Está tan mal el mundo de la música que un turinés que vive en Las Palmas de Gran Canaria está revolucionando el verano. Da igual la red social donde usted quiera mirar, allí está el Italo Disco sonando. Creación de Andrea Tirone del «grupo» Mind Enterprises junto a Roberto, el batería, el italo disco es una recreación de la música de finales de los años 1980s y comienzos de los años 1990s.
Así lo define Tirone: «Me inspiro en el Italo efervescente y sintetizado que definió la era; groove; líneas de bajo con toque disco, patrones de batería hipnóticos y odiseas cósmicas de teclado que atraviesan continentes», Como pueden comprobar el italiano hace de todo ello una producción que establece patrones irónicos y de cachondeo, burlándose del «consumismo y la tontería de los años 80». Ropa deportiva, Campari, cigarrillos a tutiplen… esa es la imagen del nuevo italo disco.
Tampoco es complicado hacer algo que suene a música, pese a utilizar máquinas y sintetizadores porque o son grupos que parecen haber escrito la misma canción con unos mínimos cambios en los patrones de ritmo y con cuchilla incluida para cortarse las venas, o son algo que utiliza un vocoder o un auto-tune con algo que simula ser música con tipos y tipas que no se sabe si trabajan en una peli porno o acaban de salir de la trena. Frente a esta basura se alza orgulloso el italo disco.
Realmente el italo disco en los años 1980s y 1990s sería catalogado como una mierda pinchada en un palo, pues aún la música estaba ofreciendo algo de calidad —luego moriría todo a partir del año 2000—, pero hoy en día es como si fuese Mozart y niños intentando tocar cualquier estupidez con una flauta en clase de música. Vale, lo del italo disco no le hace gracia a nadie pero viene muy bien para hacer ver que hay demasiado idiota que paga porque le estafen en un concierto —llenos de playbacks— o en la vida.