El año pasado Rubén Uría se jugó que la afición del Atleti se acordase de sus ancestros por los fichajes que se iban a realizar. Le salió bien porque, al fin, manejó buena información por una de esas casualidades de la vida. Este año vuelve a las andadas y ya se verá si hay que acordarse de sus ancestros o no. El verano es largo, tiene que pasar el mundial de clubes y «si eso ya» igual Miguel Ángel Gil Marín y Carlos Bucero fichan con cierta cabeza. Ya se verá y lo escucharemos en Canal Uría y alguno más de esos únicos medios para aficionados que no son del duopolio.
Lo peor no son Rubén, ni Javi Gómara, ni Walter Zimmermann, que al fin y al cabo, manejan cierta información relacionada con el club directamente, el problema son todos los insiders y los que se creen las informaciones interesadas de muchísimos representantes que tienen la extraña manía de meter al Atleti como supuesto equipo interesado en todas las operaciones que realizan con sus jugadores —así, todo sin comas para ver si han logrado leerlo del tirón—. Como se suele decir «aquí el más tonto hace relojes» y no hay día en que alguno, que con suerte ha visto a un jugador del Atleti de lejos en la pantalla de un bar, no salga con un fichaje o una venta a cada cual más estrambótica.
Hasta el momento van 37 posibles fichajes del Atlético de Madrid y no se ha terminado la competición. De hecho no ha terminado ni mayo y al equipo rojiblanco le queda jugar el mundial de clubes. Pues ahí los tienen soltando nombres como si no hubiese un mañana y a cada cual peor. Por cada uno interesante sueltan seis que son de pedir oxígeno. Es seguro que se ponen a mirar en Tranfermarkt ligas raras o equipos extraños para buscar quien termina contrato o está cerca y colocarlo en el Atlético de Madrid. A esto, como se ha dicho, súmenle los representantes que filtran cosas que no son y los cansinos de los copiadores o replicantes —citando y sin citar— que, incapaces de generar alguna información por sí mismos, se dedican a cansar aún más con los mismos fichajes que ya se habían visto.
Luego está el mamón de Juantxito que dice que ya es periodista y no insider, pero sigue tocando los dídimos con fichajes que espantan. Fue el primero que sacó lo de Darwin Núñez, algo que ha medio confirmado Gómara, lo cual tiene su mérito porque de ser verdad es el peor fichaje que habría hecho el Atleti en años, desde los tiempos de Tilico cuando menos. Que no es culpa de Juan el fichaje, pero se lo podía callar para no estropear el día a los demás. Y aquí es cuando aparecen los otros peligrosos, los creadores de pajiplantillas, a cada cual más llena de nombres que cualquiera que conozca al dúo prescrito sabe que es imposible.
Con todo, esta gente no se acerca ni de lejos al cansinismo del «cansino argentino». El «cansino argentino» es un famoso personaje de José Mota, el cual ha debido de cambiar de canal y se ha trasladado al mundo deportivo para malmeter contra el Atleti pues su verdadero equipo tiene que estar buscando la corruptela con Ayuntamiento y Comunidad de Madrid para meter otro pelotazo y cuadrar las cuentas. Ese cansino, que no es siempre el mismo pulula por los medios más nacionalmadridistas con lo de siempre, que si este buen jugador se quiere ir, que si están enfadados con el entrenador… ya saben. Un ser al que no hacer ni caso y del que huir en caso de encontrárselo por error.
Y así amigos es como el mundo del Atlético de Madrid, con subida otra vez de precio abonos —que siguen llegando tiesos a final de temporada pese a todos los patrocinadores—, se convierte por estas fechas en un infierno. No ha llegado las vacaciones y todo el mundo está cansado de fichajes, de nombres, de plajiplantillas y hasta de la vida en algún caso. Total, todo para que el entrenador vea que ha movido un ojo raro y no ponga a ese jugador más, o no sepa idiomas y por eso sólo quiere jugadores argentinos/uruguayos. Al final era más divertido con don Vicente Calderón, que no fichaba a nadie o traía uno a prueba y en un calentón te fichaba a Luiz Pereira y Leivinha.
