Lo que deben pensar los entrenadores de los otros dieciocho equipos de la salida de Xavi Hernández debería ser una obligada encuesta secreta. Bien es cierto que es de los peores «Barças» en mucho tiempo, pero fichar le han fichado jugadores más caros que los han tenido Girona, Valencia o el mismo Atlético de Madrid. También le han traído jugadores gratis de equipos y ligas potentes, no los despojos o casi jubilados que llegan a los otros 18. Es un análisis que no se puede dejar de lado en el maremágnum en que está ahora mismo el FC Barcelona. Xavi tiene culpa, pero ni toda, ni la mayor parte de la culpa. Ésta recae en Joan Laporta y su compinche Javier Tebas.

Laporta culpable

Laporta llegó a la presidencia del Barça con el aval de aquel equipo de Pep Guardiola que enamoró al mundo. También grandes fichajes de jugadores estrellas de la constelación futbolística. Y, además, la promesa de que el gran mito, Lionel Messi, se quedaría en el equipo. Nada de eso ha cumplido. Es más, hasta jugueteó con el regreso del gran mito cuando lo que en verdad negociaba su padre era todo el dineral que presuntamente le podrían seguir debiendo. Una gran farsa que no parece haber hecho mella en el ánimo del culé de a pie.

Cierto que se ha encontrado una ruina económica, no tanta, pues Deloitte dice que ingresan cerca de 800 millones de euros, pero no ha sabido gestionarla. Lo sencillo hubiese sido ser sincero con la afición y decir algo así como «No hay dinero y nos va tocar tirar de cantera y algún buen jugador durante dos o tres temporadas». Haber asumido que igual no se alcanzaba la Champions todos los años o no se iba a competir en igualdad de condiciones con su némesis. Eso lo hubiese entendido la masa culé y hubiesen apechugado a la espera de recuperarse. Cabreados como monas, sí, pero con la verdad por delante.

Bien al contrario, Laporta comenzó a vender las joyas de la abuela, empeñó supuestos derechos de imagen unas quince veces y se puso a reconstruir el Camp Nou (de mil millones no baja la broma). Encuadres financieros para fichar poco y mal. Un gran goleador camino de la jubilación; extremos que no desbordan; un senderista portugués, un magnífico centrocampista que no tiene con quién jugar al fútbol y centrales a cada cual peor. Más nombres que hombres. Ha tenido suerte que la Masía ha dejado alguna perla por el camino, pero con eso no llega salvo que los demás se despisten. Y eso sucede solamente muy de vez en cuanto. Tampoco el baloncesto está pasando por su mejor momento.

Tebas culpable

Un mal equipo en manos de un entrenador novel que al menos ha ganado una liga, eso sí, practicando casi el antifútbol para la grey blaugrana y con el canto del cisne de un gran goleador polaco. La Fortuna, así, con mayúsculas como le gustaba a Maquiavelo, es caprichosa, más si al otro lado está el «mal absoluto.» Por eso la acción de Tebas era del todo necesaria, en una alianza perjudicial para el Barça a medio plazo. Las risas con las sucesivas ventas de Barça Studios, o Barça Vision o Barça como-se-llame no ocultan que Tebas no ha querido meter mano al club blaugrana y hacer como con otros equipos, descenderlo a segunda. A más, a más, aparece el caso Negreira, con Laporta implicado hasta las cejas, y todo se emponzoña más.

Tebas es tan cupable como Laporta porque no quería que su juguetito perdiese valor. Construir toda una Liga sobre solo dos equipos y su disputa entre el bien y el mal, algo que le encanta a los medios de comunicación, es un error grave y tiene como consecuencia que se acaba siendo injusto con los otros 18. Si no hubiese compincheado con Laporta el FC Barcelona habría salido beneficiado, con una liga menos igual, porque habría tenido que ajustarse de verdad el cinturón y aprovechar la cantera (ya pasó en otros tiempos) y con cuentas saneadas haber vuelto a la élite sobre suelo firme, no lo que le pasa hoy.

No hay dinero… ni lo habrá

También La Liga podría haber vendido todo el campeonato y no solo el duopolio. La Premier, pese a cierta dictadura del City en los últimos tiempos, no deja de vender su producto con todos los equipos. Cierto que hay siete u ocho que son los que tienen cierto tirón (ya son más que cualquier otro campeonato), pero no desmerece a nadie. Si la Premier acaba sancionando al City por irregularidades financieras (ya lo ha hecho con el Everton), Tebas acabará retratado.

Cierto que el coste del Camp Nou no entra en los cálculos pero será un lastre, por mucho que venda Laporta y la prensa culé, por unos años. Todo esto lo callan. Las palabras del presidente sobre el entrenador, «Respeto la decisión de de Xavi de irse en junio porque es Xavi», son la demostración palpable de que no hay un euro en caja. Le viene bien porque si le echase hoy tendría que pagarle el contrato, marchándose él en junio se ahorra un buen pellizco. Y hoy en Can Barça dos euros pueden salvar las cuentas. Además, ya tiene a la prensa culé para vender a los aficionados lo que haga falta.

Si usted es del Barça tenga claro quiénes son los culpables de todo esto. Ni los árbitros, ni el entrenador, miren al palco y a la dirección de La Liga. Si se hubiese actuado a tiempo, hoy igual la situación se vería de forma distinta. Y todavía los hay que venden que vendrá Haaland…

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here