El Confidencial ha publicado un artículo en el que se habla de posibles grabaciones comprometedoras para Luis de Guindos en las que se podría demostrar que hubo una transferencia de información privilegiada entre las administraciones públicas a la hora de retirar los depósitos del Banco Popular. La probabilidad de que existan estas grabaciones…, es inquietante, aunque este medio ya lleva indicando desde hace varios meses que la información sobre la situación del Popular que interesaba transmitir era conocida por demasiada gente. Ya explicamos cómo el Ayuntamiento de Barcelona se escudó en que retiró los fondos de la entonces sexta entidad financiera de España en las noticias de la prensa y en el miedo existente a que esos depósitos se perdieran ya que eran superiores a 100.000 euros.
En ese artículo se menciona que es coincidente el lugar donde viven Luis de Guindos, Ángel Ron y Emilio Saracho: la urbanización madrileña de La Florida, una zona residencial en la que se hace mención a que los tres podrían coincidir mientras pasean a sus perros. Saracho paseará a los suyos, pero Ángel Ron, por mucho amor y respeto que tenga por los animales, no creemos que salga a la calle para estos menesteres. Por eso, será complicado que los vecinos de la urbanización asistan a la escena de los dos últimos presidentes del Popular cruzándose y tirando de las correas de sus respectivos canes para que dejen de ladrarse. Respecto a De Guindos, no le vemos paseando a sus perros en chándal.
El tema de las grabaciones es verdaderamente inquietante. ¿Cómo alguien podría ser tan descuidado, con una operación de ese calibre entre manos, para dejarse grabar? Siendo un ministro, es realmente alarmante que alguien así hubiera tenido bajo su mano la economía española. Señores del BCE, cuando le entreguen el teléfono corporativo a De Guindos, gástense el dinero y cómprenle un móvil encriptado, un Solarin, de Sirin Labs que, aunque cueste 15.000 euros, se lo pueden permitir y la economía europea está en juego.
Pero esa alarma no sólo se centra en el actual vicepresidente del Banco Central Europeo, sino también en el Santander porque la duda de qué contenido tendrán esas comunicaciones es inquietante. ¿Qué contendrán esas grabaciones? ¿Qué habrá dicho De Guindos? ¿Habrá desvelado algo de la reunión en el Club Bildelberg?
Según informaba El Confidencial, esos documentos multimedia presuntamente, demostrarían que el exministro estaba enterado de todo lo que ocurrió, hecho que al equipo de investigación de Diario16 no sorprende, estarían en manos del propio Saracho o de personas cercanas a él. El mero hecho de la existencia de esos documentos, ya sean grabaciones de audio, ya sean vídeos, no sólo debería tener preocupado a Luis de Guindos, sino al propio Santander, principalmente a su presidenta, Ana Patricia Botín, y al ínclito Francisco Javier García-Carranza Benjumena, la primera porque, a pesar de publicaciones de publirreportajes en medios de comunicación que no son otra cosa que un modo de ostentación de la riqueza, los datos de las cuentas aprobadas en la Junta de Accionistas demuestran una situación crítica de la entidad cántabra, un escenario que sólo pudo ser salvado con la adquisición del Popular por un euro y la ruina de más de 305.000 familias. Si se hacen públicas las grabaciones la señora Botín pasará a tener un grave problema, no sólo ante la Justicia, sino ante el mercado.
Respecto a García-Carranza Benjumea, el hombre que alardea de que en su despacho se gestó toda la operación del Popular, ocurre lo mismo. Si su presunción se demuestra real dejará de estar relajado desde su atalaya diabólica en la que contempla, cual Nerón, cómo se queman Duro Felguera y Abengoa, para tener responsabilidades similares a las de su jefa.
Garcia-Carranza sigue pensando que no existe la justicia en España y que el Santander es tan poderoso que todo lo puede. Por eso cree moverse en la impunidad a pesar del varapalo que se llevó el Santander con la sentencia de la Audiencia Nacional que absolvía a Felipe Benjumea. En estos días de Feria de Sevilla a Francisco Javier García-Carranza se le verá por el Real, satisfecho de lo que está haciendo con Duro Felguera y Abengoa; viendo cómo están comprando acciones a precio de derribo para comprar Abengoa, y reclutando amigos y familiares allegados para quedarse con la presidencia respaldados por el Banco Santander. Han creado un equipo y una de sus vías de comunicación constantes son el grupo de Whatsapp que han formado. De esto daremos más información en breve. Sin embargo, la impunidad de quien no tiene el apellido Botín es virtual y si García-Carranza fue el creador de la operación del Popular —o al menos él presume de ello— esas grabaciones podrían crearle más de un dolor de cabeza.