2 Ligas, 1 Copa del Rey, 1 Supercopa de España, 2 Europa League y 2 Supercopas de Europa no es mal palmarés. Jugando en el Atlético de Madrid post-1970s es una locura. Si a ello se le añaden 600 partidos con las rayas canallas, el que más en la centenaria historia, es obvio que cualquiera crea estar ante una leyenda del equipo rojiblanco. No llega a ser “caño Rayo” pero no está mal. Jorge Resurrección Merodio, “Koke” es la persona detrás de todos esos datos, los cuales no dejan de ser eso datos, porque la trascendencia futbolística, subjetiva en muchas ocasiones, es más difícil valorarla.
Koke, leyenda en camino de aumentar los datos, no ha renovado por el equipo rojiblanco. A un mes y pico de poder firmar con cualquier equipo, no parece que en las altas instancias de la SAD tengan mucha más prisa. Y cuando eso sucede, cuando Miguel Ángel Gil hace esas cosas, no suele ser algo que tranquilice a la afición. No sería la primera vez que hace la gracia y deja escapar a un jugador que, en otros casos, podría todavía dar un año o dos más de buen fútbol para fichar algún rodillas raras de la agencia de Mendes. Y como ya se sabe la forma de actuar del señor prescrito nada mejor que hacer la advertencia.
¡Tonterías las justas con Koke! Tiene edad para firmar un contrato medio (2-3 años); está dispuesto abajarse el salario (ese mismo que le firmaron los mismos dueños) sin llegar a la humillación; es crucial futbolísticamente todavía; el Cholo le quiere (y esto es palabra de dios); y la afición en su mayoría le adora. No han sido muchos los casos de canteranos que han llegado a estos niveles y años defendiendo la rojiblanca y por ello se ha ganado irse cuando le de la gana. Así de claro.
Si el Atleti fuese un club serio se hubiese anunciado la renovación al jugar su partido número 600, pero como no es serio para ciertas cosas, deja a la afición con la congoja de perder a un símbolo rojiblanco. El señor que dirige el Atleti, por tener la participación más amplia, no la mayoría de las acciones, no debería perder ni un minuto más. A sentarse con el representante y firmar ya. Nada de filtrar a los amanuenses que si Koke es un pesetero, que si tiene quince mil ofertas de distintos países…, vamos la típica táctica de enmierdar a los jugadores que se desean sacar del equipo.
Firmar, firmar y firmar.