Hay días en que es mejor no leer periódicos, ni escuchar radios —la televisión sólo vale para el fútbol, las películas y las series desde hace años— porque son tal la cantidad de estupideces que se escuchan que da alipori. La última es que el sanchismo está intentando colonizar, invadir o lo que ustedes quieran, el Estado por las declaraciones de Luis García Montero sobre la presidencia de la RAE por parte de Santiago Muñoz Machado, catedrático de Derecho Administrativo —la asignatura más asquerosa que uno se puede encontrar en su carrera universitaria—. El director del Instituto Cervantes afirmó que no le parecía normal que un jurista, que tiene negocios multimillonarios, esté al frente de la docta casa, que prefería a un filólogo. Y ya.
De ahí se ha generado una teoría de la conspiración que es la que provoca alipori. Personalmente García Montero me parece un poeta bastante pobre y si es comunista —que me parece de boquilla y tufo gauche caviar— es problema suyo. Le han nombrado y ahí está intentando hacerlo lo mejor que puede y sabe, que igual es poco pero carezco de información consistente para valorar su gestión en sí. Ahora bien, que sea una especie de escuadrista para acabar con Muñoz Machado en la RAE —quien ha solventado la ruina económica de la institución privada, porque es privada— para colocar a algún amigo del sanchismo, me parece exagerado.
No se lo parece a una recua que ha salido en estampida afirmando que todo esto no es más que una acción de la colonización del Estado por el sanchismo. Y miren, quien esto dice o bien lo hace porque quienes están insertados en esas instituciones estatales son amigos con intereses comunes, o bien lo hace porque es poco más que imbécil. ¿Qué partido político que ha estado en el gobierno de cualquier nivel no ha nombrado a los propios para dirigir las instituciones dependientes de su gobierno? Si estas gentes lo conocen que nos lo digan y saldremos de dudas.
La estentórea crítica de Álvaro Pombo, a quien escuché en la COPE en entrevista con Jorge Bustos, pues es algo entre ellos dos. No parece que a quien le ha dado el premio Cervantes un gobierno sanchista esté siendo vetado o colonizado y tampoco se lo darían por gay. Ahí parece que la colonización del sanchismo no estuvo bien tirada. Ahora bien las tontadas de Fernando Savater, Pilar García de la Granja —que siempre se equivoca al utilizar las palabras y llamó a Ábalos «secretario general de organización», seguro que por estar pensando en cómo atizar al otro, aunque le pasa con otros temas— y demás columnistas de El debate son para premio. Por cierto, esa tríada de The objective, COPE y El debate con cualquier conspiración o medio verdad —que no deja de ser una mentira y los católicos no deben mentir, así que tendrán que confesarse mucho— es la que se encuentra detrás de todas estas campañas de desprestigio contra Pedro Sánchez —como si necesitase ayuda para eso— con estupideces.
Según los columnistas y medios José María Aznar jamás colonizó las instituciones del Estado. Jamás. Ni Mariano Rajoy tampoco. De ahí que cuando Alberto Núñez Feijoo fue director de Correos debió ser por sus amplios conocimientos en la materia, el experto en logística —bueno, algún amigo experto en transportar cosas tenía— decían en toda España. Cuando pusieron al frente del Instituto Cervantes a Jon Juaristi o al marqués de Tamarón también debió ser por no tener nada que ver con cierto sector político. Por no hablar de los directores del CIS, del Instituto de Estudios Políticos, de las empresas públicas, etc. Aznar y Rajoy jamás nombraron a nadie, ni colonizaron el Estado. Cuestión bien distinta es la competencia o incompetencia de cada nombramiento, que en el caso de Sánchez es meter la pata a cada paso. ¡Ojo! Que los malos nombramientos son más producto del miedo personal a que alguien sea más que él —unos cuarenta millones de españoles a ojo— o que haya movimientos para tumbarle que a colonización.
De verdad, aquello de «quien gana se lleva todo» referido a los cargos de designación política es más viejo que el bronce. Cuando gane el PP seguro que no deja a José Félix Tezanos en el CIS, ni a García Montero en el Instituto Cervantes. Cuando no lo hagan, por lógica política, es de esperar que The objective, El debate, COPE, Carlos Herrera, Jorge Bustos, Pilar García de la Granja y todos los demás ataquen ferozmente a los populares. Otra situación sería producto de la imbecilidad o de «como son de los míos…». O de ambas porque, como se quejaba José Luis Cuerda, piensan que somos gilipollas.
 
			 
		