En el peperismo inilustrado liado con sus batallas estúpidas, inútiles y chabacanas contra el sanchismo, también inilustrado, estúpido y chabacano —tal para cual en la mediocridad máxima—, por eso no se han debido dar cuenta de que además de hacer el tolili a altos niveles hay que gestionar. «¡Y tú más y yo menos!» todo el día pero gestión, lo que se dice gestión, nada. Porque acudir a palcos deportivos, ir a desayunos, comidas y cenas de empresarios no es gestión, es obligación para la case política. Deben genuflexar al máximo ante quienes mandan sobre ellos.
Madrid, según la prensa, tiene de todo y de todo, lo mejor. Las saunas más impresionantes. El estadio más caluroso del mundo. Ruinas romanas a una hora. El acueducto romano a hora y poco. La playa a tres horas. Gobierno, Comunidad y Ayuntamientos que gastan como si no fuera suyo el dinero —que no lo es—, la energía —que no la es— o los coches oficiales. Hay libertad para tomar cañas. O ser católico por la mañana y por la noche estar jurando en arameo. Hay de todo, pero lo que más hay es mierda, tanta que llega el olor a las playas «madrileñas», a las ruinas romanas «madrileñas», a las berenjenas de Almagro «madrileñas».
Mientras José Luis Martínez Almeida está a cosas que ni le van, ni le vienen, es un simple alcalde de un poblachón grande, Madrid se va llenando de mierda y más mierda cada día que pasa. Calles llenas de basura, de porquería por los suelos, de crímenes, de fentanilo, de ciervos berreando, de cualquier cosa que es de tener una gestión mínima del ayuntamiento. Tras subir la tasa de basuras y repartir el chollo de la recogida entre las empresas habituales de Slim, Koplowitz, Entrecanales, los Amodio y algunos fondos de inversión como Blackstone, resulta que Madrid da asco. Limpian un poco las calles más transitadas y el resto para vomitar.
Como además se le ha ocurrido soterrar la A5 porque «patatas», ya que la carretera de Extremadura estaba antes que las casas, o para que Del Pino, Entrecanales y Slim trinquen más contratos, más arreglar la línea 6 de metro justo en la zona por donde desemboca la A5, pues tiene atascos, metros atestados de gente —y con la de guarros que hay debe dar gusto a las siete de la mañana— o autobuses que nunca llegan a destino a tiempo. Por no hablar de lo poco o nada que hace respecto a la vivienda —salvo el pijísimo ensanche de Chamartín— o las mejoras en los barrios periféricos. Eso sí, regalar terrenos al Opus o al Yunque se le da muy bien.
Los que decían que «sabían gestionar» parece que están demostrando que no saben. Pero ni en Madrid, ni en Valencia —no hay cosa más inútil que Mazón y eso que tiene competencia—, ni en Murcia —donde todo es llenar de mierda el mar y llorar porque no tienen agua—, ni en Castilla y León —esto ya lo saben todos ustedes—, ni en Extremadura —donde no han hecho nada, lo que se dice nada—. Igual debería gobernar en Cataluña y País Vasco alguna vez para que se jodan por esos lares y sufran como el resto de españoles. No hay gestión pero sí mucho dinero invertido en publicidad institucional para que no hablen los medios y ataquen al sanchismo inilustrado. Dinero para publicidad encubierta hay a paladas, pero para que los ciudadanos vivan en buenas condiciones no.
Y esto no lo escucharán en COPE, ni lo leerán en ABC, El debate, La Razón, OK Diario, etc., ni lo verán en Telemadrid. ¿Por qué? Porque ellos no controlan los medios, ya lo hacen por ellos y por el mecanismo «sobrecogedor». ¿Cuál es el mecanismo sobrecogedor? Lean a Juan Manuel de Prada.