Hasta hace una semana todo eran alabanzas, loas al gran prócer rojiblanco, al gran ayudante de cámara de los fichajes. Aumentaban esas alabanzas al ver que el nacionalmadridismo estaba (está) echando espuma por la boca pues el Atlético de Madrid fichaba jugadores —algo que parece reservado tan sólo para el Mal—, ya debe ser campeón sin echar el balón a andar claman desde las tribunas feladoras de los periódicos entregados al señor de Pío XII. A los que mirábamos entre sorprendidos y mosqueados nos decían puperos, gatafloristas, amargados…

Aquí se ha venido repitiendo que que sí, que parece que se ha fichado decentemente. Baena y Cardoso eran las primeras opciones en la lista y se ha cumplido con su fichaje. ¿Encajan? Deben hacerlo sí o sí. No siendo las primeras opciones Ruggeri y Hancko parecen ser jugadores que pueden mejorar lo existente —algo que tampoco es muy complicado—. Almada y Pubill son fichajes de oportunidad a la espera de que los encaje el entrenador. ¿Se ha fichado lo que se necesitaba? Pues no en términos generales. De momento han salido Azpilicueta, Witsel, Correa, Reinildo, De Paul, Lemar, Riquelme y Samu Lino más Saúl que no estaba, ni se le esperaba. Vamos que se han ido ocho/nueve y han llegado seis —aunque no lo parezca sabemos sumar y restar, algo que no pasa en las radios y periódicos españoles—.

Faltan dos y todo el mundo espera que sea ese jugón que ayude a campeonar, o lo que dejen, o a dar el salto de calidad que nadie explica realmente cual es. Aquí, pese a ser calificado de pupero, se dijo que no llegaría ni Gyokeres —la paja mental de los insiders en el momento—, ni nadie que costase más de 40 millones de euros. Lo que incluye al Cuti Romero, No se van a gastar esas cantidades por algún jugador. No es ese el camino como bien ha dejado claro Miguel Ángel Gil Marín en la autoentrevista que se publicó en la web del Atleti. Si la leen sin la bufanda puesta en los ojos, se puede ver entrelineas que ya los gastos no van a ser esos 200 millones netos que vendía Medina en Marca al comienzo del mercado. De hecho ya no se va a seguir ninguna línea deportiva clara…

Si piensan que todos esos nombres que salen son seguros es que ha sido gilmarinado. Porque es el momento del «RODILLAS RARAS». Esto es, ese jugador que no aumenta calidad; que es parte de un pago a algún representante y que será vendido a la menor oportunidad; que cuando lo vea el Cholo Simeone en el campo de entrenamiento pensará «¿De dónde lo sacaron?»; que se tropieza en el entrenamiento; que se pegará una carrera inútil para alcanzar un balón inalcanzable y eso alegrará a la gloriosa pero nada más; que hará populismo mientras corre la banda; vamos, un jugador extraño. Si se fijan bien ya comienzan a aparecer nombres raros, jugadores con poco valor, fuera de esa supuesta línea de rejuvenecer el equipo con cierta calidad.

Una vez fichados los que más o menos se tenían pensados, de largar a muchos más de los que esperaban, ahora llega el tiempo donde Carlos Bucero hace poco o nada salvo asentir a lo que le diga su jefe el CEO. Al final del mercado incluso habrán ganado dinero como se descuiden y en vez de invertir 200 habrán ganado siete y no hará falta la ampliación de capital —mucho más encaminada a la ciudad deportiva y de divertimentos que a los fichajes— y hasta llegará un DAO. Es el tiempo de Gil Marín, como se ha advertido, y aquí puede pasar cualquier cosa… mala. Demos la bienvenida al stranger knees (copyright de loloutlaw si mal no recuerdo hace unos cuantos años).

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