Con la reciente escalada del conflicto en Yemen, el acceso de la población a alimentos, agua y medicina es cada vez más difícil y su sufrimiento empeora, alertaron Ismail Ould Cheikh Ahmed, enviado especial de la ONU para Yemen, y Mark Lowcock, jefe de operaciones humanitarias de la ONU, en una reunión cerrada del Consejo de Seguridad.
Los altos niveles de violencia tienen un impacto devastador sobre la población civil, muy vulnerable después de más de dos años de conflicto. Lowcock señaló que desde el mes de junio se incrementó de 7 millones a casi 8,5 millones el número de personas que se encuentran al borde de la hambruna.
Pese al mandamiento a una «pausa humanitaria» realizado el pasado lunes, los ataques aéreos siguen impidiendo que los civiles puedan salir de sus casas para buscar comida y agua o, simplemente, para refugiarse en zonas más seguras. La ayuda médica no llega a los que la necesitan y los centros de salud carecen de equipo y medicinas. El día 4 de diciembre los bombardeos aéreos golpearon cerca de los edificios de la ONU en Saná. Hay que recordar que los ataques a personal e instalaciones humanitarios, así como a infraestructura civil, están prohibidos por la ley internacional.
La entrada de suministros humanitarios sigue siendo limitada y muy por debajo de las necesidades de la población. En su encuentro diario con la prensa en Nueva York, Stéphane Dujarric, el portavoz del Secretario General de Naciones Unidas, informó que el Programa Mundial de Alimentos tiene 136.000 toneladas métricas de alimentos en Yemen. Si bien se reanudó la importación comercial de comida al país, no es suficiente. «Siete barcos comerciales cargando dos semanas de alimentos para todo el país permanecen cerca de las costas, esperando la autorización de la coalición de entrar a los puertos de Hodaidah y Salif. Siete barcos se dirigen a Yemen cargados con combustibles y los vuelos humanitarios se han reanudado en la mañana del martes», informó Dujarric.
Ismail Ould Cheikh Ahmed insistió en que la solución al conflicto no puede ser militar. Aseveró que el fallecimiento del expresidente Saleh durante los enfrentamientos podría tener un impacto negativo y cambiar la dinámica política en el país. Además, reiteró su llamamiento a las partes a volver a la calma y a proteger a los civiles, tal como lo plantean las leyes humanitarias y de la guerra.