Izquierda Unida, a través de su área federal de Educación, valora que el nuevo director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, haya puesto el foco desde su nombramiento en el modo de elección del secretario general, los integrantes del equipo directivo en Madrid y los directores y directoras de los centros en el exterior.
De esta forma, hace creer que por fin se pueden alcanzar los objetivos de la deseada profesionalización de estos cargos y de lograr la implantación de una carrera laboral que permita el acceso a dichos puestos a quienes llevan casi tres décadas trabajando para el Instituto, ya que actualmente no suele recaer en ningún trabajador, salvo en contadas excepciones. Por esta razón, Izquierda Unida apoya los tres ejes de actuación que ha defendido García Montero en Orihuela, en la inauguración de la reunión anual de directores y directoras: Transparencia, independencia y prudencia.
La transparencia es especialmente necesaria en la adjudicación de los puestos de director y directora de centro, en todas las adjudicaciones de comisiones de servicios y en los conflictos generados. Esto último es importante ya que, con las lógicas actuales, “acaban saldándose con la imposición de despidos sin que a las personas afectadas se les dé la posibilidad de hacer alegaciones a los cargos que se le imputan, como acaba de suceder en Tetuán”, señala el área federal de Educación.
“La independencia es fundamental para poder visitar los centros y escuchar no sólo a la dirección, sino también a los trabajadores y trabajadoras de los mismos, para darle una visión al Instituto desde la práctica diaria, desde abajo y desde quien está llevando el esfuerzo fundamental en estos Centros”, añade.
Por último, hay que ser prudentes para acrecentar el presupuesto destinado al Instituto y para que Hacienda le permita manejar el presupuesto que ahora mismo tiene el Cervantes. “Falta le hará lo uno y lo otro para que el Instituto cumpla con el acuerdo alcanzado con el profesorado de los centros de Brasil el curso pasado, para resolver la desigual situación de afiliación a la Seguridad Social del personal destinado en centros ubicados en los países de la Unión Europea”, recuerda el área federal de Educación. Esto ha provocado que se hayan creado situaciones de desigualdad entre compañeros de un mismo centro, o para atender situaciones límites como las que están viviendo algunos profesores y profesoras, como la profesora recién llegada al centro de Manila, tras reincorporarse al Cervantes después de una excedencia, y de la que la administración parece lavarse las manos en cuanto a su situación, con el pretexto de que no hay nada regulado al respecto.
Por todo esto, Izquierda Unida le desea éxito en su nueva andadura al nuevo director y le emplazamos a que sea capaz superar las etapas oscuras de las direcciones anteriores, dignificar la situación laboral del personal de la sede central, especialmente la situación de los centros, para que desde fuera se nos perciba como un estado democrático y de derecho y lograr la verdadera y ansiada democratización de los centros Cervantes.