La muerte de Ángel Nieto en Ibiza ha vuelto a la actualidad tras hacerse pública la intención de la familia del campeón del mundo de motociclismo de solicitar la reapertura de la causa del accidente que el responsable del Juzgado número 2 de Ibiza sobreseyó porque, según el juez, Ángel Nieto no llevaba el casco bien abrochado. Por esta razón, la familia ha decidido recurrir esta decisión alegando que el hecho de que llevara bien o mal abrochado el casco no es la causa de la muerte, sino que el accidente se produjo por culpa de la ciudadana alemana que colisionó con el quad, además de alegar que el propio atestado de la Guardia Civil contiene incorrecciones y deficiencias.
Sin embargo, en la muerte de Ángel Nieto hubo más presuntas negligencias que van más allá del accidente y que se pudieran haber producido durante tratamiento médico recibido en la Clínica Nuestra Señora del Rosario de Ibiza, un centro privado.
En el mes agosto este medio publicó una noticia en la que se exponían algunas de las presuntas irregularidades que se produjeron durante el tratamiento. Por ese artículo, el editor de este medio ha sido demandado por la clínica, en el que no se acusaba directamente de nada a este centro médico privado. Las reacciones de antiguos pacientes al contenido del artículo fueron inmediatas y se recibieron en nuestro medio. Una madre nos confesó que «Soy de Ibiza, que sepa todo el mundo que la Clínica del Rosario, el hospital donde llevaron a Angel Nieto es un matadero. A mí me mataron a una hija por negligencia. Ese hospital es un negocio, pagan 150€ a los de las ambulancias para que lleven a los de accidentes de tráfico allí, porque saben que van a cobrar de los seguros si o si. Es una vergüenza […] me quitaron un hijo y me rompieron por dentro, algo así no genera odio, genera tristeza, y me entristece que lo sigan haciendo y nadie diga nada. […] No puedes tratar a tus pacientes como objetos. En mi caso todavía estoy esperando una explicación, nadie tuvo el valor para venir a decirme lo que pasó. Te dejan allí tirado, con tu dolor». Otra persona nos decía lo siguiente: «Nosotros tenemos un familiar que murió en la misma clínica y aunque nuestro dolor y economía no nos permitió denunciar estamos casi seguros de que fue una negligencia. Mismo procedimiento, coma inducido, nos dijeron todo bien no os preocupéis y al final murió, causa de la muerte: parada cardiaca, de eso muere todo el mundo. No sé si ha habido errores, a veces el cuerpo humano es así, pero desde luego en esa clínica siempre te queda la duda. En cuanto a Ibiza, estamos hartos de denunciar las deficiencias y ningún político ha conseguido hacerse escuchar».
Testimonios como estos recibimos a cientos este verano. Sin embargo, el fondo de todo esto se encuentra en la situación en que se encuentra la sanidad en Ibiza. No es de recibo que no haya un servicio de neurocirugía en el servicio público de salud de una isla como Ibiza porque los accidentes son constantes. Alguien tiene que responsabilizarse del hecho de que todos los accidentes de tráfico sean trasladados a una clínica privada porque el hospital de Can Misses no disponga de una unidad de neurocirugía, por muchos convenios que haya suscritos entre la Clínica de Nuestra Señora del Rosario y la sanidad balear. ¿Quién es responsable de esta situación? ¿Puede haber un presunto tráfico de influencias? ¿Tiene que ver el presunto poder del señor Vilas en la isla para evitar que el hospital de Can Misses disponga de un servicio de neurocirugía con el que atender tanto a los residentes de Ibiza como a los cientos de miles de turistas?
En la muerte de Ángel Nieto presuntamente se podrían haber tomado decisiones médicas equivocadas y, por esta razón, la Justicia debe aprovechar el recurso para la reapertura de la causa para indagar, sobre todo, lo ocurrido después del accidente para depurar las responsabilidades que correspondan, si las hay, tanto a nivel médico como a nivel público o político. La Justicia no puede permitir que un hecho tan grave se quede sólo en si Ángel Nieto llevaba bien abrochado o no el casco o que se quede sólo en un incidente de tráfico.