En los últimos artículos vimos cómo Emilio Saracho y sus directivos más cercanos no tuvieron en cuenta un contrato firmado el día 1 de junio entre el Banco Popular y el Banco de España para lograr una liquidez de 2.000 millones de euros. Por otro lado, también analizamos quiénes fueron los que se enriquecieron de la operación, es decir, el Santander y el propio Emilio Saracho. En el caso de la entidad cántabra ya tiene interpuesta una querella por enriquecimiento ilícito.
En un proceso de estafa, además de quienes se enriquecen, están los que se benefician de la misma. En este punto tenemos varios de los actores principales de la operación que, a pesar de no haberse enriquecido directamente, sí que han obtenido, «presuntamente», algún tipo de beneficio.
En primer lugar tenemos al despacho de referencia del Santander, Uría y Menéndez, quienes fueron los que «presuntamente» diseñaron todo el plan —incluso lo bautizaron como «Proyecto Noya»— a partir del contrato firmado con este bufete por Emilio Saracho el 17 de febrero de 2.017, cuando aún no disponía de poderes suficientes para poder contratar los servicios de nadie en nombre del Banco Popular.
Por esta labor facturó una cantidad cercana al millón y medio de euros, factura que fue presentada el día 18 de junio y aprobado el pago por el Grupo Santander el día 21. Hay que tener en cuenta el hecho de que uno de los socios de Uría y Menéndez es Manuel Echenique, el hijo del actual presidente del Popular, Rodrigo Echenique. Los resultados de este trabajo los tenemos en la documentación remitida el día 2 de junio al Popular, en concreto, a Joaquín Hervada por otro de los socios de Uría, Juan Miguel Goenechea y que ya hemos publicado en Diario16.
En segundo lugar, tenemos al antiguo banco de Emilio Saracho: JP Morgan. Uno de los principales bancos de inversión del mundo se benefició, primeramente, con el contrato firmado para la venta del banco que suponía un pago inicial de 20 millones de euros y un variable que, teniendo en cuenta los precios estimados por los que se podría haber vendido el Popular, podría haber llegado a los 50 millones de euros, es decir, la cantidad total de la prima de jubilación de Saracho más un pequeño beneficio. En segundo lugar, JP Morgan se benefició por las operaciones a corto realizadas por Marshal Wace y que fueron una de las principales causas de la depreciación del valor del Popular en bolsa. En tercer lugar, JP Morgan se benefició de la operación por su presencia en el accionariado del Santander a través del banco custodio Chase Nominee.
En tercer lugar, otros de los beneficiados fueron los miembros del Club Financiero de Monterrey, cuyos intereses en el Popular estaban representados por Antonio del Valle quien, a pesar de que fue engañado por Saracho porque el proyecto que pretendía el mexicano era una operación corporativa para controlar y vender el Popular y, de este modo, convertirse, junto a sus socios, en los principales accionistas de la entidad resultante de esa operación y la entrada del capital mexicano en el sector bancario de la Unión Europea. Del Valle y el Club de Monterrey ganaron mucho dinero en esas operaciones a corto que encabezaron Marshal Wace (JP Morgan) y BlackRock. En declaraciones a una televisión mexicana, Antonio del Valle reconoció que la operación del Banco Popular les había reportado un beneficio superior al 11% y, en estos días, se ha sabido que ha llegado a un acuerdo con el Santander para que recompre el 24% de BX+ por una cuantía muy similar a la de la inversión del Popular.
En cuarto lugar, Deloitte se ha beneficiado al recibir el encargo por parte de la JUR de realizar el informe de liquidación, que no de evaluación, del Banco Popular, un documento que fue encargado en el mes de mayo, por lo que se demuestra que la decisión ya estaba determinada de antemano. ¿Deloitte buscaba con este informe recuperar el contrato para auditar las cuentas del Santander y retomar una relación de más de 25 años que se rompió, casualmente, cuando se dieron los primeros pasos de la operación y la entidad cántabra contrató a, otra casualidad, la auditora del Popular (PwC)?
En quinto lugar, la propia BlackRock se ha beneficiado, a pesar de ser el tercer máximo accionista del Popular y que presuntamente perdiera varios cientos de millones de euros con la operación bajista que ellos mismos encabezaban. El gigante norteamericano ganó mucho dinero con las operaciones a corto que, junto a Marshal Wace, llegaron a ocupar el 24% del capital bursátil del Popular. Tras la adquisición por el Santander de la sexta entidad financiera española por un euro, BlackRock se convirtió en el máximo accionista del banco presidido por Ana Patricia Botín después de la ampliación de capital de 7.000 millones.
En sexto lugar, los fondos buitre también se han beneficiado de la operación del Banco Popular, sobre todo BlackStone, quien se ha hecho a precio de saldo con el 51% de los activos inmobiliarios del Popular, algo que no hubiera ocurrido si la sexta entidad financiera no hubiese sido lleva a una situación límite gracias a la gestión de Saracho siguiendo las instrucciones del despacho de abogados de referencia del Santander. Si se hubiese llevado a efecto el plan de viabilidad cerrado por el Consejo del Popular en mayo de 2.016 y aprobado tanto por el Banco de España como por el Ministerio de Economía de Luis de Guindos, esta venta a los fondos buitre no habría sido posible puesto que dentro de ese plan se encontraba la creación de una especie de «banco malo» para vender los activos tóxicos del Popular.
En séptimo lugar, Credit Mutuel se benefició con su salida del accionariado del Popular dos días antes de la intervención y, tras vender Targobank, la empresa que gestionaba los cajeros automáticos del Popular, el día 2 de junio. Hay que recordar que la entidad francesa tenía una participación cercana al 4%. También es reseñable que, precisamente, el viernes 2 de junio, fue el día en que se inició todo el proceso de intervención con la recepción de las instrucciones de Uría y la convocatoria de la reunión con el FROB y la JUR a través de correos de Elke König y Jaime Ponce, tal y como ya informamos en Diario16.
Caso Banco Popular: los que se enriquecieron con la «presunta» estafa
El Santander pierde 25.000 millones en depósitos en un mes y no se le interviene