En esta pelea política, que no tiene en cuenta a los muertos, en la que se echan la culpa unos a otros, ha aparecido una noticia en El Periódico de Cataluña que ha asombrado y que ha servido para que el frente conservador ataque a los Mossos d’Esquadra. Según la información, la CIA habría informado a la policía autonómica catalana de un posible atentado en Las Ramblas durante julio o agosto. Según los responsables del medio de comunicación, se hace una transcripción de una comunicación oral, aunque parece que todo es un bluff con la intención de hacer daño político.

Desde luego la fuente de los responsables de El Periódico es buena para haber dado visos de credibilidad a una comunicación en inglés y oral. Mecanismo un tanto extraño para comunicar algo de tanto calado cuando existen mecanismos y encriptados mucho más sofisticados y seguros para comunicar ciertas cosas relativas a terrorismo. Como se comprueba en el mensaje de ser cierto sería un escándalo político, pero nada más leerlo se notan cosas extrañas y no referentes a las grafías. Si cualquier cuerpo policial recibe un mensaje donde se le dice que es una “Unsubtantiated information of unknown veracity” (Una información sin fundamento de veracidad desconocida) tira el papel a la basura. Es difícil entender que la CIA emita un comunicado sin fundamento y sin veracidad. Es como si aquí dijésemos que habrá un atentado en Paris durante los próximos tres meses cerca en los Campos Elíseos. Igual hasta acertamos porque, además de las probabilidades, es posible que lo tengan en mente las células yihadistas.

El caso es que tanto los Mossos como las fuerzas del Estado descartaron un aviso similar por falta de fiabilidad según han afirmado. Pero sí es cierto que se recibieron avisos, no de la CIA, que no tienen relación con este atentado de agosto. Y ¿de dónde puede provenir esa información? El ministro Zoido se ha mantenido en una postura de intentar no echar estiércol sobre las fuerzas de seguridad del Estado y, como ya contamos, desde el principio ha querido que así fuese. Los responsables del medio catalán no lanzarían algo así, como se dijo antes, sin saber que la fuente es buena, así que debe ser de un servicio secreto. ¿Quién puede tener interés en enfangar a Cataluña? Todo el PP sin duda, pero existe una persona con altas responsabilidades que se juega su futuro político en ese asunto. Una persona que controla medios y que no está siendo nombrada en todo este jaleo.

Todo lo anterior es gravísimo, pero de ser cierta la información el CNI, que fueron los primeros en recibir la citada comunicación, debería dar una rueda de prensa para explicar qué ha pasado. Incluso, si no fuese cierta, aún deberían ofrecer esa rueda de prensa por dos motivos: la otra notificación que se desechó y cómo es posible que una célula terrorista de catorce miembros se les escapó con tanto movimiento y llamadas que hubo. Y, por esta razón, Soraya Sáenz de Santamaría debería dar las explicaciones oportunas en el Congreso de los Diputados. En todo este entramado político, donde están quedando mal las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (es raro que cierto sindicato esté continuamente criticando a los Mossos), el CNI como máximo responsable del espionaje en España no ha dicho esta boca es mía.

Como ya se advirtió en estas mismas páginas, la vicepresidenta del Gobierno se juega mucho de su futuro político en Cataluña. Evidentemente le beneficia todo este jaleo que se ha montado sobre los féretros de los asesinados por los yihadistas, pero ella es la responsable del espionaje español y debe dar las oportunas explicaciones sobre qué ha pasado para que hubiese una quiebra de seguridad tan enorme. Sáenz de Santamaría sólo sale a decir que no “habrá referéndum” pero nada sobre su responsabilidad política en todo esto. Una persona que se vanagloria de estar todas las semanas en Cataluña, para nada como ya se informó, es raro que conociendo la posibilidad de un atentado no llamase a Puigdemont para comunicárselo. O a la misma Ada Colau, aunque fuese en un vis a vis. Y si no lo conocía debería dimitir porque no le son fieles sus propios empleados públicos que sí habían recibido comunicación.

Como también ocurre con la financiación autonómica, de la que es parte en la asfixia de las Comunidades Autónomas junto a Montoro, parece que Sáenz de Santamaría no tiene responsabilidad alguna, salvo para salir en la foto de las medallas. En la foto de los errores prefiere enviar a sus bulldogs para que le allanen el camino y salir indemne. Pues bien harían en el PSOE y Podemos si solicitasen su comparecencia en Comisión para que de las oportunas explicaciones. Aunque no las dará porque está más pendiente en suceder a Rajoy que en beneficio de la ciudadanía española.

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