En estos tiempos en que todo el hastío de la ciudadanía por la corrupción del PP y las ocurrencias catalanas es palpable, se pueden escapar, a veces, barbaridades del gobierno de M. Rajoy. El senador de En Comú Podem, Joan Comorera, con cierto sarcasmo y retranca, esa misma que le alaban al presidente del gobierno los medios conservadores, quiso saber si ya sabía el porqué de quitar el nombre de la calle Salvador Moreno. Esa misma en que estuvo viviendo Rajoy y que desconocía por qué la habían quitado, mientras estaba en plan informal durante una visita en Costa de Marfil.
No sólo eso, el senador catalán también cuestionó al Gobierno por si entendían que con manifestaciones como esas se apoyaba el cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica. Y, además, “¿No cree el gobierno que defender el nombre de la calle de un sublevado contra un gobierno democrático y ex ministro de Franco, que encabezó matanzas a uno y otro lado de España es una burla a las miles de víctimas que siguen en las cunetas?”. Sin duda un golpe en la línea de flotación de quienes se jactan cumplir la ley, pero sólo cuando les interesa y las que les son favorables.
Quizá en el Gobierno del señor Rajoy tampoco recuerden que en estos días se conmemora La Desbandá, la matanza sangrienta de 5.000 personas que huían de Málaga hacia Almería por parte de las fuerzas fascistas y nazis. Personas que huían de la guerra y de las represalias salvajes que estaba ejecutando el ejército sublevado en Andalucía con Queipo de Llano al frente. Pues uno de los buques que bombardeó desde la costa a esas personas indefensas, era el Canarias, a cuyo mando estaba el tristemente famoso Salvador Moreno de la calle donde vivía el presidente del Gobierno. 5.000 personas que de haberse quedado en Málaga hubiese sufrido el mismo destino bajo los pelotones de fusilamiento cuya represión en las primeras horas se llevaron por delante a 8.000 víctimas. Mujeres, hombres, niños, niñas, ancianos y ancianas perecieron bajo el fuego de artillería y aviación de los fascistas.
5.000 víctimas, sólo en este caso, que daban para poner el nombre de una calle que el presidente del Gobierno no entendía por qué lo quitaban. No se sabe si por verdadera ignorancia supina o por aún tener inoculado el franquismo en las venas y no reconocer los hechos. El caso es que Salvador Moreno fue un criminal de guerra, un sanguinario sin corazón, que bombardeó sin miramientos a inocentes que sólo huían en busca de salvar las vidas, pero que fue impedido por el fuego fascista.
Y ¿cuál es la respuesta del Gobierno a las preguntas del senador y que suponen una ofensa a las víctimas? “En relación con la pregunta de referencia, se informa que el Gobierno conoce y respeta la legislación vigente”. Salirse por la tangente es la mejor calificación a esa respuesta. Bien es cierto que Comorera tiraba con bala, pero esa respuesta demuestra la escasa preocupación del Gobierno conservador por las víctimas y por el cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica. Podían haber contestado que sentían el pesar, o que comprendían la situación, o cualquier salida que no mostrase el apoyo al fascismo.
Para el senador Comorera “es inadmisible una respuesta de este tipo por parte del Gobierno. Sólo faltaría que el Gobierno no conociera, ni respetara la legislación vigente. Lo que está claro es que no tienen forma de justificar un nuevo desprecio a la Ley de Memoria Histórica y a las víctimas del franquismo por parte de Mariano Rajoy”.
No piensen que es sólo producto del Gobierno. Hace unas fechas en el Pleno del Ayuntamiento de Almería, gobernado por el PP, saltó la polémica cuando el concejal Miguel Ángel Castellón pidió que también se quitase la calle de Dolores Ibárruri. Comparaba a la dirigente comunista con el Crucero Canarias que bombardeó indiscriminadamente a personas desarmadas e indefensas. Una demostración más de que la preocupación por respetar la Ley de Memoria Histórica es débil, casi inapreciable en las filas conservadoras. Eso sí, al menos, se aprobó nombrar una calle de El Tagarete como La Desbandá.