ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, necesita urgentemente 126 millones para poder dar respuesta a las necesidades más básicas de niños mujeres y hombres desplazados vulnerables que se encuentran desplazados desde Mosul, o que retornarán a la ciudad antes de final de año.
La escasez de fondos amenaza la respuesta humanitaria en este momento crítico. Continúan los violentos combates y ACNUR prevé importantes nuevos desplazamientos de población desde el oeste de la ciudad, donde en este momento se concentran los enfrentamientos.
Según las autoridades iraquíes, más 750.000 iraquíes se han visto forzados a huir de Mosul desde el inicio de las operaciones militares en octubre del año pasado.
La gran mayoría de los desplazados internos son familias con niños y bebés, grupos especialmente vulnerables y que podrían convertirse en los más afectados por los recortes la ayuda humanitaria derivada de la falta de fondos.
Casi la mitad de los fondos solicitados de manera urgente -es decir, 60 millones de dólares-, permitirán ofrecer asistencia a más de 100.000 familias iraquíes recién desplazadas. La ayuda comprende refugios de emergencia en los campamentos, asistencia legal para reemplazar documentación perdida o desaparecida, protección a los menores, prevención de la violencia sexual o de género, así como materiales de primera necesidad como mantas o colchones, entre otros. Hasta el momento, ACNUR ha establecido 12 campamentos, en apoyo a los esfuerzos realizados por las autoridades iraquíes para proveer cobijo a unos 316.000 desplazados internos en las proximidades de Mosul.
Asimismo, se necesitan otros 24 millones de dólares para ayudar a las familias iraquíes que regresan a sus hogares en Mosul. Se estima que unos 125.000 desplazados internos han regresado a sus hogares, muchos de ellos al este de Mosul y a las afueras de la ciudad. La mayoría de los retornados están viviendo en edificios dañados y necesitan asistencia en materia de cobijo, así como apoyo económico. En las áreas de retorno, ACNUR y sus socios proveerán asistencia material, incluyendo refugios de emergencia, paquetes con materiales de sellado e impermeabilización para ayudar a los retornados que viven en edificios a medio construir, así como servicios de protección esenciales, incluyendo apoyo psicosocial, expedición de documentos perdidos o destruidos y seguimiento en materia de protección.
Por último, se necesitan 42 millones de dólares para la adquisición de materiales de cobijo y asistencia humanitaria de cara al próximo invierno. Para hacer frente a eventuales caídas de las temperaturas, ACNUR prevé ayudar a 135.000 familias desplazadas y retornadas mediante la distribución de artículos de primera necesidad para el invierno, como mantas, combustible, bidones y estufas calefactoras. Esta suma incluye la distribución de una asistencia en efectivo única por valor de 150 dólares por familia a 100.000 familias de desplazados internos y retornados para ayudarles en la compra de combustible para pasar el invierno.
Desde 2014, Irak sufre un desplazamiento interno masivo. Se calcula que hasta 3 millones de iraquíes se encuentran todavía desplazados en el país y que otros 125.000 viven como refugiados en Estados vecinos.
En conjunto, los programas de ACNUR de protección y asistencia en Irak necesitan 578 millones de dólares para 2017, sin embargo, actualmente apenas han recibido el 21 % de esta cantidad, lo que es motivo de preocupación a mitad de año.