha ejercido su militancia desde una óptica crítica y fiel a los principios y valores que han inspirado nuestra organización.
Ahora viene el Congreso Regional de Madrid, ¿cómo lo ve?
¿Ahora? Aún no tiene fecha, pero sí, tendrá que haber un Congreso Regional Ordinario en Madrid y espero que a él se presente como candidato Antonio Miguel Carmona, que contará con mi apoyo. Si no fuera así, haré como siempre he hecho, valorar qué candidatos o candidatas se presentan y ayudar a quien crea que mejor defenderá la independencia y el valor del socialismo de Madrid dentro del socialismo español.
Desde fuera da la sensación de que el PSM está totalmente fragmentado, ¿sería Antonio Miguel Carmona la persona adecuada para restituir una unidad que tradicionalmente ha estado siempre tambaleándose en el PSOE de Madrid?
Acabo de decirte que, si se presenta, desde luego, contará con mi apoyo, pero sí, el socialismo madrileño está fragmentado desde la defenestración de Tomás Gómez que había conseguido acabar con las familias y las mesas camillas concitando en torno a su persona más de un 60% de la organización. Creo que, salvo mucha generosidad de todos, será un Congreso disputado que volverá a sacar lo peor de cada uno de nosotros y del que costará restañar las heridas, para variar.