Fuente: Afición Atleti en Twitter

Tres semanas llevaban pensando en el orgasmo que recibirían en el Metropolitano. Los primeros deseos eróticos era ganar la liga en campo de su rival en la ciudad. Preferían antes que ganar en su propio campo hacerlo en el del rival, lo cual ya define la mentalidad de estos seres. Como eso no se produciría, por incomparecencia de rivales, llegó –antes incluso de vencer en la competición- la obligatoriedad humillante de realizar un pasillo. Había que humillar al Atlético de Madrid de todas las formas posibles y a eso han dedicado horas y horas de programas y bytes en medios escritos. Llegaron a la estupidez humana de preguntarle al entrenador de un equipo extranjero si harían el pasillo por ganar una liga distinta.

La soberbia, porque no es otra cosa lo que hay detrás, les ha llevado a ofender a todos los equipos posibles. Cuando supieron que el Atlético de Madrid no haría pasillo, menospreciaron al Real Betis Balompié, dando a entender que serían incapaces de vencer al Real Madrid. Toda la prensa nacionalmadridista comenzó a proferir las mayores acusaciones éticas (cuando ni saben qué significa esa palabra) contra el equipo rojiblanco, señalando a la los radicales de las redes sociales de acojonar a Gil Marín y Cerezo en este tema. No se acojonaron con el escudo y la venta del Calderón, con esto se habrán estado riendo en el Flower’s. Visto que la SAD pasaba del tema había que criminalizar a la afición.

La pancarta de la verdad

Lo peor estaba por llegar… ¿lo peor para quién? Desde luego no para la afición rojiblanca, ni para el Atlético de Madrid. Cansados de equívocos arbitrales (justificados desde la prensa mamadora del régimen) constantes, de penaltis inconstitucionales (para oprobio y vergüenza de López Garrido), de aguantar que les digan cómo y qué tienen que celebrar, la pancarta… ¡Perdón! LA PANCARTA hizo la luz en el Metropolitano: “ENTRE LA PRENSA Y LOS DE AMARILLO, 120 AÑOS DE PASILLO”. Como se suele decir un zasca en todos los morros. Pero no se preocupen que no les ha molestado. No. ¡Qué va!

No ha habido ni un solo periodista de los que escriben al dictado de su florentineza que no se haya quejado. ¿Por la pancarta? Gárgamel y los teleñecos de la noche sí; algún becario del As también, pero la mayoría han preferido acudir a lo que mejor saben hacer, menospreciar al rival. La victoria es menor porque el Real sacó a los suplentes, como si tuviese la culpa de eso el Atleti y no Ancelotti. Que hubiesen salido con los titulares si tan buenos son… ¡Ah, no! Que hay que cuidarlos para la final de Champions. Pues no te quejes y acepta la derrota. ¡Ah! ¿Qué te jode perder con el Atleti? Pues ahora vas y vuelves a por otra. Porque para no importarles el resultado llevan un día completo quejándose de la derrota.

Los demás deciden cómo debe ser un atlético

De hecho son tan cortos que están dando la razón a la pancarta –que por cierto, se colgó fuera del estadio, pues no pasa como en el Bernabéu donde paga el tito Floren los tifos (o como quiera que se llame esas cosas que sacan)-. Están al servicio de un equipo y deben pasar por encima de los demás. Consienten al FC Barcelona porque les sirve para que fluya el dinero. Y ahora al Sevilla (¿por su antigüedad?), pues lo querían en la Superliga (todavía hay algunos que siguen con el tema azuzados por el ser superior) antes que al equipo que de verdad les molesta. Porque el Atleti ha pasado de ser gracioso a molesto. De ahí que Rubén Uría haya pedido perdón por todos los rojiblancos. De ahí que digan que tiene la mejor plantilla (bastante más barata que la del Real Madrid que tiene un suplente de 140 millones de euros como Hazard), para poder menospreciar luego.

En realidad todas las horas de programa gastadas (¿han visto que sólo hablan del Atleti cuando va mal? Salvo alguna pequeña excepción) son para decidir cómo debe ser un buen atlético. Vamos el atlético que les gusta a ellos. Y cala entre una parte de la afición ese mensaje (ahí los tienen hablando mal del Cholo hasta cuando acierta), pero no pueden con un grueso muy activo de la misma. Esos que llaman radicales de las redes sociales tienen podcasts propios cansados del nacionalmadridismo y van formando una comunidad alternativa (como comienza a suceder con otros equipos).

La rebelión comienza en rojiblanco

Y toda esa masa se niega a que le digan si debe o no celebrar en un parking la victoria de su equipo (si la afición nacionalmadridista no viaje es problema suyo); si debe aplaudir al equipo del régimen; si deben realizar una constante proquinesis; si deben ser idiotas (en el sentido griego del término). Les molesta, y mucho, que les señalen como los principales generadores del odio en el fútbol, pero esa es la realidad. Muchos periodistas rojiblancos y de otros equipos han escrito e informado coartados por el nacionalmadridismo… aunque ya se van soltando muchos.

Y esta victoria del dolor de muelas, que vienen sufriendo por no hacerles pasillo y ganarles un partido (cuando están en la final de Champions y han ganado La Liga), vale por siete champions. Ven que ya no controlan a las masas y les da miedo… no vaya a ser que su florentineza comience a mover empleos. Como ha sucedido con todos los imperios, el del duopolio informativo comienza a dar muestras de declive. Y lo del domingo es una muestra.

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