Lo bueno del fútbol es cuando se puede opinar y debatir sobre cosas deportivas. El mal juego de las últimas temporadas es, por supuesto, culpa de Diego Pablo Simeone y el mal comienzo también porque se ven carencias graves. Esto ha desatado los últimos días ataques feroces, posicionamientos fundamentalistas —a uno y otro lado— y mucha bronca que se quiere acallar por la vía mala, la del rechazo a la libertad de pensamiento y criminalización del otro. No es de extrañar, mientras dura la bronca, que se haya filtrado la disputa del entrenador del Atlético de Madrid con la comisión arbitral de la UEFA. En el momento justo y preciso. Igual para calmar las aguas, igual para ver quién la tiene más larga… y no precisamente en los medios y espacios.

Aquella es una culpa deportiva, pero quien tiene culpa deportiva, institucional y social no es otro que Miguel Ángel Gil Martín. Durante el período de fichajes ha manejado el cotarro como ha querido. Campañas contra Sørloth, contra Gallagher o contra Molina alentadas desde los amanuenses habituales y algunos de nueva incorporación. A Carlos Bucero le ha tocado llevarse el berrinche y los insultos de un muy decepcionante verano de fichajes —si tienes a Baena ¿para qué traes a Almada?; ¿por qué se ficha a Raspadori?; ¿por qué tres laterales derechos?, aunque luego el campo será el que decida—. Y él, el culpable de todo tranquilamente en Valdeolivas sexando yeguas y haciendo barbacoas.

Al comienzo lanzó que se invertirían 200 millones netos, que pasaron a ser brutos, que pasaron a no hay fair play financiero, que pasó a traigo a Nico González porque la cosa se está poniendo caliente. Quienes no nos fiábamos recibíamos reprimendas directas o indirectas y al final el río vuelve siempre a su cauce. Y un Gil vuelve siempre al trapicheo, desde la desgracia de Los Ángeles de san Rafael hasta el expolio marbellí y demás localidades malagueñas, pasando por la usurpación de la propiedad del Atlético de Madrid. Estos sí que son «okupas» y no los que preocupan a los medios de incomunicación matutinos. Lo llevan en la sangre, por eso se llevaba tan bien con Ruíz Mateos. Y era una plantilla para soñar en cosas grandes. Ya. Mañana igual.

Nos cuentan que lo que está por venir, todo lo que está pegado al nuevo Metropolitano, va a transformar lo que es el Atleti. Su ciudad deportiva y su pequeño estadio será un salto evolutivo… pues les ha costado 38 años darse cuenta. De todos los equipos medios y grandes es el único que vive de alquiler… por culpa de los Gil. Estaban muy interesados en la Ciudad del Deporte de Alcorcón, especialmente por el pelotazo urbanístico que podían pegar con ciertas parcelas «privadas». Ahora, que los inversores apremian y exigen, hacen la ciudad deportiva, una universidad, un parque de bolas, un centro comercial y el baúl de los recuerdos de Karina.

¿Incrementará patrimonialmente la Sociedad Atlético HolCo? Sí, claro. ¿Qué beneficio sacará el Atleti? Pues en dinero poco y en cuestión social poco más de lo que ya tiene. ¿Cuál es el beneficio que saca el Madrileño de jugar allí en vez de en Alcalá de Henares si se tiene al filial como mero mecanismo de compra-venta de jugadores? Si cierran equipos de la cantera ¿para qué una espléndida ciudad deportiva? Si el equipo femenino se ha ido descuartizando año tras año ¿de qué les sirven unas taquillas nuevas y tener bono-pase al centro acuático? Lo que hay alrededor del nuevo Metropolitano es únicamente en beneficio de MAG y sus socios, no se engañen.

Muchos piensan, creo que acertadamente, que no echa al Cholo porque es su parapeto, su portavoz, su todo —no voy a dar pábulo a esas teorías de amistades con vínculos económicos y demás sandeces que se dicen sin aportar pruebas, no son rumores de fichajes, o se tienen o no se tienen las pruebas para publicarlo—. El Cholo es quien se queja, aunque le metan cinco partidos, de los arbitrajes de vez en cuando, el que le dice cuatro cosas a UEFA… mientras en la oscuridad de su despacho MAG va apartando a peñas y asociaciones del Atleti —no de Gil, que es otra cosa— si disienten de lo «ordenado», como sucede con la demanda en curso contra la UEFA por falsificar pruebas, por ejemplo. Eso es Gil., que el Cholo haga un poco el paripé pero que le toquen sus contactos y relaciones en UEFA y demás organismos de trinque y disfrute porque a futuro igual le interesan.

Usted vive por y para el Atleti, como casi cualquier aficionado, él no. Él vive del Atleti que es algo bien distinto. Por eso fomenta campañas, como otros de la directiva fomentan campañas en sentido contrario. Por eso permite que los Teleñecos de la noche vayan a insultar y a malmeter con los aficionados rojiblancos —siempre hay un tonto para un descosido como se comentó—, porque le interesa tener canales de utilización personal en todos los medios. Si le dicen que ha gastado poco, le da lo mismo, espera a la siguiente campaña contra el Cholo porque no gana la liga y se olvidan de él. O ¿piensan que eso del gasto bruto en fichajes del nacionalmadridismo le perjudica?

Como nadie sale a explicar los fichajes, el porqué de cada decisión —con filtrar que lo quería el Cholo basta aunque el terreno de juego diga lo contrario— deportiva, el porqué de ciertos fichajes extraños… ocurre que entre unos y otros acaban señalando a Bucero o al Cholo, nunca a Gil Marín —porque en esto, como en otras cosas, Enrique Cerezo pinta entre poco y nada (igual los que tienen más «cercanía» a la directiva deberían explicar ciertas cosas de dentro)—, sale de rositas. Y no, si le alaban diciendo que es el gran negociador —no como Andrea Berta que regateaba mucho… y así ha sacado a Gyokeres más barato de lo que le pedían—, que apechugue con ciertos trapicheos que se observan en lontananza.

Si después de haber robado el club, de haberse enriquecido con él —no se puede olvidar que producto de una mentira de deudas contraídas con Jesús Gil se quedaron con el Calderón y le cobraban al Atleti el alquiler por los partidos jugados—, de mentir constantemente, de no invertir deportivamente, de especular para vender a mayor beneficio propio, de utilizar a jugadores y entrenadores de parapeto, si después de todo esto no hay una sola bronca al palco cuando vienen mal dadas, es que usted, el que va al nuevo Metropolitano, y con todo el respeto del mundo a su libertad, no tiene sangre en las venas. MAG y Cerezo se merecen unas buenas pitadas por todo lo que vienen haciendo para lucrarse más con un producto usurpado. Las broncas a los jugadores, tras un mal partido. Las broncas al Cholo, por la racha y decisiones. El resto de males que sufre el Atleti, en especial el desprecio de los árbitros de cualquier parte del mundo, son culpa de MAG. Broncazo y pañolada cada día y nada de pitar cuando los del fondo protestan.

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