En casi 50 años de militancia probablemente el de la noche  del 2-D haya sido el impacto más fuerte jamás recibido. Pero toca rehacerse, analizar los errores, observar esta nueva sociedad del siglo XXI, hacer la correspondiente autocrítica y cambiar el sentido de la marcha antes de que sea demasiado tarde.

Los resultados de esas elecciones nos traen grandes derrotas, victorias agridulces y resultados espectaculares que cambian radicalmente el escenario político para el futuro.

Pierde el PSA, Susana Díaz, Podemos e IU, Teresa Rodríguez y Maíllo, incluso el PP a pesar de que quieran aparentar una victoria inexistente al perder 7 escaños. En los últimos tiempos algunos políticos parece que hablan para una sociedad tonta que no se entera de lo que pasa.

Escuchar a Susana Díaz y Teresa Rodríguez intentar minimizar el guantazo, o a Casado defendiendo justo lo que criticaba a Pedro Sánchez hace ahora seis meses, produce vergüenza ajena.

Porque intentar llegar al gobierno de Andalucía siendo segunda fuerza política, con un pacto anti natura con la extrema derecha y su enemigo natural Cs, es exactamente lo mismo que acusaba a Sánchez en su momento. ¿Acaso ya ha olvidado el término “gobierno Frankenstein? ¿Contradicción, cinismo, intento de engaño, o todo a la vez?

En el ot