La provincia total, la tierra a la que no le falta de nada y tiene de todo se mire por donde se mire desde sus cuatro puntos cardinales. Que por tener sufre hasta crónicas, incontables e insostenibles listas de desempleados, que también practica el humor –del bueno, eso sí–, y tiene sentido del ridículo, que hasta para eso hay que tener mucho arte y conocimiento escénico.
Y sobre todo sentido de la dignidad como pueblo que sabe valorar el esfuerzo de una ciudadanía harta de tanto olvido, de tanto mirar hacia otro lado por parte de las instituciones, insensibles estómagos agradecidos que desde la noche de los tiempos han succionado cual sanguijuelas sus indudables excelencias para colonizar de la peor manera posible sus bienes intrínsecos –como si de aquellos ingleses del siglo XIX se tratara cuando se hicieron con el mando de la milenaria mina de Riotinto, también de Huelva, por supuesto– con la única intención de relegarla al olvido, un arrinconamiento premeditado al que quieren lanzarla ahora de nuevo y de forma consciente mientras otros hacen desafortunadas chanzas de ella, sin calibrar en toda su dimensión el daño que hacen a sus ciudadanos, que son en definitiva los que verdaderamente sienten a Huelva en sus venas, en su alma, en su corazón.
De ahí que merezca la pena lanzar un grito unánime de ¡basta ya! a todos los niveles para que Huelva deje de ser esa nueva cenicienta en la que unos y otros quieren convertirla mientras espera frente al espejo un príncipe que la despierte del letargo fútil que soporta desde tiempos inmemoriales.
La Diputación y el Ayuntamiento de Huelva ha expresado oficialmente su “completo rechazo y condena a los comentarios emitidos por los conductores del programa radiofónico La vida moderna Oh My Lol, emitido por la Cadena Ser”, al considerar que sus presentadores sometían a la provincia de Huelva a “un trato vejatorio más allá de un contexto humorístico”, “dañando de manera injustificada la imagen de la ciudad y de sus propios habitantes”.
El programa radiofónico del pasado 4 de abril eligió Huelva como “victima” propiciatoria después de tomar como referencia un titular de La Vanguardia sobre unas declaraciones de la campeona olímpica y mundial de bádminton, la onubense Carolina Marín, que rezaba lo siguiente: “En el Europeo de Huelva voy a ir a ganar, pero sobre todo a disfrutar”. Mientras un presentador del citado programa de radio aseguraba que “tiene mucho mérito tener una mentalidad ganadora siendo de Huelva”, otro añadía que en La Vida Moderna (nombre del programa radiofónico en cuestión) “no nos metemos mucho con Huelva porque bastante tienen”.
Y sí, bastante tiene ya Huelva encima como para que ahora lleguen dos supuestos humoristas a hacer de ella chanzas baratas, o mejor dicho gratuitas y sin fundamento. Si ese humor negro que destila el citado programa puede tener su cuota de adeptos irredentos, no menos rendidos admiradores tiene una provincia como Huelva, con encantos más que sobrados para tapar bocas y abrir corazones: mar, sierra, minería, marismas, tradiciones centenarias, turismo en expansión, gastronomía de altura, enología en ebullición…
Pero el verdadero daño a una tierra olvidada no proviene de un puñado de humoristas, ni mucho menos. Lo causan indefectiblemente señores muy serios y encorbatados que dirigen ministerios con muchos millones de euros en sus previsiones presupuestarias. Sirva de ejemplo la visita que el presidente de la Diputación de Huelva, Ignacio Caraballo, y el alcalde de la capital, Gabriel Cruz, ambos socialistas, realizaron hace unos días al Ministerio de Fomento para conocer in situ que el Gobierno de España ha enterrado de manera definitiva el proyecto de AVE para Huelva y a cambio ofrece cambiarlo por otro “de altas prestaciones” que servirá para reducir los tiempos de espera pero no solventará el déficit crónico de infraestructuras de comunicación ferroviaria que sufre la ciudadanía onubense y que las administraciones venían prometiendo sucesivamente que corregirían. Algo que ahora se ha visto es una burda y ramplona mentira mayúscula.
El catedrático de Economía en la Universidad de Huelva y Portavoz de la Agrupación de Interés por las Infraestructuras, Juan José García del Hoyo, ha elaborado un mapa donde queda claro que Huelva se ha convertido en la única provincia de toda España en la que el trazado de AVE queda descartado, a diferencia de otras muchas, que ya lo tienen construido o están en trámite de lograrlo.
Apunta el experto que, con la excepción de las inversiones de la Autoridad Portuaria, el dinero previsto para Huelva en los Presupuestos Generales del Estado apenas alcanza los 37 millones de euros, pese a que, por el peso demográfico de la provincia, corresponderían realmente según García del Hoyo unos 131 millones de euros. O lo que es lo mismo: cada onubense recibirá de nuevo menos del 30% de las inversiones que recibe cada español.
Pues sí, Huelva existe, ¡y de qué manera! Quizá algún día, y nunca es tarde para ello, alguien se entere de que los desaparecidos y florecientes tartesios eligieron esta tierra para hacer de ella su paraíso en la tierra hace ya varios milenios. Hoy, mientras tanto, el onubense es plenamente consciente de que vive en él. Pese a tanto olvido premeditado y tanta chanza huera.