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Llevan desde la derrota en el derbi, frente al Atlético de Madrid, llorando por todo. Que si el Atleti desde que sacó el comunicado (por cierto, el equipo rojiblanco no ha sacado ningún comunicado sino que es un invento de la prensa) está siendo favorecido (a arbitrar bien llaman favorecer); que si el negreirazo sigue existiendo; que si es todo una conspiración judeomasónica contra el Real Madrid; y el comodín del racismo en la manga. Lloros típicos cuando se quiere establecer una cortina de humo de algo más profundo.

Ancelotti, en su intento de cuadrar el círculo y poner a todos los fichajes, ha modificado el sistema de juego que tan buenos resultados le dio una vez. Ese cambio de juego, cuando podía haber cambiado simplemente a los jugadores, está perjudicando al equipo. Los jugadores, al final, no saben dónde están, ni lo que tienen que hacer. Han ganado partidos pero en ninguno de ellos se han impuesto claramente al contrario y en cuanto se han enfrentado a un equipo experimentado y con algo de calidad han perdido o empatado. Un equipo cogido con alfileres y pendientes del factor “alguien meterá alguno”.

Vinicius ya no es el niño mimado de la afición y la prensa. Ahora es Bellingham quien ocupa el corazón del madridismo. Al haber otro tipo con calidad (no se le puede negar al inglés) no todos los balones y las miradas van al extremo. Malas caras y dejadez en algunos encuentros del brasileño. Algo que han ocultado en la prensa porque no pueden tener otro muñeco roto. En cuanto no se juega a campo abierto (la táctica anterior) Vinicius se ha difuminado y vuelve a ser Ficticius. Si a eso se le suma que Rodrygo no mete un gol ni equivocándose, porque nunca ha sido goleador y solo ha tenido una buena racha de unos meses, tienen a un equipo sin pólvora arriba y apoyado en la cacería del inglés. Unas veces acierta, otras no.

Florentino Pérez puso todo el dinero en Bellingham y no ficho gran cosa más. Joselu, que no es cojo pero no es delantero de treinta goles (en su carrera no ha superado los veinte en una temporada buena) y la vuelta de Fran García y Brahim Díaz (que no le gustan mucho al entrenador). O lo que es lo mismo, nada. Hasta el momento, jugando con el Mollerusa y equipos entre acongojados y entregados, han ido las cosas medianamente bien pero se veían las costuras por la falta de fichajes o fichajes de otro estilo. Porque a Pérez le han debido decir que el fútbol del futuro es muy físico y ha fichado negrazos que corren como si les persiguiesen pero con carencias de calidad. Por físico pueden ganar al Cádiz, pero ante equipos con un físico similar o mayor calidad sufren… y mucho.

En vez de estar llorando deberían analizar si es un problema de plantilla o de entrenador y no tanto de arbitrajes que, a vista del resto del mundo no madridista, han sido normales. Vamos, lo que pitan a los demás. Las “cargas” de Carvajal es lo que le hicieron a Vinicius en Sevilla. ¿Es penalti? Sí… como las otras veces que dijeron que carga legal y no miraban las piernas de los jugadores. Dicen los voceros, especialmente los de las cabezas raras, que el Real Madrid tiene muchísimos millones para fichajes y lo que haga falta (falso como se viene demostrando), pues ahí están, guardados y sin delanteros, por ejemplo. En vez de mirar al CTA igual deberían mirar al palco de vez en cuando. Aunque eso suponga jugarse el puesto de trabajo.

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